He tenido 17 entrevistas para 4 trabajos, estoy quemado y agotado
Este artículo se basa en una entrevista a un trabajador del sector tecnológico que lleva casi dos años buscando trabajo. El trabajador ha tenido 17 entrevistas para cuatro empleos desde octubre. Esta persona ha hablado bajo condición de anonimato para no poner en peligro su carrera.
Empecé a buscar trabajo en octubre. Solicité varios puestos. Me respondieron de cuatro. El otro día lo sumé todo: llevo 17 entrevistas para cuatro trabajos distintos. Y de hecho acabo de recibir una oferta de uno, aunque no creo que vaya a aceptarla.
Y con los demás, no pasa nada si no me hacen una oferta, pero al menos que me rechacen de una vez. Parece que, en lugar de descartarme, siguen adelante y le añaden otra etapa más al proceso.
Para un trabajo, que es como un puesto híbrido, tuve dos entrevistas telefónicas y luego me pidieron que fuera, y me parece bien. Pero me dijeron: “¿Puedes venir la semana que viene este día, a esta hora? Es la única franja horaria que tenemos disponible”. Les dije: “De acuerdo. Vale, haremos que cuadre”. En diciembre me dijeron que querían terminar el proceso antes de fin de año. Así que fui y me entrevisté en persona con cuatro empleados. Y aquí estamos casi un mes después, en enero, y no he oído nada todavía.
Pero son los otros dos trabajos los que han sido una pesadilla. Por desgracia, he hecho muchas entrevistas en los últimos dos o tres años, porque cuando estaba en mi anterior empresa, estaba muy descontento y quería irme. Me hicieron montones de entrevistas y llegué a las rondas finales, pero no llegué a rematarlo.
Entonces acepté un trabajo en una startup. Cinco meses más tarde, cerró y me despidieron. Así que tuve que hacer una nueva ronda de solicitudes y entrevistas. Después, conseguí mi último trabajo, en el que encajaba fatal y me sentía muy infeliz. A los tres meses de empezar allí, ya empecé a solicitar y a entrevistar para otros trabajos. Me siento como si llevara dos años en un ciclo ininterrumpido de entrevistas. Es una completa locura.
Tener tantas entrevistas me ha hecho cuestionar el proceso de contratación
Ya ni siquiera tengo que prepararme porque lo he hecho montones de veces. Concretamente, en esta ronda, nadie me ha hecho una pregunta que no me hayan hecho ya. Así que ya tengo todos los ejemplos preparados. Es como, “Oh, háblame de un momento en que bla-bla-bla“. Es como, “oh, sí, ya sé qué decir para eso”. Tengo todos los posibles escenarios pensados. Así que supongo que en ese sentido es un poco más fácil.
Estaba pensando en esto el otro día: ¿Es esta realmente la mejor manera de determinar si eres el perfil idóneo para un trabajo, teniendo un par de conversaciones de media hora? Tampoco es que conozca otra alternativa. Mi último trabajo fue una pésima elección. Y me pregunto a mí mismo, ¿hay algo en lo que debería haberme fijado? Creo que no. No es que las empresas te vayan a decir: “Ah, sí, te hacemos trabajar muchas horas y no te vamos a formar. Y tampoco te vamos a ofrecer ningún tipo de apoyo”. No es que nadie vaya a ser honesto sobre ese tipo de detalles precisamente.
Siempre hay que estar ahí, al pie del cañón
Luego está este otro trabajo. Tuve una primera entrevista con Recursos Humanos. Tuve un cara a cara inicial con el responsable de contratación. Me dijo: “Me encantaría seguir con esta conversación”. Así que tuvimos otra en la que estaba un poco más preparado y estudié su producto y su empresa y esta vez la conversación fue un poco más específica.
Luego me hizo hablar con dos personas de la compañía que se suponía que reflejaban mejor el espíritu de la empresa, eran conversaciones más informales. Creo que dicen algo tipo: “Oh, sí, es solo una conversación informal para que hagas preguntas”. Pero en el fondo tampoco puedes comportarte de forma tan distendida cuando está en juego un posible puesto de trabajo. Siempre estás fingiendo. Y además tienes que hacerlo siempre porque te están evaluando. Y sí, claro, los estás evaluando. Pero no es lo mismo.
Así que tuve dos entrevistas de ese tipo. Yo estaba como, “Vale, genial. Probablemente hemos terminado ya. “Y luego, a la semana siguiente, fue como, “ah, no, todavía quiero que hables con dos personas más”. En un principio, este trabajo era mi primera opción de entre las cuatro. Pero por algún motivo, no volví a verles de la misma forma, me dejaron un sabor amargo después de esto. Me desanimó porque sentía que me estaban haciendo perder mi tiempo. ¿Y cuánto más iban a necesitar?
Lo entiendo, especialmente en una empresa pequeña. Es una startup. Cada contratación tiene un poco más de peso que si eres un empleado más en IBM o Google o lo que sea.
Aun así, me da la sensación de que es una pérdida de tiempo para todos los involucrados. Como llevo dos años haciendo entrevistas, hubo una en la que me hicieron hacer una selección inicial de personal. Luego tuve una conversación con el director de contratación y me hicieron hacer cinco entrevistas de 45 minutos cada una. Se repartieron a lo largo de una o dos semanas. Y al final ni siquiera volví a saber nada de ellos. Fue increíble porque fue una pérdida de tiempo para mí, pero también fue una pérdida de tiempo para esos empleados.
Ahora estoy pasando por lo mismo. He tenido que hacer tres entrevistas de 45 minutos cada una, lo que parece ser más frecuente en las empresas grandes. Siempre pienso: “Si me van a poner a hacer los paneles de 45 minutos, es que van a invertir una cantidad de tiempo considerable”. Tener a tus empleados hablando durante una hora con alguien, tiene que significar que soy un finalista, ¿verdad? Pero no sé. No van a poner a 10 personas a pasar por estos procesos interminables, eso seguro.
Hice esas dos entrevistas para esa startup, y terminaron siendo como seis o siete, y llegó a un punto en que me quedé como si nada. Y eso que todavía no he vuelto a saber de ellos.
Para la que me estoy entrevistando ahora, tuve una charla con un reclutador en noviembre. No me dijeron nada. Pensé que no había pasado la selección. Al final, me llamaron después de Navidad. Entonces hablé con el director de contratación. Duró 45 minutos y desde entonces he tenido tres entrevistas de 45 minutos y todavía me queda otra más.
Estoy agotado.
Me están haciendo perder el tiempo, pero obviamente no les importa mi tiempo porque para ellos no soy más que un candidato. Y tienen a todos los candidatos en fila, deseosos de entrar, sobre todo ahora que hay tanta gente sin trabajo.
Nada tiene sentido
También opino habiendo visto la otra cara de la moneda, cuando tuve que contratar a alguien, solo empleé tres rondas. Y la persona a la que acabé contratando era horrible. Pero se le daban genial las entrevistas. Así que también es uno de esos casos en los que pienso que, al fin y al cabo, malgastamos el tiempo haciendo todas estas entrevistas.
De todas formas, es una lotería, en realidad, no hay forma de saber si esa persona hace lo que dice que hace, o si so solo es bueno haciendo entrevistas. O, como en mi caso, que hagan que el trabajo parezca mejor de lo que es. Pero luego lo aceptas y resulta ser algo totalmente diferente. Con todas estas entrevistas y todo el tiempo que malgastamos en ellas, bien podríamos estar echándolo a cara o cruz.
Las empresas, como es lógico, han querido extender la decisión más allá del responsable de contratación. También quieren que forme parte la gente que va a trabajar con esa persona y los gerentes quieren conocer sus impresiones y su opinión al respecto. Pero creo que nos hemos pasado. ¿De verdad necesitan la opinión de 10 compañeros?
Después de que ese trabajo me obligara a hacer seis, y luego siete entrevistas, no puedo evitar preguntarme, ¿es así como dirigen la empresa? ¿Van a ser así de indecisos cada vez que haya que tomar una decisión? ¿Dónde está el liderazgo? Alguien tendrá que venir y empezar a tomar decisiones llegado un momento.
Todo el mundo ha tenido que ajustar sus presupuestos y contratar es mucho más difícil que en la época en la que los tipos de interés eran más bajos. Antes te decían: “Claro, tienes presupuesto para cinco personas”. Ahora solo tienes presupuesto para una, así que está claro que a todo el mundo le preocupa tanto equivocarse en una contratación que alargan indefinidamente el proceso.
Business Insider ha verificado la identidad del entrevistado. La conversación ha sido editada por razones de extensión y claridad.