Djokovic es más que el mejor

0
517

El número uno del mundo fue vencido sin atenuantes en el cierre de su temporada más inolvidable, por el tenista que impresionó con un final de año impecable, que incluyó 22 victorias y 4 títulos consecutivos. “Es un super jugador.”

El serbio Novak Djokovic cerró la temporada a toda orquesta al derrotar con inesperada autoridad al español Rafael Nadal 6-3, 6-4 y conquistar el Masters de Londres. Pese a que Nadal se confirmó esta semana como número uno del tenis mundial en 2013, fue Djokovic el que dejó la mejor impresión en el tramo final del año, enhebrando 22 victorias y 4 títulos consecutivos.

“Ustedes pueden pensar que éste es un deporte individual, pero yo no podría tener el éxito que tengo si no contara con este gran equipo”, dijo el serbio señalando al sector en el que se encontraba su equipo, mientras miles de papelitos de colores caían sobre su cuerpo.

Fue el tercer título de Djokovic en el Masters, un torneo que ya había ganado en 2008 en Shanghai y el año pasado en Londres. “Hoy perdí con un jugador que fue mucho mejor que yo, un superjugador. Novak, te deseo la mejor de las suertes para la final de la Copa Davis”, dijo un sonriente Nadal, visiblemente relajado tras un partido que jugó con su habitual ceño fruncido y quizá dosis extra de tensión.

“Fue, sin dudas, la temporada más emocionante de mi carrera. El año pasado no pude estar aquí porque estaba lesionado”, recordó el español, que sigue teniendo la elitista cita de fin de temporada como asignatura pendiente, ya que acumula dos finales perdidas y fracasó en el intento de emular al estadounidense André Agassi, el único jugador en la historia que logró ganar los cuatro torneos de Grand Slam, el oro olímpico, el Masters y la Copa Davis.

En el trigésimo noveno encuentro entre ambos, con un balance ahora de 22-17 a favor de Nadal, Djokovic marcó desde el inicio distancias mayores de lo esperado con Nadal en los 96 minutos que duró el encuentro. El español regresó en febrero de este año al circuito, tras siete meses de ausencia por lesión, y redondeó una muy exitosa temporada, que lo devolvió al número uno del mundo que ya había ostentado en 2008 y 2010 y que en 2011 y 2012 fue de Djokovic.

El serbio es conocido por su capacidad para el juego bajo techo, pero el 3-0 a su favor en el comienzo superó lo imaginado. Djokovic cerró el primer juego con un ace y dominó con autoridad durante largo rato ante un Nadal que no se mostraba cómodo en la superficie rápida del O2 Arena y fallaba con una derecha sin “punch” ni profundidad.

Tampoco el saque estaba del lado del español, que cerraría el partido con cuatro doble faltas, dos de ellas en momentos clave del primer set. Djokovic no cometió ninguna y lograría cinco aces contra cero de su rival. Nadal tuvo ciertas esperanzas promediando ese parcial, al igualar en tres, pero fueron solo instantes. Djokovic quebró para 5-3 en el que fue uno de los mejores puntos en 2013: el serbio se estiró de derecha para llegar a una pelota imposible y colocar un globo más imposible aún.

El español lo devolvió de revés y casi de espaldas, pero tras una serie de intercambios propios de finos esgrimistas en la red, Djokovic definió de volea al rincón opuesto al que estaba su rival y lo celebró, con razón, con un potente grito de euforia.

Instantes después, un ace gracias a un saque bien abierto le dio a Djokovic el set por 6-3 en 44 minutos, y a partir de entonces la final dejó de tener historia. Nadal luchó, aunque con cortocircuitos claros en su juego, a tal punto que enseguida perdió el saque y quedó 2-1 abajo. El serbio siguió mostrándose de goma, alcanzando cualquier tiro, aunque poco a poco ni siquiera eso necesitó.

Frustrado, Nadal no encontró solución. No la había en Londres, que devolvió al español a la tierra luego de una derecha ancha, tras salvar dos match-points y en el último partido de su año más inolvidable. La derrota le recordó, por si le hacía falta, que todo lo ganado en 2013 desaparece en 2014, el año en el que intentará lograr lo que nunca pudo: defender una temporada como número uno.