Ataques con armas de fuego, ¿una crisis de salud pública?

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Foto: Depósito de cartuns

La Asociación Médica Estadounidense (AMA, por sus siglas en inglés), la más grande y antigua sociedad médica en el país, declaró que la violencia provocada por el uso de armas es una crisis en los Estados Unidos, y llamó al Congreso a levantar el veto que tienen los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para realizar investigaciones al respecto.

Señalando que 6.000 personas han muerto este año en los Estados Unidos por armas de fuego, la Asociación asegura que estos decesos deben ser tratados como una enfermedad. Dicha afirmación se da en el contexto del tiroteo en un bar gay de Orlando el domingo pasado, considerado como el peor de todos debido a las 50 muertes que se registraron ahí.

“Un análisis epidemiológico sobre el ataque con armas de fuego es vital para que los médicos y otros proveedores de la salud, autoridades y la sociedad en general, sepan cómo prevenir las heridas, la muerte o cualquier otro daño que pueda resultar de un arma”, dijo el presidente de la AMA, Steve Stack, en una conferencia de prensa.

Sin embargo, para llevar a cabo dicho análisis, dijo Stack, el gobierno federal necesita quitarse del camino.

“Estados Unidos atraviesa por una crisis que no se compara con la de ningún otro país desarrollado, y aún así el Congreso prohibe al CDC realizar la investigación que ayudaría a entender los problemas asociados con la violencia armada y determinar cómo reducir los altos índices de muerte y heridas por armas de fuego”, aseguró Stack.

En 1996, después de que la Asociación Nacional del Rifle acusó al CDC de ejercer presión para frenar la posesión de armas, los Republicanos, que controlaban el Congreso entonces, agregaron una disposición a las normas de asignación del CDC que decía que “ninguno de los fondos disponibles para la prevención y control de lesiones disponibles en el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades podrá ser usado para promover o abogar por el control de armas”. La CDC la interpretó como una negativa para cualquier investigación al respecto.

Después de la masacre del 2012 en una escuela de Connecticut, el presidente Barack Obama emitió una orden ejecutiva que aparentemente levantó la prohibición, pero, según se reporta, los centros no han iniciado las investigaciones.

Angela Sauaia, profesora de salud pública, medicina y cirugía en la Universidad de Colorado, dijo que muchas veces los fondos del sector privado provienen de organizaciones con ideas a favor o en contra de las armas, y que otras agencias públicas no se centran en los aspectos de salud de la violencia con armas. Los investigadores que estudian enfermedades necesitan al CDC, afirmó. “Es un tema de credibilidad”, dijo Sauaia.

La posición de la AMA ante el veto del CDC viene de la experiencia de los doctores en las salas de urgencias y otros, quienes ven cada vez peores heridas desde hace varios años, informó Sauaia, quien cree que el Congreso debería cambiar lo aprobado de 1996.

“Hemos sido capaces de superar la muerte en cada tipo de trauma”, dijo. “También hemos podido hacer autos seguros, calles seguras, y caídas mortales menos probables. Pero las armas han dejado atrás nuestra habilidad de brindar cuidado”.

Las armas están causando daños en las personas que son difíciles de reparar, dijo Sauaia. Los doctores de trauma están encontrando cada vez más heridas múltiples por disparo, que hacen imposible el tratamiento, dijo.

“El número de órganos lastimados en cada paciente se ha incrementado con el tiempo”, informó. “Ese es el mayor descubrimiento de los estudios realizados sobre el tema. Vemos lesiones más severas. El tamaño de las heridas aumenta y hay más daño”.

“Nuestra especulación es que ahora tenemos armas capaces de disparar a varios objetivos un mayor número de veces”, continuó citando los rifles semiautomáticos, como el usado en el ataque de Orlando. “Este tipo de arma es capaz de producir varias lesiones con un alto nivel de energía. Es nuestra sospecha”.

El gobierno de los Estados Unidos también necesita reforzar el cuidado de las enfermedades mentales, dijo Sauaia.

Numerosos tiroteos masivos han sido atribuidos a padecimientos psiquiátricos sufridos por los asesinos, que se pueden atribuir a las fallas del sistema médico.

“La mayoría de los planes de seguro ponen un límite a la cantidad para recibir atención psicológica. Eso es vergonzoso”, dijo Sauaia.

“Puedes ser tratado por cualquier otra condición, incluyendo hongos en la uña de tu pie, por el resto de tu vida, pero no puedes recibir tratamiento para una enfermedad mental durante más de 20 sesiones”, comentó. “Pon esto en la ecuación de las armas de fuego, ¿Cómo podría un médico no preocuparse?”.