La deflación en China provoca mal humor en los mercados

La caída de los precios hace temer una recesión mundial.

La segunda economía más grande del mundo registró deflación en junio, en comparación con mayo. El descenso fue del 0,2%. Los precios mayoristas registraron la caída más rápida desde 2016. Todo porque los chinos redujeron sus compras, mientras que las exportaciones perdieron fuerza en medio de la desaceleración de la economía mundial.

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Resulta que, para los economistas, los débiles datos de inflación también indican que China no podrá alcanzar su objetivo de crecimiento este año, fijado en el 5%. Y eso también tiene repercusiones en el crecimiento global, ya que gran parte de las economías de otros países también dependen de cuánto pueden vender a los asiáticos.

El efecto más tangible de esta noticia negativa fue una caída en el mineral de hierro. El precio del producto cayó 3,46%, a US$ 109,96 por tonelada en la bolsa de Dalian. Lo que sirve como un presagio negativo para las acciones brasileñas. El petróleo tiene un retroceso más modesto, 0,50%.

Sucede lo siguiente: cuando el PIB chino da señales de que puede crecer menos de lo estimado, crece la presión para que el país anuncie paquetes de medidas para estimular la recuperación de la economía. Además, la caída de la inflación global tiende a tener un efecto dominó en otros países que aún luchan contra el aumento de los precios. Después de todo, el mineral de hierro y el petróleo son consumidos por todos los países y son más baratos para todos.