La gloria, según Bolívar y San Martín

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Foto: El Comercio

La historia tiene mala fama. Fama de aburrida, para ser precisos. Y el escritor colombiano Mauricio Vargas Linares está convencido de que el camino para recuperar la historia para las nuevas generaciones es la novela.

En ‘Ahí le dejo la gloria’ (Planeta, 2013), su segundo intento de adentrarse desde la literatura en la Independencia de América, les toca el turno a Simón Bolívar y José de San Martín, en su celebérrima reunión de Guayaquil el 28 de julio de 1822.

Vargas Linares ensaya en 366 páginas una aproximación con tintes filosóficos a ese momento que ha dado para especular mucho y del que se sabe poco. Al menos hasta ahora.

En ocho días se cumplen 191 años de este hecho que definió el destino de América del Sur; y en esta semana, a la presentación de la novela del escritor colombiano en Quito (el 24) y en Guayaquil (el 25), el lunes 22 se suma la revelación de lo que la Universidad Andina Simón Bolívar ha catalogado como el “descubrimiento histórico del contenido de la entrevista”.

Enrique Ayala Mora, Guillermo Bustos y el historiador colombiano Armando Martínez presentarán un facsimilar de un escrito de la época que registró lo conversado entre los próceres.

El momento para presentar la obra no podría ser más auspicioso. No solo por la coincidencia de que lo revelado en los próximos días dará vigencia al hecho, sino porque -como dice su autor en una entrevista telefónica desde Colombia- a través de la novela histórica “la gente se da cuenta de que lo que cree que está viendo ahora por primera vez no está ocurriendo por primera vez, sino que lo que está viendo es la repetición de la repetición de la repetición…”.

Es cierto, la actualidad política de ‘Ahí le dejo la gloria’ llega por ¬momentos a ser inquietante. Pero, ¿qué es la gloria? Vargas Linares la define así: “Es lo que un personaje público consigue como reconocimiento de su comunidad por asuntos excepcionales”. Y su hermano mellizo es el poder, que es “una gran trampa, porque quien lo alcanza -dice Vargas Linares, que lo probó fugazmente como ministro en los años 90 de César Gaviria- llega a creer en algún momento que está en capacidad de cambiar la realidad, y esa sensación muy fácilmente deriva en megalomanía. Y resulta que cambiar la realidad es muy difícil”.

No hay gloria que no transmute en desencanto. De eso se trata la novela que Vargas Linares ha armado con paciencia y meticulosidad de filigranista. Obsesivo con la abundancia de detalles de los parajes transitados y las batallas libradas por el Protector (San Martín) y por el Libertador (Simón Bolívar); recursivo en el luso de palabras o fraseos propios de la época y de los lugares, el autor busca todas las maneras de convertir la trama en el salvoconducto que permita entrar, primero a él y luego al lector, en los terrenos pantanosos e inciertos de la psique de los dos grandes de Sudamérica.

Al avanzar por las páginas, por momentos se antoja que lo logra más con el taciturno San Martín, quien de alguna manera es el verdadero protagonista de la novela. Pareciera que Bolívar aún le es esquivo y por eso se queda un poco más en el estereotipo. Para terminar de descifrarlo, Vargas Linares ya tiene en mente una tercera novela, que junto con esta y la primera de corte histórico que escribió, ‘El Mariscal que vivió de prisa’ (sobre Antonio José de Sucre), conformará su trilogía sobre la Independencia. “Ya es tiempo de meterme con Bolívar de frente”.

A lo largo de los trece capítulos de la novela, que imponen ritmos distintos, los próceres se van revelando como quijotes involuntarios, presos de sus circunstancias. “Cuando están en ascenso hacia la gloria, ellos se sienten de verdad héroes de caballería, y cuando empiezan las traiciones y los desastres se empiezan a sentir como caricaturas”. Caricaturas de sí mismos, cuyos molinos de viento no estaban en la Península Ibérica, sino a su lado, compartiendo un despacho, la mesa en una cena de celebración, el campamento antes o después de la batalla.

De aquella época queda intacta la mezquindad. “Es ese pensamiento pequeño, del cacique regional que manda en su hacienda; en el pequeño país que es una gran hacienda. Aquí todos han preferido ser cabeza de ratón”. Pasó en los mil ochocientos; sigue pasando. Dos hombres diametralmente opuestos en las formas, con objetivos similares, protagonistas y también de alguna manera víctimas de una época. Dos hombres que el 28 de julio tuvieron una conversación en Guayaquil que decidió cómo se iba a contar la historia.

Hoja de vida de Mauricio Vargas Linares

Nació en Bogotá  en 1961. Es periodista de formación, ha ganado varios premios por su trabajo en distintos medios. Escribe en diario El Tiempo. Su primera novela es ‘La pesca del delfín’; y su primera novela histórica fue sobre el Mariscal Sucre. “Hemos visto a nuestros próceres como pintados al óleo con su uniforme y sus charreteras, pero no como seres humanos”.

 

Fuente: Diario EL COMERCIO

nota original http://www.elcomercio.com/cultura/Mauricio_Vargas_Linares-novela-literatura-escritor_0_959304151.html