Lina Meruane: vivir de la literatura en América Latina es realmente una excepción

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En noviembre del año pasado, Meruane obtuvo el premio Sor Juana Inés de la Cruz de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), en México, por su novela “Sangre en el ojo”.  La escritora chilena Lina Meruane afirmó en una entrevista con Efe que vivir de la literatura en América Latina es “realmente una excepción”.

 

Meruane (1970) vive desde hace 13 años en Estados Unidos, donde compagina su vida laboral impartiendo clases de literatura en la Universidad de Nueva York con su carrera como autora.

“Los escritores latinoamericanos de mi generación viven de un trabajo o de varios trabajos y escriben en las horas extra”, dijo.

En noviembre del año pasado, Meruane obtuvo el premio Sor Juana Inés de la Cruz de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), en México, por su novela “Sangre en el ojo”.

“El momento en que cayó el premio fue interesante porque había dos premios en discusión. Uno era el de Bryce Echenique, bastante controvertido por los problemas de plagio, y también se hablaba del rechazo en España de Javier Marías al Premio Nacional de Literatura”, manifestó.

Según Lina Meruane, Marías se encuentra “en un lugar” y “en un espacio editorial” en el que se puede “rechazar un premio” porque “es alguien que vive de la venta de sus libros”.

“En España muchos escritores de mi generación pueden vivir de su obra literaria porque los adelantos hasta ahora han sido enormes. En América Latina eso es realmente una excepción. Y es una excepción que normalmente ocurre tardíamente”, aseguró la escritora.

El valor “económico y simbólico” del premio suponían un soplo de aire fresco para Meruane porque era la promesa “de salir de un mercado muy reducido como es el chileno y ser leída en otros puntos del continente, en España o, incluso, llamarle la atención a algún editor internacional”.

“Pero esto no ha tenido hasta ahora ningún efecto en esos términos. Y una no escribe para inscribirse en mercados sino porque necesita decir lo que tiene que decir con absoluta libertad”, declaró la escritora a Efe.

“Los premios económicos vienen a suplir la necesidad material, la de permitirte comprar tiempo, pero sin las exigencias que impone la lógica masiva del mercado, y por eso he dicho que ese dinero, más que premiar al libro anterior, es una beca al libro que viene”, agregó.

Sin miedo a la página en blanco, porque antes era periodista y no se “podía permitir ese lujo”, Lina Meruane señaló que se mantiene, lamentablemente, cierta conveniencia de publicar en España “no solamente porque hay más lectores” que en Chile, sino porque el país europeo “distribuye al resto de América Latina”.

“Hay una especie de sueño del escritor latinoamericano de que lo publiquen en España porque eso significa tener las puertas abiertas al mundo”, apuntó la autora.

El libro que le valió el reconocimiento en México fue “Sangre en el ojo”, en donde Meruane narra de manera angustiosa, con “mucho de biográfico y al mismo tiempo muy poco”, la historia de una joven que pierde la vista como consecuencia de la diabetes.

“Yo quería producir un libro que fuera de alta tensión, que le traspasara al lector lo que está viviendo la protagonista, que lo pusiera en ese lugar”, dijo Lina Meruane, que sostuvo que siempre escribe el libro que le “gustaría leer”.

La forma de conseguirlo fue jugando con el lenguaje: sin puntos y aparte, sin puntos suspensivos, sin espacios entre capítulo y capítulo, con frases “inadmisibles” desde el punto de vista gramatical.

“Está hecho a propósito para generar ese ritmo y esa velocidad, y replicar la angustia que está sufriendo el personaje. Me interesaba poner al lector en esa misma situación. Seguir a este personaje tan de cerca con la misma velocidad y la misma angustia”, sostuvo la autora.

El “lujo” de tener un tiempo extra para escribir se traducirá en un ensayo sobre los hijos en la cultura contemporánea y una crónica de viajes a Palestina.

“La realidad de Palestina me impresionó muchísimo el nivel de violencia que se despliega en el espacio urbano, en el grafiti, en la forma en que la ciudad está tomada por el verde oliva de todos estos chicos que hacen el servicio militar”, aseveró la escritora de ascendencia palestina.

“Es un país militarizado y eso me llevó atrás en el tiempo porque, incluso en el Chile de la dictadura, nunca vi tanto militar, y se veía mucho militar. Esto me asombró, el escenario me parecía realmente aterrador”, finalizó.