Sector agroenergético solicita al Gobierno impulsar el Programa del Etanol

Página Siete
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Zafra planta San Buenaventura

Parte del sector azucarero envió una carta dirigida al presidente Luis Arce, en la que solicitan su apoyo para impulsar el Programa del Etanol, que tiene como principal objetivo llevar a Bolivia hacia la consolidación de “una matriz energética ambientalmente amigable”.

“El sector agroenergético y fabril que conformamos miles de familias bolivianas, trabajando en la industrialización de la caña de azúcar hace más de 70 años, requiere de su apoyo para impulsar los esfuerzos ya realizados, justamente en la visión que usted ha señalado: ‘sustituir la dependencia en dos sectores estratégicos, la soberanía alimentaria y la soberanía energética”, lee la carta firmada por seis representantes de organismos productores como Concabol, Unagro, Aguaí y Poplar.

“Usted ha señalado que ‘el país debe dejar de depender de importaciones y, por el contrario, ofrecer productos industrializados, con valor agregado y materias primas de alta calidad y, mejor aún, si son orgánicos o ecológicos’. Nuestro producto, Etanol, cumple, con precisión, esa preocupación manifestada”, sostienen.

La misiva destaca que la cadena productiva de la caña de azúcar puede ser considerada como sector agro-energético, porque además de producir azúcar y alcohol -—alcohol sanitario, alcohol combustible (etanol)— también genera energía eléctrica a partir del bagazo de la caña (residuo vegetal).

Además, destacan que Etanol sustituye importaciones, ya que desplaza las importaciones de combustibles fósiles; fomenta el consumo interno; y apoya la reactivación económica, al proteger y crear empleos para más de 15 mil familias cañeras.

“La Ley 1098 establece que se puede incorporar alcohol deshidratado en la gasolina hasta en un 25%, sin embargo, hasta la fecha y por distintos motivos, el nivel de incorporación no alcanza ni al 5% del volumen total de gasolina comercializada por YPFB”, detallaron.

“YPFB podría garantizar, para la gestión 2021, una demanda mínima de 150 millones de litros (técnicamente factible) y en los siguientes tres o cuatro años, ir incrementando gradualmente estos volúmenes hasta lograr la sustitución de las importaciones de gasolinas por un combustible boliviano. La empresa estatal tiene la capacidad técnica y económica para hacerlo”.

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