Arreglar la gobernanza económica global

Por José E. Stiglitz (PS)
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Banco Mundial FMI, economía global

Para abordar el cambio climático y el resto de la Agenda de Desarrollo Sostenible, debemos hacer más para mejorar los ingresos de los mercados emergentes y los países en desarrollo, para que puedan realizar las inversiones necesarias. Sin embargo, tal como están las cosas, los acuerdos comerciales y financieros internacionales se oponen abrumadoramente a este objetivo.

Tras las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial de este mes, Oriente Medio se tambalea al borde de un conflicto importante, y el resto del mundo continúa fracturándose según nuevas líneas económicas y geopolíticas. Pocas veces las deficiencias de los líderes mundiales y los acuerdos institucionales existentes han sido tan evidentes. El órgano rector del FMI ni siquiera pudo ponerse de acuerdo sobre un comunicado final.

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Es cierto que el Banco Mundial, bajo su nuevo liderazgo, se ha comprometido a abordar el cambio climático, abordar los desafíos del crecimiento y fortalecer sus políticas contra la pobreza. Su objetivo es aumentar sus préstamos aprovechando el capital existente y recaudando nuevos fondos. Para esto último, sin embargo, necesitará la aprobación del Congreso estadounidense, y eso parece poco probable dado que los republicanos controlan la Cámara de Representantes. Es importante destacar que el aumento previsto de la capacidad crediticia está muy por debajo de lo que el mundo necesita. Es más que una gota en el cubo, pero el cubo sigue prácticamente vacío.

Al igual que en los debates sobre el clima en torno a la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre, se habló mucho de aumentar el capital privado reduciendo la prima de riesgo que los inversores exigen para proyectos en países pobres. Aunque los beneficios sociales de invertir en energía solar en el África subsahariana (donde hay abundante sol y escasez de energía) son mayores que en el norte nublado, el sector privado se ha mostrado reacio a participar, debido a temores sobre problemas políticos y económicos e inestabilidad.