Colombia: Enrique Peñalosa desplaza a la izquierda de la alcaldía de Bogotá

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La alcaldía de Bogotá quedó en manos del exalcalde Enrique Peñalosa, quien regresa al poder tras 15 años y desplaza del gobierno de la capital de Colombia a la izquierda, que estuvo al frente de la ciudad por 12 años.

El candidato de Recuperemos Bogotá obtuvo este domingo el 33% de los votos con casi el total de las mesas escrutadas, superando a quien era el hombre con el apoyo de la mayoría de los partidos que conforman el gobierno nacional, Rafael Pardo (28,5%), y a Clara López, la candidata del partido de izquierda Polo Democrático Alternativo (18,3%).

Peñalosa era el primero en los sondeos y, además, había obtenido el respaldo del exalcalde Antanas Mockus (un político muy apreciado por la opinión pública), a quien agradeció tras conocer su victoria.

También le había dado su apoyo el partido Cambio Radical, del vicepresidente de la Nación, Germán Vargas Lleras, quien puede verlo como una victoria política de cara a sus aspiraciones a convertirse en el futuro en presidente de Colombia.

Peñalosa, de centroderecha, es quien dio una primera solución a la que se considera -junto con la seguridad- tal vez la problemática clave de Bogotá: la movilidad. Cuando fue alcalde entre 1998 y 2000, impulsó el sistema de transporte de buses Transmilenio, y llegó a los comicios con la propuesta de expandir y mejorar esa solución.

La capital es considerada el segundo puesto más importante del país, después de la presidencia.

Aquí viven unos ocho de los más de 45 millones de habitantes del país, es donde tiene su sede el gobierno nacional, representa un cuarto del producto interno bruto colombiano y es el distrito que más contribuye a las arcas del Estado.

Con lágrimas en los ojos

Peñalosa, quien había sido candidato en otras cuatro ocasiones sin conseguir la alcaldía, dijo entre lágrimas: “Si uno tiene una pasión hay que persistir”.

“Nuestro gobierno será de todos, aquí nadie va a ser excluido”, indicó. “Los ciudadanos de menores recursos serán la máxima prioridad, vamos a trabajar para que en nuestra sociedad haya igualdad”.

Y advirtió que no tiene pensado participar de las elecciones presidenciales de 2018: “A mí sólo me interesa ser alcalde”.

El actual gobernante de Bogotá, Gustavo Petro, anunció en Twitter que está preparado para “hacer el empalme con el nuevo gobierno de Peñalosa”.

Rafael Pardo, quien quedó en segundo lugar, tuiteó: “Felicitaciones al doctor Enrique Peñalosa ganador en franca lid. Bogotá queda en buenas manos. A todos mis votantes muchas gracias”.

Gobernar en el posconflicto

Por su parte, al reconocer la derrota, Clara López llamó a apoyar el proceso de paz; pidió “seguir marchando unidos para la construcción de paz y reconciliación en Colombia”.

Ese será probablemente el gran desafío de los más de mil alcaldes, 32 gobernadores departamentales, concejales municipales, diputados regionales y ediles que eran elegidos este domingo: llevar las riendas de sus distritos en un país en posconficto.

Es posible que en los próximos meses el avanzado proceso de paz entre el gobierno nacional y las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, alcance un acuerdo definitivo.

Será una transición que los funcionarios electos tendrán la responsabilidad de manejar con efectividad, eficiencia y cautela, principalmente los que estén gobernando en las zonas más afectadas, tras más de 50 años de conflicto armado.

El uribismo no consiguió Medellín

En estos comicios también se vería cómo se medirían las dos grandes fuerzas políticas del país, polarizadas y antagonistas: la coalición encabezada por el Partido de la U del presidente Juan Manuel Santos y el partido de oposición Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe.

Uribe, que desde su curul de senador ejerce gran influencia en la política de Colombia, es un crítico acérrimo del proceso de paz que Santos inició con las FARC.

Sin embargo, su partido, que participaba por primera vez en unas elecciones, no consiguió imponer a su candidato en la segunda ciudad del país, Medellín, capital del departamento de Antioquia, de donde es originario Uribe.

Juan Vélez fue derrotado por Federico Gutiérrez, de la agrupación Creemos, por un margen cercano a un punto porcentual.

El hombre de Uribe para la gobernación de Antioquia, Andrés Guerra, tampoco consiguió la victoria; quedó segundo detrás de Luis Pérez Gutierrez, quien llegó con avales del Partido Liberal y de la agrupación del vicepresidente Vargas Lleras.

“Celebro los resultados de los partidos que conforman la coalición de gobierno”, dijo el presidente Juan Manuel Santos tras los comicios.

Las elecciones “más pacíficas”

También aprovechó su alocución para reforzar el que ha sido el principal lema de su gobierno: “Colombia ganó en paz, por la paz”.

“Las elecciones de hoy fueron las más pacíficas y las menos violentas en décadas y son un anticipo de lo que podemos lograr si alcanzamos la paz”, agregó.

Ciertamente, con unas FARC que sostienen un estable cese el fuego sin poner en compromiso el proceso, los comicios de este domingo se han desarrollado en relativa tranquilidad.

El ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, dijo que respecto a las elecciones regionales de 2011 se registró una reducción del 65% en el número de “eventos de orden público”.

Sin embargo, en un episodio que puede considerarse un llamado de atención respecto a los riesgos del proceso de paz, un soldado murió en Anorí, Antioquia, en un enfrentamiento con la segunda guerrilla del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que aunque sostiene diálogos exploratorios con el gobierno todavía no se ha sentado en una mesa formal de negociaciones.

Y aunque es cierto que estas elecciones fueron relativamente serenas, el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC) señaló en un informe difundido en los últimos días lo que considera un síntoma -y otro riesgo- de un país en camino al posconflicto: que la violencia política se ha vuelto “más selectiva, más urbana que rural y parece tener ahora mayor relación con el crimen organizado y los grupos posdesmovilización paramilitar que con los grupos guerrilleros”.

 

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