Candidato opositor Nasralla lidera el recuento de las elecciones en Honduras

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Foto: Infobae

El candidato opositor de izquierda, Salvador Nasralla, se proyecta como ganador de las elecciones presidenciales en Honduras, por encima del actual presidente, Juan Orlando Hernández, según los primeros resultados oficiales anunciados este lunes por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) del país. Los dos principales candidatos a la presidencia se habían declarado ya, este domingo, ganadores de las elecciones celebradas ese mismo día. En el primer recuento de votos, anunciado por el TSE 10 horas después del cierre de las urnas y con el 57% de las mesas escrutadas, Nasralla tenía el 45,17% de los votos, frente al 40,21% de Hernández, informa la agencia AFP.

Tras conocer el primer recuento parcial, el actual presidente del país ha insistido ante sus seguidores en que el resultado no es definitivo: “El dato del Tribunal no es concluyente porque únicamente recoge los resultados de las principales ciudades del país, eso representa solo el 20% de los votos. El 80% restante nos favorece, así que tenemos que ser cuidadosos, pacientes y llevar el proceso hasta el final”, ha declarado Hernández. Mientras, el candidato opositor ha defendido tener una ventaja sostenida sobre su rival. “En vista que la tendencia no cambia, les puedo decir que yo soy el nuevo presidente de Honduras”, ha proclamado eufórico Nasralla, según recoge France Presse.

Casi a la una de la madrugada los hondureños seguían sin conocer el nombre del nuevo presidente en una larga espera que alimenta las sospechas sobre el órgano electoral que, con el argumento de esperar a tener un mayor número de actas escrutadas, prolongó la incertidumbre en una sociedad tan polarizada que no necesita nuevos capítulos de suspense. Los candidatos también jugaron a meter presión la noche electoral y ambos se declararon este domingo ganadores movilizando a sus seguidores.

“Hemos ganado las elecciones, lo dicen nuestros datos y las encuestas a pie de urna”, dijo el actual presidente, Juan Orlando Hernández, frente a decenas de seguidores la noche del domingo. El actual mandatario también reconoció vía Twitter que había recibido la felicitación de los presidentes de Guatemala, Jimmy Morales y de Ecuador, Lenín Moreno, que lo habrían hecho sin resultado oficial conocido.

Hernández, un abogado de 49 años, buscaba salir reelegido en el cargo durante cuatro años más gracias a que la Corte Suprema, compuesta por integrantes afines, le permitió en 2015 presentarse a los comicios pese a las protestas de la oposición, quien asegura que la decisión va en contra de la Constitución.

En la orilla de enfrente las imágenes también eran de teatral alegría. “Hubo fraude, no es posible que haya casillas donde tenemos cero votos”, clamó el candidato Salvador Nasralla quien se presentó ante los hondureños junto a su esposa a quien calificó de “Primera Dama”. Según sus datos, más de 5.000 actas, ganó por por una diferencia de más de 100.000 votos. “Hay que ser caradura para hacer lo que están haciendo”, dijo.

Ya en la madrugada, el popular locutor deportivo volvió a aparecer ante los suyos para decir que según el 68% de las actas contabilizadas, él era el ganador de los comicios con el 45% de los votos frente al 40% logrado por Juan Orlando.

“Hemos ganado las elecciones. Tenemos más votos en las actas que Juan Orlando Hernández. En 2013 el fraude contra Xiomara Castra estuvo en las actas, pero en esta ocasión no se puede ocultar”, denunció el expresidente Manuel Zelaya, quien dijo haber tenido acceso a las 3.000 actas contabilizadas.

Los rumores de fraude sobrevolaron la jornada, pero los observadores internacionales, más de 600, entre ellos el embajador de Francia en Honduras como parte de la delegación europea, avaló la limpieza de la jornada y dijo que la votación se celebró en “calma” y con “transparencia”.

El actual presiente, Juan Orlando Hernández, se juega seguir en el cargo cuatro año más, un suceso inédito en Honduras que ya intentó Zelaya, con un referéndum ilegal en 2009, y que le costó el puesto cuando fue expulsado del poder por una junta cívico-militar que lo envió de madrugada y en pijama a Costa Rica. En aquel momento Zelaya fue acusado de conspirar para lograr la reelección presidencial, algo prohibido por la Carta Magna, que incluye la no reelección entre sus artículos ‘pétreos’ o intocables.

Juan Orlando, llegó a las elecciones respaldado por una correcta gestión económica y por haber reducido la violencia, pero también ha sido criticado por los casos de corrupción que afectan a su partido y a algunos de sus ministros. Además, le reprochan el control que ejerce de las instituciones donde ha colocado a personas afines en puestos clave y por su dimensión mediática, enfocada en exaltar casi de forma mesiánica su figura personal, como el único capaz de manejar las riendas del país.

Por su parte, Salvador Nasralla se presenta como el candidato del frente de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, que surgió tras el fallo del alto tribunal que permitió la reelección de Juan Orlando y del que forma parte el partido de Zelaya, Libertad y Refundación (Libre). Por esta formación se presenta también como candidata al Congreso Olivia Zúñiga Cáceres, hija de la ecologista Berta Cáceres, asesinada en marzo de 2016. Nasralla ha convocado una manifestación de protesta para este lunes ante lo que considera un “fraude electoral”.

Los desafíos no esperan al nuevo presidente, quien tendrá que enfrentar algunos de los problemas de una de las sociedades más desiguales del continente: corrupción, violencia y falta de oportunidades.

La corrupción afecta de lleno al Partido Nacional, incluido al anterior gobernante, Porfirio Lobo, cuyo hijo fue condenado a 24 años de cárcel en una corte de Estados Unidos acusado de narcotráfico, como al propio Zelaya. Paralelamente la violencia, a pesar de la disminución en la tasa de homicidios, se mantiene en niveles altos incluso para un contexto latinoamericano.

En 2014, San Pedro Sula, la capital administrativa del país, registró una tasa de 142 homicidios por cada 100.000 habitantes, por los 81 de Tegucigalpa o los 95 de La Ceiba, la tercera localidad, según los datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma (UNAH). Honduras cerró 2016 con 5.154 homicidios, 59 por cada 100.000 habitantes. A ello se suma la falta de oportunidades que hace emigrar del país a decenas de miles de hondureños cada año.