El tenista italiano hace historia al encumbrarse en el All England.
El factor psicológico era un traumático desafío al que Jannik Sinner, el mejor tenista del ranking mundial, estaba expuesto. Apenas 35 días después de caer en la cinematográfica final de Roland Garros, era lógico imaginar que el aspecto emocional jugaría un papel esencial en la final de Wimbledon, ante el mismo rival, el envalentonado Carlos Alcaraz. Los fantasmas sobrevolarían el All England Club. El crack español, además, se había impuesto en los últimos cinco duelos entre ambos, tres de ellos en finales. El riesgo era evidente y muy concreto.
Pero durante al partido las cosas casi siempre estuvieron de lado del tenista italiano que después de perder el primer set 4 – 6 tuvo la serenidad y la frialdad de revertir el juego imponiéndose en los tres restantes set con el mismo marcador 6 – 4, negándole al español su tercer título consecutivo en Londres, cosa que sólo hicieron Djokovic, Federer, Sampras y Borg en el circuito profesional masculino.
Frío, a su estilo, celebró en forma medida, aunque se advirtió su emoción cuando luego de saludar a Alcaraz volvió al centro del court, se colocó en cuclillas y apoyó la palma de la mano derecha en el césped, nutriéndose de tanta historia.
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