El marcador 2-0 podría haber sido superior de un equipo ganador 15 veces del más grande certamen de fútbol europeo.
Eran las tres de tarde de este sábado después de un par de intervenciones del rapero estadounidense Lenny Kravitz cuando el Real Madrid y el Borussia Dortmund saltaron al césped del Wembley en Londres. ¿Qué tenía esta nueva versión de la Champions de diferente que las anteriores? Es probable que ninguna ya que en el fútbol nada está escrito de antemano, que un resultado puede cambiar en cuestión de minutos y lo que parece lógico se convierte en una incertidumbre.
El Real saltaba al gramado verde como favorito. Claro, ya se había ganado 14 veces el trofeo del más grande torneo del fútbol mundial de clubes y que el equipo alemán llegaba con un impresionante buen nivel que le permitió subir tan arriba.
Los alemanes comenzaron el partido aplicando la tradicional cuenta de cargar todas las pilas para hacer el gol de la diferencia, el oxígeno que les permitiría poner la sal en el huevo y desabrir el compromiso para los españoles o por lo menos intentarlo. Y estuvieron a un ras de lograrlo, un palo, les negó el empalme al éxito y un par de jugadas de gol que los del Borussia perdieron a orillas del área chica. El Real Madrid no atinó más que a defenderse en la primera mitad y así se fueron 0-0 al descanso.
La segunda parte algo cambio, el Madrid salió dispuesto a achicar los espacios que habían cedido y se hicieron poco a poco dominadores absolutos de la contienda. Vinícius Jr. inspirado arremetió en un par de oportunidades dejando encantado al Wembley y, por la banda derecha el otro brasileño Rodrygo desequilibrante dejó la valla alemana a tiro de gol.
Un corner lanzado por Toni Kroos desde la esquina izquierda fue cabeceado por Dani Carvajal para el primero y un pase de Bellighan a Vinícius Jr. definió el 2-0 que pudo ampliarse fácilmente en los 15 minutos que le quedaban al juego. Los del Madrid festejaron una vez más con esta 15 veces un título en la Champions.
La supremacía del Real Madrid deja pensando a los aficionados de que en el fútbol si hay lógica. La inequívoca versión de los madrileños que han demostrado una vez más que en el fútbol además de fortuna hay un detalle que se llama experiencia con el que ayer sumaron un nuevo récord agrandado con paciencia, serenidad, habilidad y una gran entrega.