Adenda con Argentina beneficia al país; el problema es la caída de la producción
La nueva adenda suscrita entre las petroleras Energía Argentina (Enarsa) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para transportar gas boliviano a la Argentina hasta septiembre de este año le permite al país recibir por un tiempo más los dólares de estas ventas que después serán interrumpidas. Sin embargo, no marca una diferencia sustancial en la caída de producción hidrocarburífera nacional, que impactará en la maltrecha economía, señalaron analistas.
La adenda, cuyos detalles como precio de comercialización se desconocen, contempla que Bolivia seguirá enviando 4 millones de metros cúbicos diarios (m3d) gas natural a Argentina hasta septiembre, cuando pase el invierno. Para entonces, el Gobierno de Javier Milei prevé tener listos los ductos que le permitan abastecer al norte de su territorio con la producción de Vaca Muerta.
Después de esto se prevé que Bolivia dejará de enviar gas a Argentina, pero el mercado brasileño seguirá abierto y con bastante demanda. Por ello, el analista Álvaro Ríos señaló que el problema de Bolivia no es la falta de mercados, sino el declive de su producción a un paso acrecentado.
“Brasil puede comprar el gas boliviano a mejor precio. El problema es la producción, no el mercado, y actualmente con la caída no podemos cumplir ni las expectativas de Argentina ni de Brasil”, señaló Ríos a Los Tiempos.
La producción de gas natural se encuentra en 32,8 millones de m3d. Hace un año estaba por los 35,8 millones. “Mientras más nos sumergimos en el pozo será más difícil salir”, advirtió.
El investigador de la Fundación Jubileo en temas hidrocarburíferos, Raúl Velásquez, coincidió al apuntar que el gas que se deje de vender a la Argentina desde octubre simplemente desaparecerá hasta el próximo año si es que no ha nuevos descubrimientos. “El gas que vamos a dejar de exportar a Argentina no se lo va a poder vender a Brasil porque es gas que Bolivia dejará de producir”.
Recordó que en marzo de este año Brasil y Argentina negociaron sobre un intercambio del gas boliviano: básicamente que Brasil reduzca su demanda para abastecer a Argentina por este invierno.
Para Velásquez, “es triste que el país se contente con estos resultados a corto plazo. Se confirma el fracaso de la política energética, con menos divisas, menos regalías, menos IDH por el gas exportado a precio internacional, lo que tendrá un impacto en la economía”.
Los Tiempos intentó conocer los detalles de la nueva adenda, así como la posición del Gobierno y de YPFB sobre el declive de la producción, pero no se recibió respuesta.
No obstante, en anteriores oportunidades el Gobierno de Luis Arce responsabilizó al de Evo Morales por no invertir en exploración y permitir la caída de la producción, a tiempo de resaltar que ahora se invierte en la búsqueda de nuevos yacimientos.
El diputado de oposición Marcelo Pedrazas indicó que pidió información sobre los detalles de la adenda y manifestó, al igual que los analistas, que Bolivia se convertirá en importador de gas de Argentina para Brasil, en vez de exportador, con un daño a la economía.