El Gobierno de Joe Biden dio autorización a Ucrania para atacar dentro de Rusia, cerca de la asediada área de Járkiv, utilizando armas proporcionadas por Estados Unidos, confirmaron este jueves 30 de mayo funcionarios estadounidenses a diversos medios, entre ellos Politico, Reuters, AFP y EFE, aunque el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca aún no lo ha confirmado. La autorización tiene lugar en medio de la polémica por una propuesta del jefe de la OTAN, quien ha instado a permitir el uso a Ucrania de las armas occidentales para atacar territorio ruso y no solo como defensa. Su propuesta ha generado el rechazo rotundo de países como Italia y Alemania.
“El presidente recientemente ordenó a su equipo que garantice que Ucrania pueda utilizar armas estadounidenses con fines de contraataque en Járkiv, de modo que Ucrania pueda responder a las fuerzas rusas que los atacan o se preparan para atacarlos”, apuntó un funcionario estadounidense al diario estadounidense Politico.
Aun así, precisó dicha fuente, la política de no permitir ataques de largo alcance dentro de Rusia “no ha cambiado”.
De confirmarse oficialmente, con esta decisión la Administración del presidente Joe Biden habría cedido a la solicitud de Ucrania, quien lleva semanas pidiendo a EE. UU. que haga este cambio de política, especialmente desde que comenzó la ofensiva rusa contra Járkiv este mes.
Estados Unidos habría tomado la decisión de permitir a Ucrania “flexibilidad” para defenderse de los ataques en la frontera con Járkiv, dijo otro funcionario.
Y, por tanto, señala Político, Ucrania ahora puede usar armas proporcionadas por Estados Unidos, como cohetes y lanzacohetes, para derribar misiles rusos lanzados hacia esta zona contra tropas que se concentran justo al otro lado de la frontera rusa o contra bombarderos rusos que lanzan bombas hacia territorio ucraniano.
Sin embargo, precisó el funcionario, Ucrania no puede usar esas armas para atacar infraestructura civil o lanzar misiles de largo alcance, como el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército, para alcanzar objetivos militares en el centro de Rusia.
El miércoles, el secretario de Estado, Antony Blinken, se convirtió en el primer funcionario estadounidense en insinuar públicamente que Biden podría cambiar de rumbo y permitir tales ataques y dijo a los periodistas que la política estadounidense hacia Ucrania evolucionaría según fuera necesario.
El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, no descartó posteriormente un posible cambio, pero todavía no ha sido confirmado oficialmente.
Esos mensajes llegaron después de que los principales aliados de Estados Unidos, como el Reino Unido y Francia, dijeran que Ucrania debería tener derecho a atacar dentro de Rusia utilizando armas occidentales.
Precisamente hoy, Rusia acusó a la OTAN de abrir una nueva fase de tensión en sus tormentosas relaciones al alentar los ataques ucranianos contra objetivos en territorio ruso con armamento occidental, postura en la que no hay unanimidad en el bloque aliado.
“En los últimos días y semanas los miembros de la OTAN, especialmente Estados Unidos y otros países europeos, han entrado en una nueva fase de escalada de las tensiones. Y lo hacen de manera consciente”, afirmó en su rueda de prensa diaria Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.
Estados Unidos y Alemania no han autorizado oficialmente aún el empleo de su armamento en las operaciones ucranianas contra Rusia, aunque el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sí instó a dar luz verde a Kiev, llamamiento que fue secundado esta semana por Francia.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, considera “injusto” que su Gobierno no pueda utilizar el armamento occidental para responder a Rusia, pero el primer ministro belga, Alexander De Croo, ya le dijo esta misma semana que los aviones de combate F-16 que entregará a Kiev no podrán ser utilizados en el país vecino.
Jefe de la OTAN insiste en levantar las restricciones sobre armas
Poco antes del inicio de una reunión ministerial de la OTAN en Praga, el secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg, pidió a los aliados de Ucrania permitir que esta pueda atacar a Rusia con las armas que le suministran.
A la luz de los recientes combates, Stoltenberg afirmó que “ha llegado el momento de cuestionar algunas de estas restricciones para permitir a los ucranianos defenderse”, dirigiéndose a los ministros de Asuntos Exteriores de los Estados miembros de la alianza.
Recientemente, Moscú ha lanzado una serie de ataques a las afueras de Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania y no muy lejos de la frontera con Rusia.
El debate de si Ucrania puede o no utilizar en territorio ruso algunas de las armas que le suministra Occidente, en este caso misiles de largo alcance, está agitando a los países de la OTAN.
El jueves, el Kremlin acusó a la OTAN de “provocar” a Ucrania para prolongar “una guerra sin sentido”, después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, advirtiera a los aliados de “graves consecuencias” si daban luz verde al uso de estas armas en su contra.
En Berlín, el presidente francés, Emmanuel Macron, expresó el martes su apoyo a la medida. Más esquivo, el canciller alemán, Olaf Scholz, no levantó explícitamente su veto al uso en territorio ruso de armas alemanas suministradas a Kiev.
Los aliados de Ucrania “adaptarán” su ayuda
A pesar de que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha insistido en repetidas ocasiones para que Berlín le suministre a Kiev los misiles de largo alcance que se fabrican en Alemania, el mandatario ucraniano solo ha recibido negativas hasta ahora.
“La República Checa no tiene ningún problema en que Ucrania se defienda del agresor (ruso), incluso mediante ataques que necesariamente deben producirse en suelo ruso”, declaró este jueves el ministro checo de Asuntos Exteriores, Jan Lipavsky, anfitrión de la reunión de la OTAN.
El jefe de la diplomacia noruega, Espen Barth Eide, también se mostró a favor. “De lo contrario, estamos imponiendo a Ucrania un límite que dificulta la victoria”, declaró el funcionario en Praga.
Por su parte, Francia pretende plantear esta cuestión en la reunión con la esperanza de hacer cambiar de opinión a los países más reticentes, entre los que se encuentran, Alemania e Italia.
También se espera que las conversaciones se centren en la necesidad cada vez más urgente de suministrar a Ucrania las baterías de defensa antiaérea y la munición que las fuerzas ucranianas, con dificultades en el campo de batalla, reclaman con insistencia.
La petición de los sistemas Patriot
“Hoy tenemos el 25% de lo que necesitamos para defender Ucrania, me refiero a los sistemas de defensa antiaérea”, en particular los sistemas estadounidenses Patriot, señaló Volodímir Zelenski en diálogo con la agencia de noticias AFP el 18 de mayo. Su petición de recibir al menos siete de estas baterías solo se ha saldado hasta ahora con el envío de una por parte de Alemania.
“Todo el mundo comprende la necesidad de anunciar algo sustancial, pero tampoco queremos que sean solo palabras”, resumió un diplomático de la OTAN.
Por otra parte, los aliados parecen más unidos en torno a la idea de un traspaso de Estados Unidos a la OTAN para la coordinación de la ayuda militar a Ucrania.
Este traspaso a la OTAN se supone que debe garantizar la continuidad de esta ayuda militar en caso de un regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Varios países de la OTAN temen que intente poner fin a la misma si resulta elegido en las elecciones presidenciales de noviembre.
Además, Stoltenberg confirmó que espera que, en Washington, la OTAN pueda “reforzar” su apoyo a Ucrania, recuperando el control de la coordinación y mediante un “compromiso financiero plurianual” del que, sin embargo, no dio una cifra.