En 2021 más del 4% de la población mundial se vio afectada por cortes de energía. Incluso regiones que antes tenían suministros de energía confiables, como Texas y China, sufrieron apagones y racionamientos.
El experto en energía Jesper Starn en base a informes de la consultora IHS Markit ha informado que al menos 350 millones de personas en el mundo se vieron afectadas por cortes de energía el año pasado por las condiciones atmosféricas extremas y la transición a fuentes de energía más limpias. Esto tuvo que ver con interrupciones en los servicios de suministro. Por un lado, por otro, países considerados fuentes de energía atravesaron caídas abruptas en sus capacidades de producción.
Más del 4% de la población mundial se vio afectada cuando regiones que antes tenían suministros de energía confiables, como Texas y China, sufrieron apagones y racionamientos. El cambio climático está provocando condiciones meteorológicas más extremas, mientras que una transición “inherentemente accidentada” hacia energías más ecológicas está agravando problemas de falta de inversión en redes y centrales que se arrastran desde hace tiempo, según el informe.
Otro punto del informe destaca que los mercados que antiguamente podrían haber sido calificados como fuentes de energía no renovable en regiones de América Latina han visto disminuidas su capacidad de producción por el agotamiento de sus reservas. Ningún Gobierno desde hace una década ha realizado inversiones para modificar su matriz y depende de las importaciones cada vez más caras.
La transición hacia la energía eólica y solar esencial para cumplir con los objetivos climáticos globales, no es un tema de primer orden. Pero eso no es un impedimento para que los inversionistas eviten combustibles fósiles que aún son necesarios para la seguridad del suministro. La resultante crisis energética mundial –con precios cada vez más altos en Europa y apagones continuos en China– se ha visto agravada por la pandemia de covid-19 y cuellos de botella en las cadenas de suministro.
“El suministro de combustibles fósiles sigue siendo la forma dominante de energía en la mayor parte del mundo. Si ese suministro se reduce más rápido de lo que disminuye la demanda, y antes de que tecnologías alternativas puedan llenar el vacío, podrían surgir deficiencias que provoquen alzas de precios”, dice el informe de IHS Markit.
El cambio climático también está afectando la confiabilidad de los sistemas de energía, con más olas de frío y sequías en lugares que carecen de la infraestructura para manejar condiciones atmosféricas tan extremas. La variabilidad de los patrones climáticos también dificulta la realización de pronósticos de oferta y demanda, según IHS Markit.
El gas, fuente energía no renovable
Hace poco menos de dos décadas se decía que Bolivia era una fuente inagotable de gas natural que podía fácilmente resolver la demanda de los dos gigantes latinoamericanos: Argentina y Brasil. Ambos países dependieron de la importación de gas boliviano. Los volúmenes de exportación de Bolivia a esos dos mercados han caído drásticamente. Hoy se discute la necesidad de imponer sanciones a Bolivia porque no está cumpliendo los acuerdos firmados para el suministro de gas.
Con Argentina, los acuerdos están en su momento más difícil. Bolivia exige firmar nuevas enmiendas para superar el incumplimiento en los volúmenes de exportación del energético. Para formar una idea clara de cómo ha ido cayendo la exportación en 2010 –primera adenda- Bolivia redujo los envíos de gas de 27,7 MMmcd a 21,3 durante todo el año. En la cuarta adenda firmada en 2019 se pactaron envíos diferenciados que en ningún caso superaban los 18 MMmcd. La quinta enmienda que está vigente -firmada en 2020- establece dos bandas de exportación de 14 MMmcd para invierno y 8 para verano. En enero de este año los volúmenes de envío de gas a la Argentina bajaron a 8,5 millones de metros cúbicos día MMmcd. El volumen más bajo de los últimos 10 años.
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La nueva adenda que plantea Bolivia reduce los volúmenes de exportación hasta 8MMmcd en la época de invierno y 6 en verano, situación que ha sido considerada por Argentina como inaceptable. El contrato original resuelve el incumplimiento con penalidades. En esa figura, Argentina puede reclamar bajo la cláusula Delivery of Pay, el 100% del gas no despachado. No convence a los negociadores de la compañía de Integración Energética Argentina (IEASA) esa caída entre 22 y 35% menores a los niveles enviados el año pasado. El contrato original firmado en 2006 definía, un envió de 27,7 MMmcd durante todo el año, volumen que Bolivia está lejos de cumplir.
Exportaciones de Hidrocarburos
2014 US$ 5.900 millones
2019 US$ 2.797 millones
2021 US$ 2.063 millones
Las proyecciones para 2022 estiman que las exportaciones podrían caer a US$ 1.500 millones