El impacto de las políticas de Milei: ¿ventajas o perjuicios para Bolivia?

Los Tiempos
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Contrabando frontera Argentina
Foto: La Nación

Con la llegada de Javier Milei al poder en Argentina, el país ha experimentado una serie de transformaciones profundas que han generado tanto elogios como críticas. Las medidas implementadas, aunque dolorosas para una gran parte de la población, son vistas por algunos analistas y por la misma administración como imprescindibles para poner fin a un ciclo de desajustes macroeconómicos que amenazaban con llevar al país a una hiperinflación. Este reportaje se adentra en los cambios en Argentina, su impacto inmediato y potencial a largo plazo en Bolivia, y las perspectivas de diversos expertos.

Cambios en Argentina

Al asumir el poder, Javier Milei se enfrentó a una economía en crisis, con una inflación mensual del 25 por ciento y un déficit fiscal crónico desde 2008. Sin embargo, en un corto plazo, su administración ha logrado ciertos avances notables. Para mayo de 2024, la inflación mensual se redujo drásticamente a un 4,2 por ciento, el déficit fiscal se transformó en un superávit del 0,2 por ciento en el primer trimestre, y las reservas internacionales pasaron de un déficit de 11 mil millones de dólares a un saldo positivo de 30 mil millones de dólares.

Estas medidas, aunque efectivas en estabilizar ciertos indicadores macroeconómicos, han tenido un costo social significativo. La pobreza en Argentina se ha disparado al 49 por ciento de la población y el desempleo alcanzó el 7,5 por ciento en el primer trimestre de 2024. Esta situación ha desatado conflictos sociales y protestas, reflejando el doloroso ajuste que atraviesa el país.

Impacto en Bolivia

La economía boliviana, que ya enfrenta sus propios desafíos, observa de cerca estos desarrollos en Argentina. Los analistas temen que los efectos iniciales de la recesión y el aumento de la pobreza en Argentina puedan tener repercusiones negativas en Bolivia. El doctor en economía Antonio Saravia señala que la reducción del déficit fiscal y el fortalecimiento de las reservas internacionales en Argentina son señales positivas para los inversionistas, pero advierte que estos logros tienen un costo social significativo. “La fiesta se tiene que terminar, y cuando eso pasa dejas de tomar y te duele la cabeza”, comenta Saravia, ilustrando el dolor inevitable de los ajustes económicos.

Uno de los efectos inmediatos ha sido el encarecimiento de los productos argentinos, lo que ha abaratado los productos bolivianos y creado un fenómeno que el gobierno de Luis Arce denomina “contrabando a la inversa”. Según Saravia, esto no es contrabando, sino exportación legítima. “Es impresionante cómo el Gobierno viene a decir que no podemos exportar. Si nos pagan más allá, que el Gobierno se ponga en frente y diga: ‘No pueden sacar los productos’. Cuando eso es exportación. Si no dejamos que la gente exporte, ¿cómo vamos a tener dólares después?”, argumenta el economista.

Perspectivas a largo plazo

En el largo plazo, si las reformas de Milei resultan exitosas, los beneficios podrían extenderse a Bolivia. “Si a un vecino le va bien, genera plata y nos puede comprar más productos, así las exportaciones aumentan. Genera más fuentes de empleo y esa es una opción para los que migren. Y en el efecto ideológico, si se muestra que el liberalismo da resultados en Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, entonces igual iríamos por el mismo lado”, explica Saravia.

No obstante, no todos comparten este optimismo. Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, advierte que en el corto plazo, la recesión en Argentina podría exportar pobreza y exacerbar el “contrabando a la inversa”, desabasteciendo el mercado boliviano ya afectado por la escasez de dólares. “En el corto plazo no se avizora un beneficio importante y es más negativo. Argentina debe comenzar de cero y hay más confianza de los inversionistas y personas ligadas a la derecha que de la propia sociedad argentina”, afirma Romero.

Industria energética

Otro aspecto crucial es la situación energética. Argentina, con su megacampo hidrocarburífero Vaca Muerta, está en posición de no sólo abastecer su mercado interno sino también competir con Bolivia en la venta de gas a Brasil. Bolivia ha puesto sus ductos a disposición para facilitar esta transacción, esperando el visto bueno del gobierno de Milei. Raúl Velásquez, investigador de la Fundación Jubileo, considera esto como un “sello del fracaso de la política hidrocarburífera” en Bolivia.

Según Velásquez, los cambios en Argentina reflejan una realidad inevitable en los precios y políticas energéticas. “Buena parte de la región se beneficiaba de las políticas públicas argentinas en salud y educación, subsidiadas por el Gobierno argentino y que beneficiaban incluso a extranjeros. Eso está cambiando y hasta se está revirtiendo, en el caso del ‘contrabando a la inversa’ de productos bolivianos”, indica.

Futuro económico

El futuro económico de Bolivia está, en muchos sentidos, vinculado a los resultados de las políticas de Javier Milei en Argentina. Si bien los ajustes actuales han traído dolor y conflicto, existe un potencial de estabilidad y crecimiento a largo plazo que podría beneficiar a Bolivia. Los expertos coinciden en que, aunque los cambios son duros, podrían sentar las bases para una recuperación más sólida y sostenible.

Mientras tanto, Bolivia debe prepararse para navegar los desafíos inmediatos, aprovechando las oportunidades que surjan de las nuevas dinámicas económicas en Argentina. La lección clave, como señala Álvaro Ríos, es la necesidad de ajustes propios para evitar caer en un pozo del que cada vez será más difícil salir.