Expansión aurífera en la Amazonía replica modelo cooperativista y en condiciones precarias

Brújula Digital
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Foto: Eduardo Franco Berton

Con los precios del oro disparándose y la demanda de otros minerales en aumento, la minería representa una amenaza creciente para las comunidades y los ecosistemas de todo el mundo. En análisis del investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), Alfredo Zaconeta, la expansión de la actividad minera en la Amazonía es inminente, la misma que se va replicando bajo el modelo cooperativista y en condiciones de precariedad.

Durante el Diálogo Multiactor sobre la explotación de oro en Bolivia realizado en el municipio de Ixiamas en el Norte de La Paz, el investigador señaló, que durante la gestión 2022, Bolivia alcanzó su mayor producción histórica de oro con 53,3 toneladas (Tn), por un valor de $us 3.026 millones, pero apenas generó una regalía de $us 63,2 millones.

“Siete de los nueve departamentos del país se dedican a la explotación de oro; sin embargo, solo dos concentran el 90% de la producción nacional: La Paz, con 40,3 toneladas (75,5%), y Beni, con 8,03 toneladas que hace 15%”, señaló.

Con datos del Ministerio de Minería y Metalurgia afirmó ante un auditorio conformado por actores productivos de la región, representantes indígenas y especialistas en el tema, que el 97,8% de la producción del oro se exportó a la India en una proporción del 75%, a Emiratos Árabes Unidos el 17%, a Italia 3%, a Turquía 3%y el 3% restante a otros países en pequeñas cantidades.

“Cabe resaltar que el destino del oro boliviano cambió en los últimos seis años, puesto que hasta 2016, Estados Unidos era el principal destino con un promedio de 12 toneladas (…). Este cambio se debe a las exigencias del país del norte de aplicar la debida diligencia”, precisó.

En ese orden dijo que el oro ha igualado al gas natural como principal producto de exportación de Bolivia, pues el 2022 la exportación de hidrocarburos alcanzó a $us 3.088 millones y la exportación de oro sumó $us 3.007 millones.

“Para 2022, las cooperativas mineras produjeron 53,1 Tn de las 53,3 toneladas totales de la producción nacional de oro (99,6%)”, señaló.

En cambio dijo que el sector privado tiene una participación mínima del 0,3% en la producción nacional del oro y el sector estatal, apenas el 0,1%.

Para el investigador, se dieron las condiciones para esta participación marginal del Estado, en la comprobada debilidad institucional y poca presencia del Estado en las zonas auríferas, lo que deriva en una mayor presencia de minería ilegal y la vulneración de la actual normativa.

En ese contexto dijo que se necesita definir como Estado, una legislación específica que norme la explotación del oro y el rol de sus operadores, contar con una institucionalidad del Estado presente estratégicamente en diferentes puntos del país, particularmente en la Amazonía.

“Deben implementarse nuevos parámetros para la tributación del oro y establecer una única regalía, centralizar la comercialización de oro por parte del Estado para su atesoramiento e incremento de nuestras reservas internacionales e instalar una refinería de oro”, sostuvo.

Cuestionó en esa línea: ¿Cuál es el estado de situación en las zonas de explotación de oro en la Amazonia del país y cuales las perspectivas en la reconfiguración amazónica?.

El Diálogo abordará entre miércoles y jueves, cuatro ejes temáticos fundamentales: el rol de los actores de la actividad minera y los pueblos indígenas, la necesidad de una regulación en la minería, las contribuciones generadas por la riqueza minera y las vulneraciones de derechos humanos, impactos socioambientales y territoriales.

El próximo Foro Social Panamazónico (Fospa) se realizará en Bolivia en julio de 2024, precisamente en las ciudades amazónicas de Rurrenabaque y San Buenaventura. Del XI FOSPA participan delegaciones de los nueve países amazónicos: Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Guayana Francesa, Surinam y Bolivia.