Colombia reglamenta el uso del cannabis con fines medicinales

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El presidente Juan Manuel Santos firmó este martes el decreto que reglamenta el uso de la marihuana con fines medicinales en Colombia. Tal y como lo había anunciado el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, antes de finalizar 2015 quedaría en firme el documento que pone las bases y establece las reglas bajo las cuales en el país será legal usar el cannabis de forma terapéutica.

“Colombia se pone a la vanguardia en la lucha contra las enfermedades. Este decreto busca aprovechar las bondades de la marihuana para mejorar las vidas de las personas. Permite que se expidan licencias para la posesión de semillas de cannabis y que se cultive la planta con fines exclusivamente médicos y científicos”, ha dicho Santos al firmar el documento.

El decreto, al que solo le hacía falta la firma del presidente, había sido revelado hace un mes. En el documento, que significa el paso más avanzado en esta materia en el país, no se contempla la legalización del consumo libre.

En cambio, establece que el objetivo es “reglamentar la tenencia y cultivo de semillas y plantas de cannabis, así como regular los procesos de producción, fabricación, exportación, distribución, comercio, uso y tenencia de estos y sus derivados, destinados a fines médicos y científicos”.

El ministro de Salud en entrevista con EL PAÍS explicó que este paso “significa que en Colombia se va a producir, comercializar, exportar productos de marihuana medicinal”. De ahora en adelante el país “podría convertirse en un centro de investigación sobre el tema. Este hecho va a favorecer a los pacientes, pero también a los científicos y productores”.

Santos aclaró que “permitir el uso medicinal no va en contravía de nuestros compromisos internacionales en materia de control de drogas y mucho menos de nuestra política de lucha contra el narcotráfico. En Estados Unidos, Canadá, Países Bajos, Argentina, Brasil, Perú, Chile ya se permite el uso de la marihuana para efectos medicinales”.

Para poder cultivar y comercializar productos de marihuana, se deberá tramitar una licencia ante el Consejo Nacional de Estupefacientes o el Ministerio de Salud. El Gobierno aclara que después de 30 días de presentarse la solicitud, se otorgará el permiso para trabajar de forma legal con la planta. Se debe cumplir con un protoloco de seguridad, un plan de cultivo establecido que fije de cuánto será la inversión y de qué forma se vinculará a habitantes de la región como trabajadores del área de cultivo, que deberá tener el visto bueno del Consejo Nacional de Estupefacientes.

El decreto de presidencia tiene forma de reglamentación y es paralelo a un proyecto que cursa en el Congreso que busca convertir en ley el uso de la marihuana terapéutica. Por ahora, desde el Gobierno se abre la puerta para que, según sus cálculos, en los próximos cinco años este comercio supondría un beneficio para Colombia de “por lo menos dos mil millones de dólares anuales”.

¿Cómo era la regulación hasta ahora en Colombia?

ANA MARCOS

“La fabricación exportación, comercio, el uso médico y científico están permitidos desde hace décadas en Colombia, pero nunca se habían reglamentado”, ha dicho Juan Manuel Santos tras firmar el decreto sobre el uso del cannabis en Colombia. El presidente se refería a la ley de estupefacientes de 1986 en la que se establece, entre otras cuestiones, el consumo propio de distintas drogas como la marihuana.

Tras esta norma de los ochenta se han parapetado varias asociaciones en el país para poder vender marihuana, como la de Alejandro Artunduaga que desde hace cinco años la comercializa en Bogotá. “Tenemos 19 matas como, dice la ley”, explica al otro lado del teléfono. “Elaboramos medicamentos y los vendemos a domicilio”.

Artunduaga y su esposa comenzaron este negocio en la capital colombiana para intentar ayudar a su hermana Rocío, con un 90% de discapacidad que le provocaba cinco convulsiones diarias. “Investigamos los beneficios de la marihuana en estos casos y decidimos darle gotas para intentar ayudarla”, cuenta al mismo tiempo que se reconoce como autodidacta en esta materia. En poco tiempo, asegura, solo sufría una convulsión a la semana. “Y a los tres meses estaba riéndose con mi mamá, hacía mucho tiempo que no la veíamos así”.

Los médicos que visitaban habitualmente a Rocío se sorprendieron de su rápida mejoría. “No sabían que el cannabis podía tener tan buenos efectos”, explica, “desde entonces nunca nos han desaconsejado dejar de suministrársela”.

La reglamentación aprobada hoy por Santos permitirá que Artunduaga y su esposa puedan formalizar su empresa. “Vamos a pedir ayuda a un organismo del Estado para poder solicitar la licencia que se establece en el nuevo decreto, porque sin plata no podremos cumplir con los requisitos”.

 

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