La reunión que congrega poderosos grupos financieros y presidentes se divide entre pesimistas y optimistas sobre el impacto económico de las primeras medidas de Donald Trump.
Los inversores están entusiasmados y preocupados por igual. La llegada oficial de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, que fue vista como una presión sobre el tipo de cambio, las tasas de interés futuras y el mercado de valores, terminó convirtiéndose en incertidumbre sobre el rumbo de la economía.
Los optimistas
El optimismo tiene una razón: Trump, hasta ahora, ha prometido, pero no ha cumplido. Aunque su retórica siguió siendo dura respecto a los vínculos comerciales con otros países, el republicano se lo tomó con calma a China y no aportó nada nuevo en relación a lo que el mercado ya conocía. Conclusión: los inversores aprovecharon la oportunidad para ajustar posiciones y corregir los excesos de precios, lo que permitió que el dólar cayera.
No todo es color de rosa
Los profesionales del mercado advierten que la tregua puede ser corta si Trump anuncia medidas directas para gravar los productos importados y tomar represalias comerciales contra varios países y bloques económicos. En este escenario, todo el optimismo visto hasta ahora podría revertirse, generando una nueva ola de búsquedas de protección.
Ambiente hostil para los emergentes
Atentos a este entorno incierto, los mercados se pondrán a prueba hoy con la participación de Trump en el Foro de Davos, una jornada con pocos indicadores económicos relevantes. Dependiendo del tono que se adopte, los activos podrían retomar una trayectoria bajista, anticipando un escenario más hostil para las economías emergentes. Hasta ahora, aunque ha adoptado un discurso moderado, el nuevo presidente estadounidense ya ha entrado en curso de colisión con México, Canadá y Rusia.