¿Ayuda humanitaria para Venezuela o maniobra política de Guaidó contra Maduro?

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Este 23 de febrero se anuncia como un día potencialmente decisivo en la batalla por el control de Venezuela que enfrenta a Nicolás Maduro y Juan Guaidó.

Y en el arsenal de este último tienen un lugar destacado las toneladas de alimentos y medicinas que desde hace varias semanas han empezado a acopiarse del otro lado de las fronteras del país.

Para Guaidó -presidente de la Asamblea Nacional a quien una cincuentena de países reconocen como presidente encargado de Venezuela- se trata de ayuda humanitaria desesperadamente requerida por millones de venezolanos.

Y su intención es que la misma empiece a ingresar al país el sábado, para lo que ha llamado a las Fuerzas Armadas a “ponerse del lado del pueblo” y dejarla pasar en contra de las órdenes expresas de Maduro, quien para otros sigue siendo el presidente legítimo del país.

Maduro -el ganador de unos cuestionados comicios presidenciales celebrados en mayo del año pasado- considera que esa ayuda es “un regalo podrido”, parte de una estrategia para derrocarlo diseñada en Estados Unidos.

Lo de la ayuda humanitaria es un show, es una trampa caza bobos (…) para tratar de intervenir a Venezuela”, sostiene el actual inquilino del Palacio de Miraflores.

Y el sucesor de Hugo Chávez encontró esta semana un inesperado aliado en Roger Waters, cofundador de la célebre banda de rock británica Pink Floyd.

Waters publicó un video criticando la organización del concierto internacional Venezuela Aid Live, que tiene como objetivo declarado recaudar fondos para la iniciativa humanitaria de Guaidó.

“No tiene nada que ver con la ayuda humanitaria”, dijo el músico en el video, que a los tres días de publicados ya había sumado más de 800 mil reproducciones.

“La Cruz Roja y Naciones Unidas concuerdan inequívocamente, no hay que politizar la ayuda”, destacó además el músico a través de su cuenta de Twitter.

Pero, ¿qué dicen exactamente estas organizaciones? ¿Responden a los principios de la ayuda humanitaria las donaciones puestas a disposición de Guaidó?

4 principios

Según el Derecho Internacional Humanitario, toda acción humanitaria debe regirse por cuatro principios fundamentales: humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia.

Se trata de principios inspirados en el trabajo de años del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), explícitamente recogidos en los Convenios de Ginebra de 1949, que han sido suscritos por 196 estados (incluyendo Venezuela y EE.UU.).

Y el primero de ellos, humanidad, simplemente plantea que el sufrimiento humano debe ser atendido dondequiera que se encuentre.

“Se trata de colocar a las personas, y sus necesidades, en el centro (de toda iniciativa humanitaria)”, explica Patricia Rey, portavoz del CICR para las Américas.

Y ahí empieza el problema, pues sin negar lo desesperado de la situación de millones de venezolanos, para muchos no está claro que aliviar su sufrimiento sea el principal objetivo de la “avalancha humanitaria” convocada para este sábado por Guaidó.

Para el analista Carlos Malamud, por ejemplo, “sin duda estamos frente a una grave crisis humanitaria en Venezuela y es necesario hacer llegar alimentos y medicinas a la población”.

“Pero, en el contexto en el que nos movemos en Venezuela el trasfondo político también es claro“, le dice a BBC Mundo el experto en temas latinoamericanos del Real instituto Elcano, un centro de estudios internacionales y estratégicos con sede en Madrid.

Malamud no considera que exista apetito para una intervención militar, “por más que Trump diga que todas las opciones están sobre la mesa”.

Pero, en su opinión, lo de la ayuda humanitaria también “es una forma de forzar a los militares a tomar una decisión“.

“Yo creo que el actual contexto, cuando Guaidó habla de ayuda humanitaria y plantea una fecha para que cruce la frontera, lo que está tratando de hacer es crear una situación de hecho y obligar a las fuerzas armadas a tomar partido”, sostiene.

Esa situación que parece ir en contra del principio de neutralidad, que dice que los actores humanitarios “no deben tomar partido en las hostilidades y en las controversias de orden político, racial, religioso o ideológico”.

Y, sobre todo, sugiere una clara violación del principio de independencia, que sostiene que la acción humanitaria debe ser “autónoma de los objetivos políticos, económicos, militares o de otro tipo que cualquier agente humanitario pueda tener respecto a las zonas donde se estén ejecutando medidas humanitarias”.

“El problema no es si se le puede llamar ayuda humanitaria o no. Lo peor del caso es que lo que estamos viendo en la frontera en cierta forma va en contra de lo que significa la ayuda humanitaria“, le dice a BBC Mundo Christina Bennett, directora del Grupo de Políticas Humanitarias del Overseas Development Institute (ODI), un think-tank especializado en temas de cooperación internacional y humanitarios con sede en Londres.

Y es que si bien Bennett es la primera en reconocer que la ayuda humanitaria siempre es política, cree que en este caso la subordinación de las necesidades de la gente a los intereses políticos es mucho más evidente que de costumbre.

“No es que estén proporcionando ayuda humanitaria con fines políticos, sino que la están reteniendo por un propósito político, que es lo más antihumanitario posible“, dice de la decisión de Guaidó de acopiarla cerca de las fronteras venezolanas de cara al su gran “avalancha humanitaria” del 23 de febrero..

Situación insólita

¿Tiene sentido, sin embargo, en la actual situación de Venezuela, detenerse a sostener una discusión sobre principios?

Los expertos en ayuda humanitaria afirman que sí, pues para consideran que esos principios son fundamentales para que cualquier iniciativa humanitaria sea efectiva.

“La neutralidad es clave, porque nos garantiza acceso a lugares donde otros actores no lo tienen“, explica, por ejemplo, Patricia Rey, del CICR, .

Y en lo mismo insiste Jens Laerke, portavoz de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

“Nosotros no tomamos partido. Antes bien, estamos dispuestos a interactuar con todas las partes involucradas en un conflicto si eso es necesario para poder hacer llegar la ayuda”, explica Laerke.

“Pero para eso es imperativo que se nos vea y se nos perciba como completamente neutrales”, le insiste a BBC Mundo.

La mayor parte del tiempo, sin embargo, lo más complicado es entrar y mantener contacto con actores no estatales, como grupos armados, que es es algo que las organizaciones humanitarias hacen “incluso si a los gobiernos no les gusta“, destaca Laerke.

Pero, por lo general, la anuencia de las autoridades del país se da por sentada.”Lo normal es que el gobierno de un país nos invite o acepte (nuestro ingreso)”, explica el vocero de OCHA, quien dice no conocer de ningún caso en el que su organización haya operado en un país sin el permiso o consentimiento del gobierno.

“Creo que han habido instancias en las que no existían un gobierno reconocido internacionalmente al cual pedirle autorización”, dice Laerke.

“Pero cuando existe un gobierno, la ayuda internacional se rige por la resolución 182/46 de la Asamblea General de Naciones Unidas”, agrega.

Dicha resolución manda a respetar “la soberanía, la integridad territorial y la unidad nacional de los Estados”, estableciendo que “la asistencia humanitaria deberá proporcionarse con el consentimiento del país afectado y, en principio, basada en la solicitud del país afectado”.

Y aunque numerosos países reconocen a Guaidó como presidente encargado de Venezuela, ese consentimiento ha sido negado por Maduro, a quien otras naciones todavía reconocen como el legítimo mandatario, lo que ha terminado creando una situación insólita.

Seguir insistiendo

Pero, ¿qué hacer cuando un actor importante del país rechaza la existencia de una crisis humanitaria por razones políticas, por más que la utilidad de la asistencia sea evidente?

Para Malamud, por ejemplo, una característica de los regímenes totalitarios es que “siempre son muy refractarios a este tipo de ayuda porque deja en evidencia sus falencias y sus errores”.

“Para ellos reconocer que es necesaria la ayuda humanitaria es reconocer la derrota“, le dice a BBC Mundo.

Ni Laerke ni Rey, sin embargo, quisieron opinar sobre si eso es lo que está ocurriendo en Venezuela.

Pero al ser preguntada sobre qué hacer cuando un actor destacado se resiste a la llegada de una ayuda necesaria, la vocera del CICR insistió en la importancia de un diálogo permanente.

“A veces unos son más complejos que otros, pero nosotros llevamos trabajando 150 años en todo el mundo y en eso siempre hemos sido constantes”, le dijo Rey a BBC Mundo.

“Y si el diálogo no es fructífero, pues seguimos insistiendo“, destacó.

“Proteger lo humanitario”

Sobre el principio de imparcialidad -la idea de que la acción humanitaria no debe hacer distinciones sobre la base de la nacionalidad, raza, sexo, creencias religiosas, clase u opinión política- tal vez es demasiado pronto para pronunciarse, ya que esta no se ha empezado a distribuir.

Pero, por lo pronto, los miembros del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja basados en Colombia, ya explicaron a través de una declaración conjunta que este “no puede participar en las iniciativas de entrega de asistencia planteadas para Venezuela desde Colombia, sin que exista un acuerdo previo con el Movimiento”.

En la declaración, se explica que esto es para “garantizar el cumplimiento de su misión exclusivamente humanitaria” y “de acuerdo a los Principios Fundamentales de Imparcialidad, Neutralidad e Independencia”.

Pero el jefe de la delegación del CICR en Colombia, Christoph Harnisch, fue todavía más allá declarando que “nosotros no participamos en lo que no es para nosotros una ayuda humanitaria”.

“Para nosotros el término ‘humanitario’ es un término que debe ser protegido“, insistió Harnisch.

Aunque, para Bennett, también está claro que a la comunidad humanitaria le ha costado identificar su rol en la crisis venezolana, “porque esta no es típica de a lo que estamos acostumbrados”.

Como explica la experta del ODI, al no existir un conflicto armado, ni haberse producido un desastre natural, la de Venezuela “no es técnicamente una emergencia humanitaria, en el sentido típico”.

“Pero aquí lo que importa no es la semántica, porque en Venezuela hay gente que pasa hambre y a la que le falta comida, muchos se han visto a abandonar el país, así que tenemos todos los típicos indicadores de una crisis humanitaria“, le dice a BBC Mundo.

Y en ese contexto, por los más necesitados de los venezolanos, lo que más importa es que llegue algo de ayuda.

Y lo que menos importa es si esa ayuda beneficia políticamente, o no, a Guaidó o a Maduro.