Ciberataque afecta a millones de funcionarios de EE.UU.

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La Administración Obama ha denunciado este jueves un ataque de piratas informáticos contra la agencia gubernamental que recopila la información personal de los trabajadores federales (OPM). El ataque ha podido dejar al descubierto los datos de cuatro millones de empleados, exempleados y contratistas, según la Administración. Las autoridades sospechan que el ataque cibernético procede de China.

La incursión de los hackers o piratas informáticos se produjo en diciembre, aunque no se conoció hasta abril. En mayo se determinó que afectaba a millones de datos personales.

No están claros los motivos del ataque ni parece que haya amenazado la seguridad nacional. Tampoco qué han robado los hackers exactamente. Las autoridades estadounidenses desconocen si los hackers trabajaban por libre o para el Gobierno chino.

La seguridad en Internet ha marcado la relación entre EE UU y China en los últimos años. La ciberguerra no es sólo por espionaje o por asuntos de seguridad nacional, sino también por espionaje industrial.

La denuncia del Gobierno de EE UU coincide con el debate sobre la NSA, la Agencia de Seguridad Nacional estadounidenses. Los enormes poderes de la NSA en Internet la convierten en un pilar de la cibeguerra. El Cibermando, que dirige la guerra en Internet, se ubica en Fort Meade (Maryland), como la NSA. La NSA y el Cibermando comparten jefe, el almirante Michael Rogers.

Esta es la tercera intrusión extranjera a gran escala en un sistema informático federal en el último año. El número de personas afectadas tiene pocos precedentes en el Gobierno federal pero no el sector privado. Un ataque al banco JP Morgan, en 2014, comprometió las cuentas de 76 millones de clientes privados y de siete millones de pequeñas empresas. El mismo año, un ataque a la cadena de comercios Home Depot afectó a 56 millones de tarjetas.

“La OPM es un objetivo de alto valor”, dijo a The Washington Post Donna Seymour, jefe de información de la OPM. “Tenemos gran cantidad de información sobre funcionarios y eso es algo que nuestros adversarios quieren”.

La OPM, una especie de agencia de recursos humanos del Gobierno federal, avisará a los empleados cuyos datos pudieran estar en riesgo. Entre las tareas de la OPM figura verificar los antecedentes de los funcionarios antes de contratarlos, el pago de las pensiones y la formación continua de los empleados.

Entre los datos robados podría encontrarse información personal y los números del Social Security o seguridad social, que identifican a millones de estadounidenses y sirven para realizar todo tipo de gestiones en la vida cotidiana. El robo del número de seguridad social facilita la suplantación de identidad o los fraudes. La OPM ha aconsejado a los posibles afectados que revisen sus cuentas bancarias.