´Tú no eres nadie´ del escritor Homero Carvalho se presentará el miércoles 31 de enero en Santa Cruz.
La lectura de Tú no eres nadie me dejó maniatada, con la boca tapada, presa y conducida en la más completa oscuridad a un lugar incierto. El cerebro, golpeado No sólo porque no deja aliento para seguir leyendo, sino porque ahoga acercarse a tanto poder del mal.
Aunque existen permanentes episodios narrados y enlazados entre sí, alrededor de “la colombiana”, Liliana, la cantidad de sucesos, denuncias, las semejanzas con los casos de corrupción conocidos en el país, y en otros países, lleva a la certeza de decir que no estamos frente una novela, sino frente a la historia silenciada y escondida de Bolivia, quemante, estremecedora, dolorosa.
Homero Carvalho se atreve ingresar al fuego del infierno, con una fuerza y valentía admirables. Es un escritor y hombre con agallas.
Veamos, el escritor nos ofrece interminables, espeluznantes los hilos del Mal y su naturaleza. Como hilos que no se rompen, más bien, enredan, atrapan al ser humano. Como redes gigantes de hilos invisibles que ajustan, marcan, aprietan, matan. Están en los hombres que rodean las cárceles. Gobernadores, policías, abogados, jueces. Hombre y mujeres, armando un tejido gigante para otros seres humanos, para la pequeñez humana, sin salida, sin defensa, sin escapatoria. Es un libro–hombre que relata, cómo crear un culpable, cómo construir una víctima, cómo se estructura el tejido del horror.
Las palabras para analizar este libro se retiran avergonzadas, se esconden, se asustan. Es que es un libro que se atreve a develarnos el Mal con tal fuerza, que nos espanta. Ese mal que copa todos los espacios, de los seres humanos, del país, que es como decir. “Dios no entra en este espacio” porque es el espacio del horror.
Homero entra al infierno. Nos lleva con él, a los hilos invisibles, al espantoso tejido, admiramos la osadía que tiene para recorrer el infierno.
Por eso decimos “La literatura que ama la belleza, se retira. Lo humano que ansía la justicia se retira espantado, ante el horror que arroja esta obra”. Porque nos acalla con la verdad que no supimos conocerla. Es la muestra del Mal que teje pasiones interminables, infecciones en el alma. El diccionario no existe para nombrar estas historias. El mal come a los insignificantes sirvientes encerrados en los hilos del mal. El mal vive invisible para los que no se asoman a los túneles oscuros de las cárceles, de lo que queda fuera de las cárceles, de lo que parece ser el país todo.
El Mal mostrado aquí, no tiene nombre. No es solo literatura. Las palabras se caen. No pueden salvar, como salva siempre la literatura. La gran mudez, se apropia de los lectores. Este libro asume una trama invisible, espantosa.
En la última página del libro aparece la frase: ´Tú no eres nadie´ que aparece pintado en el muro de la Hacienda. Liliana lo ve, lo lee, como una premonición … que … ya no cuenta el libro y que el lector deberá revelar cotidianamente.