Las grandes tecnológicas recuperan el favor del mercado tras una corrección histórica
La incertidumbre que sobrevuela a la banca regional en EE UU, las señales de desaceleración económica, las expectativas de que la Reserva Federal haga una pausa a la subida de los tipos y unos resultados que en la mayoría de los casos han batido las expectativas se han convertido en el caldo de cultivo perfecto para que las tecnológicas retomen el vuelo tras la corrección emprendida en 2022. El mejor ejemplo de esta corriente es el comportamiento que experimenta el índice que agrupa a las grandes firmas del sector, las conocidas como FAANG, que repunta un 54,66% desde el pasado noviembre. A pesar de esta recuperación aún continúa estando a un 20% por debajo de los máximos registrados en 2021.
El grueso de los ascensos se ha producido este año, periodo en el que las ganancias alcanzan el 40%. A la vista de este comportamiento en Bolsa y las cuentas de los tres primeros meses del año, los gigantes de la industria tecnológica empiezan a dar señales de recuperación tras la oleada de despidos anunciadas en los últimos meses y logran sobreponerse al enfriamiento económico.
Los analistas de Goldman Sachs señalan que después de que en 2022 el consenso del mercado recortara las estimaciones de beneficios a los gigantes tecnológicos de EE UU, los resultados del primer trimestre han sido mejores de lo que se preveía. Las ventas, los beneficios y los márgenes han superado el consenso y han dado lugar a revisiones al alza del beneficio por acción. A estos buenos datos se añade que muchas de estas compañías pueden beneficiarse de los avances en el segmento de la inteligencia artificial, un aliciente para el largo plazo. El departamento de análisis de Goldman apunta a Microsoft, Google, Amazon y Meta como las mejor posicionadas para sacar partido de un negocio, el de la inteligencia artificial, que según sus estimaciones podría impulsar en siete billones de dólares el crecimiento mundial para los próximos 10 años.
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Aunque la recuperación de las tecnológicas es generalizada, Meta sobresale por encima de todas. Desde principios noviembre la matriz de Facebook se anota un 129,6%. El rally que venía registrando la compañía se ha visto reforzado por los buenos resultados del primer trimestre. Entre enero y marzo los ingresos crecieron un 3%, hasta los 28.645 millones de dólares. La compañía dijo adiós a tres trimestres consecutivos de caída.
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Aunque el beneficio de la compañía se vio lastrado por las partidas extraordinarias del plan de ajuste de gastos, Josh Gilbert, analista de mercados de eToro, considera que la clave para los inversores ha sido su sólida previsión de futuro, que demuestra que el resultado de inicio de año no es un hecho aislado. Mark Zuckerberg espera que 2023 se convierta en el año de la eficiencia y espera que los ingresos para el trimestre en curso alcancen los 29.500-32.000 millones. Es decir, un 2,3% y 11% por encima de lo estimado. Los expertos de Citi aconsejan comprar títulos de Meta y le otorgan un potencial superior al 11,5%, hasta los 260 dólares por acción, por debajo de los 269,7 dólares que fija el consenso de Bloomberg.
Un escalón por debajo se sitúa Nvidia, que en los últimos seis meses remonta un 109,8%. Su liderazgo en el procesamiento gráfico de ordenadores y consolas de videojuegos le permitió batir expectativas el ejercicio pasado y revisar al alza las guías del primer trimestre fiscal de 2023. Las previsiones que maneja apuntan a unos ingresos de 6.500 millones de dólares, frente a los 6.330 millones que espera el consenso. Esto unido a las posibilidades en el negocio de la IA –inteligencia artificial– contribuye a que el 77,2% de las firmas que siguen al valor aconseje comprar acciones, frente al 22,8% restante que recomienda mantener en cartera. No hay consejos de venta.
El tercer y cuarto puesto se lo disputan la compañía de semiconductores Advanced Micro Devices (AMD), que sube un 65,4% desde el pasado noviembre, y Microsoft, que se anota un 38,4%. Gilbert considera que la compañía que pilota Satya Nadella es una de las mejor posicionadas en el negocio de la IA gracias a su inversión en OpenAI, la creadora de ChatGPT. El 90% de las firmas que sigue al valor se muestra optimista con el futuro y aconseja comprar títulos.
La recuperación no se limita a los grandes nombres como Meta, Apple o Microsoft. El sector tecnológico en su conjunto se está viendo favorecido por el perfil defensivo que están adoptado muchos inversores, entre los que se encuentran los analistas de JP Morgan que consideran que en un escenario de recesión las tecnológicas y el oro pueden ser un buen amortiguador. En este contexto, el Nasdaq ha abandonado la tendencia bajista y a comienzos de semana entró en un nuevo mercado alcista tras revalorizarse más del 20% desde los mínimos que marcó a finales de 2022.
Tesla se desmarca de los ascensos
Caídas. La compañía que preside Elon Musk escapa a la recuperación de las tecnológicas y desde el pasado mes de noviembre retrocede un 4,7%. Los descensos de la compañía se han visto agravados por los resultados. Aunque la empresa logró ganar cuota de mercado, su beneficio cayó un 24%, hasta los 2.510 millones. Además de ganar menos, la guerra de precios que ha puesto en marcha la compañía la ha llevado a contraer el margen bruto hasta el 19,3%, por debajo de las previsiones de mercado (22,4%). Es el peor dato en dos años.
Recompras. Uno de los puntos fuertes que sigue caracterizando a las grandes tecnológicas es la liquidez. La fuerte generación de caja les ha permitido cerrar marzo con una tesorería de 3780.000 millones de dólares. Esta cantidad puede ser empleada para futuras adquisiciones aunque en los últimos tiempos la estrategia que ha marcado su comportamiento ha sido la de premiar la fidelidad del accionista, ya sea mediante la entrega de dividendos o a través de programas de recompra de acciones. Google aprovechó la presentación de resultados para anunciar un programa de recompra de acciones por valor de 70.000 millones de dólares. Estos programas que contribuyen a sostener la cotización podrían perder fuerza si finalmente EE UU entra en recesión, un escenario que no contempla la Reserva Federal. En su lugar el banco central espera un crecimiento modesto.