De Argentina a Wall Street: los potenciales conflictos de interés de Donald Trump

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La extensa lista de negocios internacionales de Donald Trump significa que como presidente de Estados Unidos tomará decisiones que también afectarán sus intereses empresariales.

Bajo el paraguas de la Organización Trump, el multimillonario tiene centenares de inversiones e bienes y raíces, marcas y otros negocios que podrían verse beneficiados por las políticas que impulse desde la Casa Blanca.

Y en EE.UU. los presidentes no están sujetos a las mismas reglas para evitar los conflictos de interés que rigen a otros funcionarios.

 

Los presidentes anteriores acostumbraban colocar sus inversiones en fideicomisos ciegos para evitar cualquier posibilidad de corrupción, pero Trump ha dicho que él simplemente le pasará a sus hijos el control de la organización que lleva su nombre.

“Podría ser presidente de Estados Unidos y manejar la Organización Trump al mismo tiempo. Pero no quiero hacer eso”, aseguró el magnate.

 

Pero sus hijos también son parte de su equipo de transición y ya han participado en reuniones con líderes extranjeros.

Y el propio director de la Oficina de Ética del Gobierno de EE.UU., Walter Shaub, ha dicho que su plan simplemente “no cumple con los estándares” fijados por los presidentes estadounidenses durante los últimos 40 años.

Tanto Shaub como numerosos expertos en ética han dicho que la única forma en la que Trump puede evitar potenciales conflictos de interés es liquidando todos sus activos y colocando el producto de la venta en un fideicomiso ciego.

Pero, como esa alternativa no parece estar siendo considerada por el magnate, BBC Mundo te presenta una lista de potenciales conflictos de interés de Trump en EE.UU. y el exterior.

Como el suyo es un negocio privado y el futuro presidente no ha hecho pública sus declaraciones de impuestos, el alcance exacto de sus negocios -y la consiguiente posibilidad de conflictos- no se conoce completamente.

Empezamos la lista con los potenciales conflicto de interés en EE.UU.


40 Wall Street

La Organización Trump es propietaria de los derechos de alquiler del edificio de oficinas ubicado en el número 40 de Wall Street, en Manhattan.

Y, según Bloomberg News, en este momento hay cinco investigaciones federales activas que involucran a viejos y actuales inquilinos del edificio, en su mayoría por fraude.

Esas investigaciones corren por cuenta de la Securities and Exchange Commission (SEC), y Trump se encargará de nombrar al nuevo director de la SEC cuando llegue al gobierno.


Oleoducto Dakota Access

Varias tribus sioux y sus aliados han estado protestando durante meses para evitar la construcción del oleoducto Dakota Access debajo de las fuentes de agua cercanas a la reserva Standing Rock.

Y Trump tiene una inversión parcial -que se estima entre US$500.000 y US$1 millón- en la compañía que es dueña de la firma a cargo de la construcción del oleoducto, Energy Transfers Partners.

La portavoz de Trump, Hope Hicks, dice que el futuro mandatario ya vendió sus acciones de Energy Transfer Partners.

Pero Trump también tenía acciones de Phillips 66, compañía que es dueña del 25% del proyecto. Y no está claro si el presidente electo también vendió sus acciones en esta empresa.

El departamento del Interior y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. han retrasado una decisión sobre el futuro del oleoducto hasta que terminen de consultar con las comunidades locales.

Y la persona que Trump ponga a cargo del departamento del Interior podría terminar teniendo la última palabra.


Deutsche Bank

Uno de los mayores financiadores de los proyectos inmobiliarios de Trump es Deutsche Bank.

Y el banco está actualmente negociando con el departamento de Justicia de EE.UU. el cierre de un caso por la venta, mediante engaños, de bonos vinculados a hipotecas basura.

Si Deutsche Bank no ha llegado a un acuerdo antes de la toma de posesión de Trump, su gobierno quedará a cargo de las negociaciones.


Comisión Federal de Comunicaciones

El presidente electo continuará teniendo “mucho que ver” con el programa de televisión “The Celebrity Apprentice”, que se transmite por NBC.

Y tanto NBC como su casa matriz, Comcast, son reguladas por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés).

A Trump, sin embargo, le tocará nombrar a dos de los comisionados de la agencia.

 


Administración de Servicios Generales

La Organización Trump alquila un edificio gubernamental para uno de sus hoteles: el Trump International Hotel de Washington DC.

Se trata del Old Post Office Building, originalmente gestionado por la Administración de Servicios Generales del gobierno de EE.UU., (GSA, por sus siglas en inglés).

Y esto, según sus críticos, hará que cuando Trump asuma la presidencia se convierta tanto en arrendador como arrendatario del edificio.

El alquiler, por un período de 60 años, muy seguramente necesitará ser renegociado. Y la persona a cargo de fijar el monto del alquiler será un subordinado del director de la GSA, quien será nombrado por Trump.

Pero además, este tipo de contratos de alquiler prohíbe que cualquier empleado federal, incluyendo funcionarios electos, se beneficien de contratos con el gobierno.Y, por si fuera poco, el hotel ya les ha sido ofrecido a diplomáticos y dignatarios extranjeros como un buen lugar para alojarse en Washington, haciendo temer que algunos de ellos lo vean como una buena forma de ganarse el favor de la administración Trump.


Junta Nacional de Relaciones Laborales

El pasado 3 de noviembre, la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, por sus siglas en inglés) determinó que el Trump International Hotel de Las Vegas -del que Trump es copropietario- había violado la ley al rehusarse a negociar con un sindicato de trabajadores hoteleros.

El hotel apeló la decisión. Pero otras ocho disputas laborales que involucran al hotel de La Vegas están actualmente siendo estudiadas por la NLRB.

Y después de que asuma la presidencia, Trump tendrá que nombrar a dos de los cinco miembros que integran la junta.

Esto pondrá a la NLRB en la delicada, y hasta hoy inédita, situación de tener que decidir sobre disputas que afectan a un negocio del presidente.


Servicio Secreto

 

Durante la campaña electoral, la compañía aérea de Trump, TAG, le cobró al Servicio Secreto por llevar a bordo de su Boeing 757 a los agentes a cargo de proteger al candidato.

 

Es una práctica común que el Servicio Secreto pague por viajar en aviones privados y, durante la campaña, la Comisión Federal Electoral llevó registro de esto a través de los reportes de financiamiento de la campaña.

Como presidente, Trump muy probablemente se desplazará a bordo del Air Force One u otros aviones propiedad del gobierno.

Pero si miembros de la familia Trump o la del vicepresidente Pence a los que se les haya asignado escoltas deciden volar a bordo de TAG Air, el Servicio Secreto tendrá que reembolsarle a la aerolínea -es decir, al propio Trump- el valor de los pasajes de sus agentes.Y, además, se entiende que el Servicio Secreto le pagará a la Organización Trump por el espacio que vayan a utilizar en la Torre Trump cuando estén protegiendo a Melania y Barron Trump, quienes tienen previsto pasar en Nueva York parte del año.

Esos pagos saldrán del presupuesto normal del Servicio Secreto y muy probablemente su monto no se hará público.


Acciones

Jason Miller, el portavoz del equipo de transición, dijo que el presidente electo vendió todas sus acciones en junio, pero la campaña nunca ofreció pruebas.

Y, desde su victoria, Trump ha criticado a varias compañías por Twitter, lo que ha hecho caer el valor de sus acciones en el mercado de valores.

Si Trump todavía conserva acciones de algunas compañías, puede hacer dinero vendiendo o comprando antes de publicar trinos semejantes.


Potenciales conflictos de interés en el extranjero

Según la información hecha pública por el mismo Trump, el magnate tiene intereses o compañías en al menos 20 países.

Y, a diferencia de lo que pasa con sus intereses domésticos, el presidente electo podría terminar violando una cláusula en la Constitución de EE.UU. si continúa beneficiándose de esas inversiones.

La cláusula sobre “emolumentos” prohíbe específicamente a los funcionarios aceptar regalos, pagos o cualquier tipo de beneficio de una nación extranjera.

E incluso beneficios de rutina, como exenciones de impuestos, podrían constituir una violación de la cláusula de emolumentos una vez que Trump asuma la presidencia.

Un antiguo abogado de la Casa Blanca especializado en temas éticos ha llegado incluso a afirmar que si Trump conserva sus negocios empezará a violar la Constitución desde “el primer día”.

Y, además de la cláusula de emolumentos, las decisiones de política exterior de la administración Trump que impliquen a países en los que la Organización Trump tiene negocios también podrían ser objeto de sospecha, especialmente si benefician a sus empresas.

A continuación algunos de los principales negocios de Trump en el exterior, que eventualmente pueden topar con la política exterior de EE.UU.


Argentina

Medios argentinos reportaron que Donald Trump le había pedido personalmente al presidente Mauricio Macri su apoyo para la construcción de un edificio de oficinas en Buenos Aires, cuando este último lo había llamado para felicitarlo por su victoria.

Tanto la campaña de Trump como el gobierno argentino negaron los reportes.

Pero, algunos días después, la empresa a cargo de a construcción del edificio anunció que, después de años de atrasos, el proyecto había vuelto a encaminarse.

 


Brasil

Una lujosa propiedad de Río de Janeiro, que había obtenido la licencia para utilizar el nombre Trump, se convirtió en objeto de una investigación federal luego de que dos pequeño fondos de pensiones que habían invertido en el proyecto inmobiliario fueran acusados de corrupción.

La Organización Trump dijo luego haber cancelado el acuerdo para el uso del nombre en el proyecto carioca.

Pero el abogado de Trump, Alan Garten, le dijo a la agencia AP que esa, y otras cancelaciones, eran “limpieza rutinaria” y no parte de una estrategia para reducir potenciales conflictos de interés en el extranjero.


Canadá

La Organización Trump llegó a acuerdos para el uso de la marca Trump con dos proyectos hoteleros en Canadá, uno en Toronto y otro en Vancouver.

El hotel de Vancouver va a ser inaugurado a inicios de enero, pero el edifico de Toronto está siendo subastado luego de que su desarrollador se declarara en bancarrota.


China

 

Aunque Trump ha acusado repetidamente a China de manipulación de moneda, uno de los bancos más grandes del país -el Banco de China, que es en su mayoría propiedad estatal- es dueño de un préstamo de US$950 millones para un edificio en Nueva York del que Trump es en parte propietario.

Mientras que otro banco mayoritariamente de propiedad estatal -el Banco Industrial y Comercial de China- alquila espacio en la Torre Trump, lo que significa que le paga alquiler al futuro mandatario.

La Organización Trump también ha tratado de abrir hoteles en el país asiático en varias ocasiones.

De hecho, el presidente ejecutivo de Trump Hotels, Eric Danziger, le dijo en octubre a medios de Hong Kong que querían abrir de 20 a 30 hoteles en el país en 2017.

Mientras que el yerno y asesor de Trump, Jared Kushner, está negociando un acuerdo con la aseguradora china Anbang para desarrollar el 666 Fifth Avenue de Nueva York.

El abogado de Kushner le dijo a The New York Times que el ahora asesor presidencial “se recusaría de todos los asuntos que pudieran tener un efecto directo y predecible sobre el resto de sus intereses financieros”, pero no ofreció detalles.


India

Trump tiene acuerdos para licenciar su nombre a edificios en Bombay y Pune.

Uno de esos tratos es con el Grupo Lodha, cuyo fundador, Mangal Lodha, también es vicepresidente del actual partido de gobierno, el BJP.

Poco después de la victoria de Trump, algunos de sus socios de negocios en India volaron a EE.UU. a felicitar al magnate, quien hizo tiempo para discutir con ellos “el tema de las relaciones entre India y EE.UU.”.


Indonesia

Dos proyectos turísticos vinculados al magnate todavía no han empezado a construirse pero la Organización Trump sigue siendo parte de los mismos.

Uno de los socios de Trump en el país asiático es Hary Tanoesoedibjo, quien se postuló al cargo de vicepresidente y es un hombre con muchas conexiones políticas en Indonesia.

Y, según The New York Times, Hary está formando un nuevo partido político de cara a las elecciones de 2019.

Además, uno de los asesores de Trump, Carl Icahn, es un accionista importante de Freeport, empresa que está tratando de ampliar un contrato de minería con el gobierno de Indonesia.


Japón

Ivanka Trump estuvo presente en la reunió que su padre celebró con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, poco después de resultar electo.

Y la mayor de las hijas de Trump está afinando los detalles de un negocio con la compañía de ropa japonesa Sanei International, cuyo accionista principal es el gobierno japonés, a través del Banco de Desarrollo de Japón.

Aunque, según Ivanka Trump, el acuerdo había empezado a gestarse desde mucho antes y los términos habían sido acordados antes de la elección de su padre.

 


Filipinas

 

El nuevo enviado comercial de las Filipinas a Estados Unidos es el mismo hombre que construyó la Torre Trump de Manila.

Como en muchos de sus proyectos inmobiliarios, Trump no es dueño del edificio en sí, pero permite el uso de su nombre a cambio de pagos regulares.

Y, en el pasado, varios miembros de la familia Trump han promovido el proyecto, apareciendo incluso en un video promocional.

Según reportes, después de la elección de Trump el enviado comercial/socio de negocios voló a reunirse con él en privado.


Arabia Saudita

“Nos gustaría proteger a Arabia Saudita. Pero Arabia Saudita va a tener que ayudarnos económicamente”, dijo Trump durante su campaña.

Y, durante ese período, el magnate creó ocho compañías vinculadas a posibles negocios inmobiliarios en el país árabe.

En diciembre pasado, un abogado de la Organización Trump le dijo a la agencia AP que las ocho compañías habían sido disueltas o cerradas y que “ya no había trato” en Arabia Saudita.

Pero la compañía podría muy fácilmente restablecer presencia en el país árabe.


Taiwán

 

En septiembre, una mujer que decía trabajar para la Organización Trump se reunió con el alcalde de Taoyuan para hablar sobre potenciales desarrollos inmobiliarios en Taiwán.

La Organización Trump negó que tuviera planes de expandirse ahí y dijo que no se habían producido “visitas autorizadas” para discutir posibles negocios en el país asiático.

Pero, según The New York Times, la oficina del alcalde de Taoyuan dijo que la mujer sí tenía “documentos que la autorizaban”, aunque sin especificar cuáles.

Y un mes después de su elección, Trump habló personalmente con la presidenta de Taiwán, rompiendo así con décadas de política exterior estadounidense.

 


Turquía

En 2008, Trump autorizó el uso de su nombre por parte del conglomerado turco Dogan Holdings, que planeaba construir dos proyectos residenciales y de oficinas de negocios en el distrito empresarial de Estambul.

Pero las relaciones entre Dogan Holdings y el primer ministro turco, Tayyip Erdogan,empezaron a complicarse luego de la apertura de las torres, en 2012.

La familia Dogan también es dueña de un periódico crítico de Erdogan.

Según la revista Newsweek, la mala relación entre Erdogan y los Dogans significa que Trump tendrá que enfrentar un conflicto directo entre sus intereses empresariales y la relación de EE.UU. con un importante aliado.

Y la importancia de Turquía en la guerra en Siria y la lucha contra el autodenominado Estado Islámico hace este tema todavía más importante.

 


Reino Unido

Trump es dueño de dos campos de golf en Escocia y recientemente le pidió al líder del Partido de la Independencia de Reino Unido, Nigel Farage, que se opusiera a la construcción de las granjas eólicas.

Y no lo hizo porque piensa que son malas para Reino Unido o contrarias a la política energética de EE.UU., sino porque teme que podrían afectar el valor de esas dos propiedades.

“No dijo que odiaba las granjas eólicas como concepto, sólo que no le gustaba que arruinaran el paisaje“, le dijo a The New York Times y The Express uno de los asistentes al encuentro entre Tump y Farage.

Y los campos de golf también podrían verse afectados por las negociaciones del Brexit o un segundo referendo sobre la independencia de Escocia.