El FMI y Banco Mundial se defienden ante posible ruptura con Estados Unidos

Bloomberg
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Trump ordenó una revisión de la relación de EE.UU. con las organizaciones internacionales, incluídos el FMI y el Banco Mundial, que debe concretarse a principios de agosto.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco mundial están defendiendo su postura contra una posible ruptura con Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump.

Las instituciones hermanas —principales fuerzas de la influencia global de EE.UU. desde la Segunda Guerra Mundial— se preparan para el impacto de la transformación radical de Trump en las relaciones internacionales, buscando convencer a la administración del valor que aportan a su filosofía de “Estados Unidos Primero”.

Esto ocurre en medio del riesgo de una medida potencialmente extrema: la retirada estadounidense de las instituciones, como defiende el Proyecto 2025, el manual republicano cuyos autores han ayudado a configurar la política en el segundo mandato de Trump. Trump ordenó una revisión de la relación de EE.UU. con las organizaciones internacionales, incluídos el FMI y el Banco Mundial, que debe concretarse a principios de agosto.

Los líderes del FMI y del Banco Mundial se reunieron con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, el principal funcionario que representa a EE.UU. en las instituciones, para explicar cómo benefician estas a los intereses estadounidenses, buscando en parte refutar las críticas desde dentro de la órbita Trump, según personas familiarizadas con la situación, que pidieron no ser identificadas ya que las discusiones han sido privadas.

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, han planteado argumentos similares a la administración en reuniones separadas. Argumentan que pueden cubrir sus propios costos administrativos y que su estructura magnifica el impacto de las contribuciones estadounidenses. Afirman además que EE.UU., como mayor accionista, ya tiene el poder de definir políticas. La participación de Washington es de alrededor del 16% para el FMI y de cerca del 17% para el fondo más antiguo del banco.

También han destacado que sus misiones (estabilidad financiera global para el Fondo y desarrollo para el Banco) benefician a EE.UU. , incluyendo la creación de demanda de exportaciones y la prevención de crisis financieras o humanitarias.

“En este momento hay una enorme cantidad de incertidumbre”, dijo Josh Lipsky, director sénior del Centro de Geoeconomía del Atlantic Council y exasesor del FMI durante la mayor parte del primer mandato de Trump. Durante ese tiempo, afirmó, la administración reconoció el valor del fondo y participó de forma constructiva. Ahora, “el abanico de resultados es lo más amplio posible”, afirmó.

Es probable que la cuestión surja el próximo mes, cuando el FMI y el Banco Mundial reciban a los responsables de las finanzas y bancos centrales mundiales en las Reuniones Anuales de Primavera en Washington que comienzan el 21 de abril.

Georgieva “ha mantenido conversaciones muy constructivas con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y otros representantes del gobierno de EE.UU.”, declaró el FMI en respuesta a preguntas. “Esperamos seguir colaborando con EE.UU. para promover el crecimiento y la prosperidad en EE.UU. y en todo el mundo”.

El Banco Mundial informó a la administración sobre sus reformas, su enfoque en la creación de empleo y sus esfuerzos para impulsar el capital privado. “Como cualquier accionista, desean ver el valor de sus contribuciones, y sabemos que la confianza se gana con resultados”, declaró en un comunicado.

Para el fondo y el banco, el escenario más desastroso es que EE.UU. los deje atrás. El informe Proyecto 2025, publicado por la conservadora Fundación Heritage, argumenta que las instituciones “adoptan teorías y políticas económicas contrarias a los principios estadounidenses de libre mercado y gobierno limitado”, incluyendo el aumento de impuestos.

La mejor opción para Washington, dice, es retirarse en lugar de impulsar reformas.

“Los conservadores y otros partidarios del mercado llevan décadas intentando reformar estas instituciones”, dijo David Burton, investigador sénior de política económica en la Heritage Foundation y uno de los autores del Proyecto 2025. “Son incapaces de implementar reformas serias y son sistemáticamente hostiles a los intereses nacionales de EE.UU.”.

Banga ha subrayado que el banco se centra en el desarrollo, no en la caridad o el trabajo humanitario. También ha destacado sus esfuerzos para que el banco financie proyectos de energía nuclear, así como energías renovables y gas natural, como fuente de energía baja en carbono.

Actitudes del Banco Mundial y el FMI

Ambas instituciones han hecho del cambio climático y sus efectos un foco de su trabajo, un tema controvertido para la administración Trump, que ha promovido los combustibles fósiles en detrimento de las energías renovables.

En el pasado, los secretarios del Tesoro de EE.UU. han expuesto las expectativas o demandas de la Casa Blanca al FMI y al Banco Mundial antes de sus reuniones de primavera u otoño, como una forma de establecer la agenda.

Mientras tanto, la administración aún no ha designado un subsecretario de asuntos internacionales del Tesoro, que gestione la relación con las instituciones, ni ha nombrado directores ejecutivos para sus juntas directivas, lo que significa que EE.UU. se ha abstenido en las votaciones.

Un portavoz del Tesoro confirmó que Bessent se reunió con Georgieva y Banga, pero se negó a proporcionar detalles.

Retirarse del FMI y del Banco Mundial haría que la economía mundial fuera menos estable y frenaría el desarrollo, dijo Brent Neiman, profesor de economía en la Universidad de Chicago y ex funcionario del Tesoro durante la administración Biden.

“Si el FMI como institución no existiera todavía, querríamos crear algo parecido”, dijo Neiman.

"Todo intelectual tiene la obligación moral de poner en discusión las decisiones que emanan del poder político"

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