El PIB crece en 2018 lo mismo que en 2017
El Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia creció en 4,22 por ciento, dos centésimas más que en 2017, impulsado principalmente por los sectores de la agropecuaria, servicios y el gasto público, según datos presentados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En contrapartida, los rubros que marcaron el rumbo a las cifras negativas fueron los hidrocarburos y la minería.
“En conclusión, podemos decir que la economía boliviana es estable, continua el crecimiento gracias al dinamismo de la demanda interna”, manifestó el director del INE, Santiago Farjat, en la conferencia de prensa de la presentación de los datos.
Para el economista Gabriel Espinoza, en cambio, el que se haya logrado una cifra prácticamente similar a la de 2017, “centésimas más, centésimas menos”, demuestra, una vez más, la desaceleración de la economía boliviana.
El Director del INE manifestó que los sectores intensivos en mano de obra (no extractivos), que dependen de la demanda interna, presentaron un crecimiento sostenido, mientras que los sectores extractivos, que obedecen mayormente al desempeño del área externa, tuvieron un comportamiento a la baja en los últimos años producto de la menor demanda por parte de nuestros principales socios comerciales.
Para Espinoza, en cambio, es preocupante saber que uno de los rubros que más haya apuntalado el crecimiento haya sido el gasto público en Bolivia.
ANÁLISIS
Gabriel Espinoza. Economista
Preocupa que el crecimiento dependa del gasto público
El PIB de 4,22 por ciento confirma una desaceleración de la economía: se creció prácticamente lo mismo que en 2017. No repuntamos aun cuando las exportaciones del año pasado fueron mayores que en 2017 y las importaciones menores. Además, el ritmo de inversión pública también fue mayor.
Esto muestra claramente que el modelo está en fase de agotamiento. Llama la atención que el rubro que más creció es el de la agricultura, pese a las constantes quejas del sector por pérdidas por sequía y falta de mercados.
El segundo que más crece es la administración pública: 6,8 por ciento, dos puntos más que en 2017 y 2,5 más que en 2016. Esto es llamativo y peligroso, pues es una economía que cada vez depende más del Estado, que no es un generador de divisas.
Del otro lado, hidrocarburos cayó casi 8 por ciento, pese a que en 2018 hubo mejores precios que en 2017. Quiere decir que los volúmenes son los que han caído.