La larga batalla de Pekerman para juntar a James y Falcao

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Foto: Julian Finney/ Getty Images

Antes de dar el salto a Europa, las dos grandes estrellas de la selección Colombia se forjaron en Argentina. Desde la ventana de “la pensión” de los juveniles de River Plate en Buenos Aires, a la que llegó a vivir con 15 años, Radamel Falcao García podía ver el estadio Monumental, su gran objetivo. El Tigre resolvió su bautizo de fuego en esa cancha majestuosa, donde a fuerza de goles se convirtió en ídolo del club de la banda cruzada, “el más grande”, con el que ganó una liga antes de fichar por el Porto. James Rodríguez, otro talento precoz, celebró a los 18 años el único título en primera del humilde Banfield antes de seguirle los pasos. Ambos se hicieron adultos en el competido fútbol argentino.

Aunque Falcao llegó a Rusia con 32 años y James con 26, los dos líderes sobre los que reposan las esperanzas de la Tricolor tienen trayectorias vitales similares, e incluso compartieron vestuario tanto en el estadio do Dragão (temporada 2010-2011) como en el Mónaco (2013-2014). Desde que el volante irrumpió en la selección a finales de 2011, en el comienzo de las largas eliminatorias sudamericanas al Mundial de Brasil, sus compatriotas se ilusionan con esa dupla estelar. Han jugado juntos en infinidad de oportunidades, pero el seleccionador José Pekerman ha batallado para poder disfrutarlos juntos en una gran cita, un anhelo que no termina de cristalizar. James, que sigue entre algodones, es duda cuando enfrenten este martes a la Inglaterra del temible Harry Kane en los octavos de final del Mundial.

“Confiamos mucho en ambos jugadores, siempre han sido muy importantes, pero en las situaciones en la que uno de los dos no estuvo, el equipo se mantuvo siempre luchando por estar entre los diez mejores del mundo”, dijo este lunes Pekerman, un experto en esconder sus cartas. “No tiene ninguna rotura grave, ha evolucionado mucho y queda aún un día y medio para recuperarle. Como siempre esperamos que pueda estar”, zanjó sobre James, que salió adolorido a la media hora del último partido de la fase de grupos, una sufrida victoria por 1-0 ante Senegal.

Un postergado anhelo

Hace cuatro años, los goles de Falcao llevaron a Colombia hasta Brasil, pero se perdió el torneo por una grave lesión de ligamentos. Si la Tricolor se sobrepuso a la ausencia de su ariete para alcanzar los cuartos de final fue gracias a que James, que por entonces jugaba en el principado, se destapó como finalizador. Pese a ser mediocampista, terminó como bota de oro. Desde entonces, los colombianos esperaban volver a contar con la mejor versión del Tigre, capitán y debutante en una Copa del Mundo. Pero ha sido el enlace el que ahora no ha podido mantener la forma que exhibió el último año en el Bayern Munich.

“Yo aquí juego hasta cojo”, dijo James sobre la selección cuando una lesión de hombro puso en duda su participación en la Copa América Centenario a mediados de 2016. Era el momento en que luchaba por minutos en el Real Madrid. Esa voluntad inquebrantable no ha bastado en Rusia, donde las molestias musculares no le han dado tregua. Aterrizó con una fatiga muscular en el gemelo izquierdo. Jugó apenas la última media hora en la derrota ante Japón por 2-1, pero se desquitó en la brillante goleada 3-0 ante Polonia, en la que entregó dos asistencias, fue el jugador que más distancia recorrió y la FIFA lo declaró figura de la cancha.

Los problemas volvieron frente a Senegal. James padece un “edema menor sin ruptura fibrilar en el sóleo derecho”, según informó el fin de semana la Federación Colombiana de Fútbol tras someterlo a una resonancia, lo que ni confirma ni descarta su presencia ante el equipo de los tres leones en Moscú.

Con el diez y el nueve sobre el césped, Colombia aspira a todo, como demostró su exhibición sobre Polonia, cuando Falcao anotó su primer gol en un Mundial. Si la nueva lesión al final impide alinear a James, otra zurda desequilibrante, Juan Fernando Quintero, será el encargado de mover los hilos del equipo. El revalorizado Quintero ha estado en todos los juegos de los cafeteros, pero ante los polacos fue el socio de James, en lugar de su reemplazo. En ese partido, los pupilos de Pekerman refrendaron su invicto contra equipos europeos desde que el entrenador argentino asumió en 2012, con seis triunfos en ocho encuentros. Serbia, Bélgica, Holanda, Grecia, Eslovenia, España, Francia y Polonia no han podido doblegar a Colombia.

Ante la nueva generación inglesa, el único equipo suramericano en el lado más accesible del cuadro mundialista, donde todas las demás selecciones pertenecen a la UEFA, todavía aspira a que el armador del Bayern surta de balones al goleador del Mónaco para mantener esa racha.

 

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