América Latina entra en una época de elevados déficits fiscales

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La desaceleración económica lleva aparejada otra serie de malas noticias para la región. Una de ellas es la aparición, o incremento según los casos, de los déficits fiscales. Un problema que es producto de la caída de los precios de las exportaciones y el incremento heredado de la “década dorada”(2003-2013) del gasto público.

Echando un vistazo a la región se concluye que el del déficit fiscal es un problema general (si bien más agudo en Venezuela que en Perú, por ejemplo) y que la gran diferencia estriba en que unos países ya están poniendo en marcha medidas de ajuste (México, Brasil e incluso Ecuador) y otros no (Argentina o Venezuela).

Así se encuentra la situación país a país en cuanto al déficit fiscal:

En Argentina como señalan los economistas del Instituto para el Desarrollo Social Argentino “el déficit fiscal es de 3,5% del PBI, pero si se excluyen las asistencias del Banco Central, Anses y otros organismos públicos al Tesoro Nacional, asciende a 6,3% del PBI”.

De hecho, según cifras del Ministerio de Economía, el déficit fiscal se sextuplicó en el último año, al pasar de 4.366,2 millones de pesos en marzo de 2014 a 27.894,7 millones en marzo de este año.

En el caso argentino se trata de un problema que se arrastra desde finales de la pasada década: de 2003 a 2008, hubo superávit fiscal financiero de US$ 12.600 millones.

Luego, de 2009 a 2013, el Gobierno acumuló un déficit de 63.000 millones de dólares. En 2014, y lo que va de 2015, el déficit fiscal se agravó sumando aproximadamente US$ 66.100 millones, dejando un saldo negativo de 118.000.

Ismael Bermúdez, en Clarín, señala que “Cristina Kirchner dejará la Presidencia con un récord: terminará con el déficit fiscal más alto desde 1982. El rojo de las cuentas públicas a fin de año será equivalente a casi 7,2 puntos del PBI. Sólo en el primer semestre de este año aumentó un 243,3% con relación al mismo período de 2014… Los déficit fiscales se fueron cubriendo con más deuda a través de la colocación de bonos “en el mercado” y de mayores “adelantos transitorios” del BCRA y de préstamos del Banco Nación y otros organismos públicos”.

Un país mucho mejor administrado como Chile empieza, sin embargo, a tener problemas de déficit fiscal.

Si en 2013 fue de US$ 1.664 millones, en 2014 se disparó dos veces y media hasta US$ 4.230 millones, y en 2015 se duplicará hasta alcanzar US$8.072 millones.

El Gobierno de Michelle Bachelet recibió un déficit de US$1.664 millones del Gobierno de Sebastián Piñera, pero se calcula que para 2018 ronde los US$29 mil millones.

Déficit fiscal de Chile

En Uruguay, el ministro uruguayo de Economía, Danilo Astori, encabeza la lucha contra este problema y ha señalado que el déficit fiscal y la inflación (9,14 por ciento anual) son “las más grandes preocupaciones macroeconómicas” del país.

El gobierno proyecta reducir el desequilibrio de las cuentas públicas hasta el 2,5 por ciento en 2019, último del mandato del presidente Tabaré Vázquez.

Uruguay finalizó 2014 con un déficit fiscal de 3,5 por ciento del PIB, el mayor en más de una década. Ahora el objetivo a corto plazo es que baje este año hasta el 3,4 por ciento del PIB, desde el actual 3,6 por ciento.

Danilo Astori (Ministro Economía de Uruguay) ha señalado que el déficit fiscal y la inflación (9,14 por ciento anual) son “las más grandes preocupaciones macroeconómicas” del país.

Perú muestra una de las mejores cifras de la región. Aún así, la economía peruana se encamina en el 2015 a cerrar con su mayor déficit fiscal desde el año 2002. En los últimos 12 meses el déficit fiscal alcanzó el 1,4% del Producto Bruto Interno (PBI), según cifras del Banco Central de Reserva (BCR).

Alejandro Werner, del FMI, apunta que “en el Perú, no es que con la desaceleración económica por la caída en el precio de las materias primas el gobierno haya recortado algo. No se ha recortado nada. Es más, lo que el gobierno decidió hacer fue pasar de un superávit primario fiscal a un déficit. Lo que hizo más bien fue decir ‘si tuvimos una caída de ingresos, no voy a bajar mis gastos para compensar esa caída de ingresos’. Es más, va a aumentar un poco más los gastos y ese gasto adicional que hizo el gobierno de Perú, como el de Chile, lo enfocó mucho al área de infraestructura. En la medida que empiecen a recuperarse a un nivel de crecimiento más alto que el de ahora, pero más bajo que el de los últimos 10 años,  estos países tienen que ir retirando gradualmente el estímulo adicional”.

El gobierno de Brasil lleva meses aplicando un fuerte ajuste para combatir el déficit. “Tenemos que ajustarnos el cinturón y equilibrar las cuentas. Esto es importante e indispensable para crecer en el futuro”, ha comentado Joaquim Levy,el zar de la economía brasileña.

Sin embargo, el ejecutivo estima que, para este 2015, el déficit fiscal será equivalente al 1% del Producto Bruto Interno (PBI), es decir, de unos 51.800 millones de reales (US$13.282 millones). Medido en los 12 meses hasta septiembre, el resultado nominal de las cuentas públicas presentó un déficit de 536.229 millones de reales (136.098 mdd), equivalentes a 9,23 por ciento del PIB.

Brasil registró en 2014 un déficit fiscal primario de 32.536 millones de reales (unos 10.073 millones de dólares. 6,23% del PIB), el primer saldo negativo en los últimos 13 años. Estos meses atrás, el Gobierno brasileño anunció la reducción de la meta de superávit fiscal primario que se había impuesto para este año desde el equivalente al 1,1 % del PIB hasta el 0,15 % del PIB.

“Tenemos que ajustarnos el cinturón y equilibrar las cuentas. Esto es importante e indispensable para crecer en el futuro”, ha comentado Joaquim Levy, el zar de la economía brasileña.

Dilma Rousseff, que a comienzos del año se había propuesto terminar 2015 con un saldo positivo en las cuentas públicas de 66.300 millones de reales (unos 20.526,3 millones de dólares), admitió que ese ahorro tan sólo llegará a 8.747 millones de reales (unos 2.708 millones de dólares).

El Ministerio de Hacienda encabeza un recorte adicional de los gastos públicos este año de 8.600 millones de reales (unos 2.662,5 millones de dólares) que eleva a hasta 79.400 millones de reales (unos 24.582 millones de dólares) la reducción de los gastos públicos del presupuesto de 2015 anunciados hasta ahora por el Gobierno para demostrar su compromiso con la disciplina fiscal.

Ecuador, por su parte, prevé bajar a un 2,2 por ciento su déficit fiscal para el 2016, menos de la mitad del proyectado para este año, gracias a un plan de gastos “austero” y a la entrada en funcionamiento de grandes proyectos, dijo el miércoles el ministro de Finanzas, Fausto Herrera.

Las autoridades proyectan cerrar este año con un déficit fiscal del 5 por ciento causado por los bajos precios del crudo.

“La proforma presupuestaria (para el 2016) tiene supuestos de un precio del petróleo de menos de 40 dólares y un déficit de 2,2 por ciento, eso significa que va haber menos ingresos y por consiguiente va haber menos gastos”, dijo Herrera, en un informe en la Asamblea Nacional.

En Colombia, se prevé cerrar 2015 con un déficit fiscal de tres por ciento, que en 2016 subiría hasta el 3,6 por ciento. El déficit fiscal del Gobierno Nacional en 2014 fue del 2,4% del PIB.

“Nos esperan tiempos difíciles. El año entrante va a ser un año también muy difícil en materia fiscal, tal vez vamos a tocar fondo”, ha reconocido el propio Juan Manuel Santos.

La caída mundial de los precios del petróleo, la principal fuente de ingresos de Colombia por exportaciones, impuestos y regalías, ha provocado una fuerte desaceleración de la economía.

“Nos esperan tiempos difíciles. El año entrante va a ser un año también muy difícil en materia fiscal, tal vez vamos a tocar fondo”, ha reconocido el propio Juan Manuel Santos.

Venezuela tiene en estos momentos la mayor cifra de inflación (superior al 100%) y la mayor cifra de déficit fiscal que este año llegaría al 20% del PIB.

José Juan Ruiz, del BID, señala que “Venezuela pierde 10 puntos del PIB de ingresos fiscales. Si no recorta nada o no genera ingresos nuevos (que es francamente difícil), podría alcanzar un déficit de 24 puntos del PIB, que es insostenible”.

En México, el Gobierno ha propuesto una reducción del déficit fiscal del país en un 0,5 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) en el 2016, respecto al 1% de 2015, y un recorte del gasto público del 1,5 por ciento en términos reales para el presupuesto.

José Juan Ruiz, del BID, señala que “Venezuela pierde 10 puntos del PIB de ingresos fiscales. Si no recorta nada o no genera ingresos nuevos (que es francamente difícil), podría alcanzar un déficit de 24 puntos del PIB, que es insostenible”.

El Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC) señala que en 2015 se registró un aumento de 40.8% en el déficit fiscal comparado con 2014, provocado principalmente por un desplome de los ingresos petroleros y un ligero incremento del gasto: “En lo que va de la administración de Enrique Peña Nieto, el déficit ha aumentado en 12% en promedio, lo cual es elevado si se considera que el aumento en el déficit promedio entre el primer y último año del sexenio de Vicente Fox y Felipe Calderón fue de 5.4 y 11.2%, respectivamente”.

El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, ha explicado que “el incremento en el déficit se explica, principalmente, por dos fenómenos temporales que se compensarán durante el año: las aportaciones a los fondos de estabilización que se realizaron en enero y el menor nivel de los ingresos petroleros que no incluyen los beneficios de las coberturas del precio del petróleo que se recibirán en diciembre de este año”.

Otros países con serios problemas de déficit son algunos centroamericanos. Guatemala ronda el 2%, El Salvador el 4%, Honduras el 3,5% y Panamá el 3,3%.Costa Rica con el 5,5% es de los más elevados de la región.

La República Dominicana requiere realizar un préstamo de 189.000 millones de pesos (US$4.200 millones) para cubrir un déficit en el presupuesto general.

El ministro dominicano de Hacienda, Simón Lizardo, ha señalado que el préstamo que requiere el gobierno se hará para tratar de controlar la línea de endeudamiento que viene desarrollándose desde el 2012, año en el que el país registró un déficit del 6,6% del PIB, el mayor en los últimos años.

Así pues, los nuevos tiempos que vive América latina, de menores ingresos por exportación, van a obligar a todos los países a llevar a cabo profundos recortes en sus gastos si no quieren ver como se disparan sus déficits fiscales. Hacer eso sin provocar un aumento del malestar social es la dura prueba que tienen por delante los gobiernos latinoamericanos.