El esquema de evasión del HSBC
La posición a nivel mundial del HSBC -uno de los más grandes bancos del mundo y suizo por excelencia- está en seria duda y controversia en lo que ahora se conoce como los “Swissleaks”, es decir, “fugas” de información sobre miles de cuentas con recursos de dudosísimo origen, no sólo de “políticos y empresarios de todo el mundo” (parece que pillos por definición), sino también de empresas y personajes del mundo entero, en algunos casos, con la plena complicidad e incluso la ayuda del HSBC. El escándalo fue revelado por el diario francés “Le Monde”, de documentos obtenidos por el ICIJ (The International Consortium of Investigative Journalists). Es el mayor vaciamiento de datos bancarios en la historia. Los documentos cubren el período entre 2005 y 2007 y apuntan para cuentas secretas de 106.000 clientes, que, juntos, movilizaron US$120.000 millones.
La fuga de información proviene de un alto ex funcionario del propio HSBC, que por alguna razón fue procesado, (el HSBC dice que robó millones al banco) y el interesado dice que lo quieren hundir por “decir la verdad” sobre las barbaridades que estaría haciendo el HSBC en este campo; se dice que esa verdad se mueve en el ámbito de que ambos, son unos pícaros de cuentas. El señor de marras se llama Hervé Falciani de 36 años y fue formalmente arrestado en diciembre de 2008 por la policía Suiza bajo cargos del “HSBC Banco Privado (Suiza)”, de estar robándoles información confidencial para tratar de venderla a un grupo de bancos en el Líbano. Habiéndolo interrogado por horas, le confiscaron su computadora y la policía Suiza lo dejó posteriormente en libertad bajo la promesa de que se mantendría a disposición de esa autoridad.
Falciani alquiló un automóvil y en compañía de su esposa e hija se fue a Francia donde descargó grandes cantidades de información almacenada en servidores remotos (¿la Nube?), referida a cientos de cuentas de clientes millonarios alrededor del mundo que él atendía, que tenían o que abrían cuentas secretas con el objetivo de defraudar impuestos a sus respectivos países.
Ante la presión del caso, Falciani entregó la información del HSBC a las autoridades francesas y estas, la compartieron con autoridades inglesas que terminaron acusando a la sucursal de HSBC en Londres por mercadeo ilegal con ciudadanos franceses para que lleven a cabo operaciones de defraudación impositiva y lavado de dinero. En el proceso de recuperar el dinero defraudado, encontraron que también estaban lidiando con operaciones de narcotráfico y otras actividades igualmente criminales. Como consecuencia de lo que se llama “fallos constatados” que se arreglan con las autoridades a cambio de multas millonarias (que este banco ya pagó en el pasado reciente), el HSBC asegura ahora que cambió su política en todo el mundo, “…para impedir que sus servicios sean utilizados con el fin de defraudar al fisco o blanquear dinero sucio…” según declaró Franco Mora, alto funcionario del HSBC en Europa.
Igual se inculpó al HSBC por fraude fiscal y lavado de dinero, solicitándole total “colaboración” en la investigación, cosa que ya casi resulta “normal”, estudiándose la medida de dictar órdenes de arresto internacional para sus principales ejecutivos.
En lo relativo a Latinoamérica y Bolivia, la información dice lo siguiente: “Venezuela es el tercer país con una mayor cantidad de dólares en la filial (Londres) con un total de US $14.800 millones, según los archivos filtrados. Brasil se sitúa como el noveno de la lista con US $7.000 millones”. La misma fuente informa que “…desde Argentina llegaron un total de US $3.500 millones con 2.552 cuentas, ubicando al país en el puesto 21”.
Bolivia ocupa el puesto 104 con 26 clientes que están asociados con el país, con US $93.5 millones, de los que el 31% tiene esa nacionalidad o porta un pasaporte boliviano. “Bolivia figura entre los países con las mayores cantidades en dólares en los archivos filtrados suizos”. El documento concluye que”la cantidad máxima de dinero asociado a un solo cliente conectado a Bolivia, fue de US $32,1 millones”. Las autoridades del actual Gobierno reaccionaron indignadas en todas las entrevistas concedidas a los medios, pero sin datos acerca la procedencia y la identificación de los clientes del BSHC manifestaron que impulsarán una investigación para poder conocer a la casta millonaria y lo más importante la procedencia de sus fortunas.
Cuentas secretas
En la mayoría de los países no es ilegal mantener cuentas bancarias en paraísos fiscales como en Suiza. En el caso del HSBC, el fraude consistió en ocultar de las autoridades millones de dólares en inversiones. El nombre para eso se llama evasión. Además de aconsejar a sus clientes sobre estrategias para escapar de los servicios de impuestos, el HSBC ofrecía productos bancarios no identificados, ayudaba a sus clientes privilegiados a disimular cuentas no declaradas (lo que se conoce en el mundo banquero como “Cada Dos”) y permitía que retiren importantes sumas en especie, ignorada la ley abiertamente. Oficialmente, el límite de retiros en 2005 era de 8 mil francos suizos (algo como US $9.000), pero el HSBC se pasaba las reglas por la lija. El informe revela que el magnate israelí Beny Steinmetz, del rubro de diamantes, retiro en un solo día US $100.000.
Más reveladora es la composición de algunos clientes de la filial suiza del HSBC entre los que contaban avezados criminales. La investigación señala que el banco permitió que carteles de drogas de América Latina laven millones de dólares. Parecía no haber límites para la institución. Una red de financiadores de Al-Qaeda, de Osama bin Laden, mantenía cuentas secretas en la sede del HSBC en Suiza. No se necesita demasiado esfuerzo para imaginar el destino de ese dinero en la tenue línea de interacción entre el crimen internacional y los negocios legítimos. La filtración ha dejado también abierta sospechas contra políticos de dudosa fama. Es el caso Stephen Green que durante el periodo del vaciamiento comandó el HSBC y dejó el banco en 2010 para ocupar el puesto de ministro de Comercio del primer ministro británico David Cameron. También hoy se sabe que en 2008 el mega-inversionista norteamericano Bernard Madoff, fue detenido por el FBI por comandar un esquema fraudulento de US$ 50.000 millones. También en los Estados Unidos, instituciones clásicas como J.P. Morgan y Wachovia fueron acusadas de mantener cuentas alimentadas por los carteles de droga mexicanos, permitiendo que lavaran interminables recursos ilegales. Un día después de la denuncia el HSBC transmitió un comunicado. “Fuimos alertados en el pasado sobre fallas en los controles internos”. El experto bancario Pedro Basaure dice que admitir el fraude es el primer paso. Y completa: “muchas cosas vendrán más adelante”.
Cosas en común
El piloto español de Fórmula 1 Fernando Alonso entró a la historia del deporte al conquistar el bicampeonato de la categoría. Selim Alguadis, empresario turco, vendió componentes eléctricos al proyecto nuclear de Libia. Fana Hlongwane, político de cierta notoriedad en África del Sur, trafico armas. El tirano Jean-Claude “Baby Doc” Duvalier gobernó Haití durante 16 años. O marroquí Aziza Kulsum financió la guerra civil en Burundi, en la década de 90. El estilista italiano Valentino Garavani, diseño el vestido de Jacqueline Kennedy en ocasión de su boda con Aristóteles Onassis. Hay tres cosas en común entre todos los citados arriba:
1.- Todos son o eran muy ricos.
2.- En algún momento de sus vidas fueron cuentacorrentistas del británico HSBC.
3.- Todos ellos usaron el brazo suizo del banco para mantener cuentas secretas o y así evadir enormes sumas en impuestos.