El expresidente brasileño Jair Bolsonaro solicitó una visa de turista por seis meses para permanecer en Estados Unidos.
Luego de que el pasado día ocho grupos de simpatizantes “bolsonaristas” tomaran los predios de los tres poderes en Brasilia, el Gobierno de Lula dejó abierta la posibilidad de convocar a Bolsonaro para esclarecer su participación en el asalto a la capital.
El pedido de permanencia de Bolsonaro en Estados Unidos es una clara señal de que no tiene intención de regresar de inmediato a su país, donde debería enfrentar problemas legales debido al asalto de sus acólitos contra los tres poderes del Estado una semana después de la toma de posesión de Luiz Inácio Lula da Silva.
Bolsonaro arribó a Estados Unidos el 30 de diciembre, dos días antes de la investidura de Lula, de modo de eludir el traspaso del mando al mejor estilo Donald Trump y Cristina Kirchner, un rasgo que ha comenzado a volverse común entre los exmandatarios que por diferencias ideológicas o denuncias de fraude deciden no asistir al traspaso de mando que antes era considerado un requisito político indispensable para el fortalecimiento de la democracia y la alternancia en el poder.
Las autoridades de Brasil investigan si Bolsonaro tuvo participación en la violencia desatada el 8 de enero. Para eso, Lula ha nombrado un fiscal con superpoderes que además de investigar los sucesos en Brasilia, actúa, por encargo de Lula, en áreas que han levantado una ola de reacciones adversas por el supremacismo de la justicia que podría ser peligroso para el funcionamiento de la independencia de la justicia.
Por primera vez en su carrera política en más de tres décadas como legislador y posteriormente como mandatario, Bolsonaro no goza de la protección jurídica, que establece que cualquier proceso en su contra que se realice ante el Supremo Tribunal Federal.
Bolsonaro, en principio, ingresó en Estados Unidos con una visa A-1, exclusiva para jefes de Estado. De ser así, tendría 30 días desde el final de su mandato para salir del país o actualizar su estatus con el Departamento de Seguridad Nacional.
Vive en una casa de los suburbios de Orlando, Florida, donde se tomó fotos con simpatizantes y recorrió un supermercado.
Un grupo de 46 legisladores demócratas le enviaron una carta al presidente Joe Biden para exigirle que le revoque la visa con la consigna de que Estados Unidos no debe brindarle refugio a un autoritario que ha inspirado la violencia contra las instituciones democráticas.