Ecuador se endeuda para crecer
El petróleo ha apuntalado a la economía de Ecuador desde los años setenta. De cada 100 dólares que ingresan al país por exportaciones, 60 corresponden a este hidrocarburo. En los siete años que lleva Rafael Correa como jefe del Estado, el barril se ha cotizado entre los 80 y casi 100 dólares, superando las expectativas. Aun así, el país ha tenido que endeudarse para financiar el aumento de la inversión pública, que hoy se encuentra entre el 12 y el 13% del PIB -el promedio de América Latina es del 5%. En 2013 cerró con un déficit presupuestario de 5.059 millones de dólares, cinco veces más que en un año antes. El Gobierno necesita, además, 4.943 millones de financiamiento para cumplir el presupuesto de 2014.
“Ese gran deseo del Gobierno de invertir es la causante de este déficit fiscal”, explica el exministro de Finanzas Fausto Ortiz. “El país gasta porque encuentra financiamiento y crece porque ese financiamiento se traduce en obra pública”, añade.
La obra pública es visible en todo el país: las comunicaciones entre carreteras han mejorado notablemente y se han construido ocho centrales hidroeléctricas. En la Amazonia, tradicionalmente marginada, ya se han edificado dos de las llamadas Ciudades del Milenio, que ofrecen viviendas, escuelas, dispensarios médicos y todo lo necesario para compensar a las comunidades que históricamente han convivido con los campos petroleros. Y las infraestructuras de las principales ciudades se están modernizando.
El exministro de Finanzas considera, sin embargo, que el país no será capaz de sostener el ritmo de crecimiento en la inversión pública. El presupuesto aprobado para 2014 -34.300 millones de dólares, con la expectativa de que el precio promedio del barril de petróleo se mantenga en 86,4 dólares- requiere un financiamiento de 4.943 millones. Para obtener lo que falta, Ecuador consiguió, en junio, 2.000 millones de dólares en el mercado internacional a través de una emisión de bonos soberanos. Estos papeles de deuda tienen un plazo de 10 años y una tasa de 7,95%. El país andino estuvo alejado de estos círculos de endeudamiento desde 2008, cuando declaró una moratoria de una parte de su débito.
Esta operación se empezó a fraguar en mayo pasado, cuando el ministro de Finanzas, Fausto Herrera, mantuvo reuniones en Washington con el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el FMI. El ministro explicó que con los dos primeros organismos se analizaron líneas de crédito para financiar proyectos de desarrollo, mientras que con el FMI se llegó a un acuerdo para entregar información de forma periódica, pero no se ha buscado apoyo económico.
El Gobierno se ha hecho un esfuerzo por marcar la distancia con el FMI. El titular de Finanzas señaló que “el proceso de entrega de información se hará en el marco de soberanía del Estado ecuatoriano y bajo ningún concepto se permitirá intromisión en la política pública”. El ministro coordinador de la Política Económica, Patricio Rivera, aclaró que “antes la deuda pública se destinaba a los salvajes bancarios y ahora esos recursos sirven para aumentar la competitividad y productividad”.
En junio también se conoció que el Banco Central de Ecuador había colocado la mitad de sus reservas de oro (13 toneladas) en el banco de inversiones Goldman Sachs, con la disculpa de que el metal en las bóvedas no genera nada. Se invirtió este fondo a través de un derivado crediticio con una tasa de rendimiento del 0,85% por tres años. Para cuando termine la operación, en febrero de 2017, Ecuador espera recibir una ganancia de entre 16 y 20 millones de dólares. Paralelamente, esto ha servido de garantía para que Goldman Sachs entregue al país un préstamo de 400 millones de dólares.
Pero Ecuador debe buscar aún más financiamiento, porque al déficit fiscal hay que sumar unos 3.000 millones de pago de capital. Eso es lo que estaba estimado a inicios de año, según Fausto Ortiz. De momento la deuda del país alcanza el 26% del PIB, según las últimas cifras del Ministerio de Finanzas. Para el analista Jorge Rodríguez, la capacidad de endeudamiento de Ecuador, cuyo tamaño de la economía es de 100.000 millones de dólares, está lejos de su techo que es del 40% del PIB.
Si no se consigue ese financiamiento, la economía podría sufrir una contracción. “El gasto capital que el año pasado crecía a un ritmo anual de 12%, este año cayó a un 4%. Y la recaudación tributaria, que en 2013 creció en un 14%, este año crece en un 2%”, finaliza Ortiz.