Slavoj Zizek El gran provocador

Por Xavier Vidal-Folch (El País).
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zizek, filosofía
Foto: Captura documental de Sophie Fiennes

El filósofo esloveno dice que no defiende el viejo comunismo, sino un nuevo comunalismo globalista.

Usted dió la bienvenida a Trump. Trump es una bendición, aunque protagoniza un tipo de conducta horrible, capaz de todas las rupturas. Precisamente por eso puede despertar, desencadenar, alguna reacción. Lo que hace Trump es una locura, pero antes ocurría lo mismo paulatinamente. Con el medio ambiente, con todo. Algunos izquierdistas hacen comparaciones erróneas. Si te disgusta Trump o el nuevo autoritarismo, y eres vago para analizarlo, la analogía es cómoda: “¡Oh, es fascismo!”. Esa analogía con los años treinta es demasiado sencilla. Es más adecuado remitirnos a la decadencia anterior a la Primera Guerra Mundial cuando, igual que hoy, todos se preparaban para la guerra, pero nadie la creía posible.

Usted sostiene que los problemas de la inmigración no son solo culpa nuestra, sino también de ella. Por decir esto, ¿sabe cuántos izquierdistas ya me tildan de neofascista? El gran error de la izquierda no es pensar que no hay problemas, sino que el único culpable es nuestro racismo, que nuestro colonialismo ha provocado la desgracia en todo el mundo, por tanto, pase lo que pase, somos culpables. Que no somos bastante abiertos para integrar a los inmigrantes. ¿Por qué suponemos que quieren integrarse? Muchos no quieren, prefieren mantener su estilo de vida. No forman un grupo único. En Alemania muchos jóvenes se vuelven más radicales que sus padres.

Entonces, ¿hay que cerrar fronteras? No. Yo abogaría por una cierta apertura. Pero con condiciones. Primero, moralizar el problema de aceptar o no a los inmigrantes es erróneo. Debemos pensar de una manera más estratégica: ¿por qué vienen? Repensemos nuestra política en Siria, Irak, Libia, Yemen. Forman parte del problema del mal funcionamiento del capitalismo actual. No es solo un problema moral. Sino económico. Segundo, asumamos que hay un conflicto entre estilos de vida. Deberíamos admitir que hay un auge del fundamentalismo en todo el mundo. Que explosiona como reacción al progreso occidental en los derechos de los homosexuales, los transexuales…

También vienen por causas políticas, les atrae la libertad europea. Eso ya es más problemático.

Huyen de la guerra, así que vienen por la libertad. En principio, sí. Estoy de acuerdo…, pero ¿qué quiere decir con libertad? ¿Nuestra libertad?

Sí. Hablar con libertad, publicar como usted publica… Estoy de acuerdo, solo me pregunto si la mayoría… Usted idealiza la situación. A la mayoría de la gente que viene, los refugiados pobres, le preocupa la seguridad y el hambre, pero dudo hasta qué punto viene por la libertad en nuestro sentido occidental.

¿Existe algo así como un capitalismo global? No en el ámbito político. Existe como mercado mundial.

El mercado no es el capitalismo. Hay muchas formas de capitalismo. Y coexisten. El asunto consiste en qué forma de capitalismo se está volviendo predominante. El capitalismo socialdemócrata, con Estado del bienestar, está amenazado. Se dice que el comunismo no funcionó. Pero mire lo que ha pasado en China en el último medio siglo. ¿Ha habido alguna vez en la historia de la humanidad un desarrollo económico tan explosivo? Es impresionante. La figura que anunció nuestra época fue Lee Kuan Yew, el fallecido líder de Singapur. Creó la fórmula de autoritarismo “de valores asiáticos”. China demuestra, a nivel masivo, que funciona. El chino es el capitalismo bajo dominio de un partido autoritario. Es una nueva combinación de capitalismo mundial en la que el país participa en el mercado global, pero ideológicamente funciona hacia adentro de una manera patriótica, etnocéntrica.