Los secretos más guardados de los Clinton
Alguien dijo que el secretismo es a Hillary lo que el sexo es a Bill Clinton. Y ahora le toca a Hillary lidiar con secretos mal guardados: los referidos a las donaciones de gobiernos extranjeros y empresas a la Fundación Bill, Hillary y Chelsea Clinton.
Varios monstruos del periodismo americano (New York Times, Washington Post, Wall Street Journal etc.) indican inconsistencias que deben ser aclaradas por Hillary. Los republicanos felices con el libro “Clinton Cash” que hace de la Fundación Clinton el centro de manejos cercanos al tráfico de influencias y conflictos de interés que habrían llevado a Hillary a violar el compromiso asumido con el presidente Barack Obama: que la Fundación no recibiera contribuciones de gobiernos extranjeros mientras fuera secretaria de estado e identificar a todos sus donantes.
Con Hillary como víctima propiciatoria, los republicanos encubren su precaria y contradictoria “unidad”.
La Bomba
El libro ‘Clinton Cash’ de Peter Schwezer lanzó la bomba la semana pasada. Su sugestivo subtítulo es ‘La historia jamás contada sobre cómo y porqué gobiernos extranjeros y empresas ayudaron a enriquecerse a Bill y Hillary Clinton’. Se publicará oficialmente el 5 de mayo próximo.
El libro no aporta ninguna prueba concreta sobre la comisión de delitos por parte de los Clinton pero indica que existe una “pauta de transacciones financieras que los involucran y que ocurrió al mismo tiempo que EE.UU. adoptaba decisiones políticas a favor de quienes proporcionaban fondos a la Fundación”.
Cuando el matrimonio Clinton abandonó la Casa Blanca en el año 2000 tenía una pesada carga por honorarios de abogados debido a los numerosos juicios que había confrontado. Hoy se calcula la fortuna en US$ 136 millones. El Washington Post afirma que, sólo por discursos y presentaciones, Bill Clinton recaudó unos US$ 100 millones en diez años.
Se calcula que la Fundación Clinton recibió alrededor de US$ 2.000 millones desde su fundación en el año 2001. Tiene por objetivo asistir a las poblaciones más vulnerables en el mundo apoyando programas de salud, empleo, vivienda y respeto al medio ambiente. Parte de la Fundación es la Iniciativa Clinton.
Ataques y Defensa
Los partidarios de Hillary replicaron que el autor de la obra fue escriba de los discursos de George W. Bush y asesor de la frustrada candidata vicepresidencial Sara Pailin del Tea Party. El autor Scheweizer dijo que está por publicar otro libro, ésta vez sobre los manejos financieros de Jeb Bush, posible precandidato republicano.
Se consideró que el libro es un ataque contra Hillary por parte de los hermanos Koch, multimillonarios financistas de causas republicanas, y de Fox News, la cadena que apoya candidatos de este partido.
Sin embargo, la difusión del New York Times, el Washington Post y otros medios progresistas validó la investigación de Scheweizer y la necesidad de separar la paja del trigo de conductas punibles.
Hillary ha regresado al argumento inicial, cuando Clinton era candidato a la presidencia y se publicitaron sus andanzas románticas. En ese entonces, Hillary recurrió al argumento que usa hoy: se trata de un feroz ataque de la extrema derecha. Días atrás renunció a toda participación directiva en la Fundación mientras dure la campaña presidencial. Con ironía se preguntó qué harían los precandidatos republicanos si no estuviera ella para atacarla.
El inicio de su campaña fue un tour desde Nueva York hasta Iowa en una “van” que bautizó “Scooby”. Buscaba con el gesto reunirse con ciudadanos comunes y corrientes y rebajar el aura de celebridad inalcanzable que la rodea. Los resultados políticos del gesto fueron poco claros y hasta anodinos.
El libro sobre la Fundación, sin embargo, permite observar en acción los métodos periodísticos de investigación al más alto nivel. Muestra también que existen partidarios y opositores a ultranza de Hillary y de Bill que difícilmente cambien su opinión sobre ellos. También revela la inmensa red de influencias económicas y mediáticas que puede tejerse a partir de las labores filantrópicas. Y el poder de la dinastía Clinton en la política de EEUU.