Crisis en Venezuela: qué falló en el levantamiento impulsado por Guaidó y López (y cómo queda ahora la oposición)

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La puesta en escena generó grandes expectativas, pero tuvo resultados más modestos de lo que se esperaba.

Cuando poco antes del amanecer de este martes el líder de la oposición en Venezuela, Juan Guaidó, transmitió un mensaje acompañado de un grupo de militares llamando a los ciudadanos a salir a las calles, muchos pensaron que la crisis política venezolana podría llegar a un desenlace en cuestión de horas.

No era para menos.

Guaidó hablaba desde las afueras de la base aérea de La Carlota, una importante instalación militar ubicada en un lugar estratégico de Caracas.

Estaba acompañado de Leopoldo López, el más emblemático de los dirigentes políticos venezolanos apresados en los últimos años, quien acababa de ser liberado por los funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), responsables de su custodia.

Transcurridos unos tres meses desde que Guaidó se proclamara como “presidente encargado” de la República y acusara al mandatario Nicolás Maduro de estar usurpando el poder, parecía que finalmente la oposición venezolana podría lograr su anhelado objetivo de que la Fuerza Armada Nacional (FAN) le prometiera lealtad.

Al final de la jornada, sin embargo, la situación resultó ser muy distinta.

“A las 5 de la mañana, el país pensaba que esto tendría repercusión en los cuarteles, pero a medida que avanzó el día se hizo evidente que no la tuvo. En ninguna parte del territorio nacional hubo pronunciamientos militares a favor de estos eventos”, le dice a BBC Mundo Rocío San Miguel, directora de la asociación civil Control Ciudadano.

La experta califica lo ocurrido como “un pequeño acto de rebelión militar” en el que, según estimaciones de su ONG, participaron no más de 40 efectivos, incluyendo a los 25 que durante la tarde del martes acudieron a la embajada de Brasil a buscar asilo.

San Miguel señala que todavía hay muchas dudas en torno a estos sucesos, incluyendo el alcance de la participación del Sebin, cuyo director, el general de División Manuel Ricardo Cristopher Figuera, fue destituido en la noche del martes por Maduro.

“Si el director del Sebin quería desmarcarse de Maduro, ¿por qué no hizo alguna otra acción importante como liberar a otros presos políticos? Esas son preguntas que están allí. Aún hay mucho que desentrañar”.

Según San Miguel, en cualquier caso, el balance militar es claro: no hubo un quiebre dentro de la FAN y los mandos con poder de fuego permanecieron leales a Maduro.

Desde la perspectiva política, lo acontecido fue una apuesta peligrosa para Guaidó.

Carmen Beatriz Fernández, consultora política venezolana que dirige Datastrategia y es profesora invitada de la Universidad de Navarra, España, considera que la jugada del líder opositor fue de alto riesgo.

En su opinión, más allá de que no se produjera el quiebre militar, durante esa jornada hubo otros dos eventos que pudieron golpear los ánimos de la oposición.

Se refiere a la decisión de López de acudir junto a su familia a la embajada de España en Caracas y la solicitud de asilo ante el gobierno de Brasil por parte de 25 de los militares que se unieron al líder opositor.

“Yo no diría que fue un triunfo para Guaidó”, subraya Fernández.

Pero ¿qué ocurrió realmente y cómo queda la oposición ahora?

Incertidumbres

Dada la naturaleza de los eventos del martes, probablemente pasará mucho tiempo antes de que se pueda conocer con precisión que sucedió.

Sin embargo, las expertas coinciden en que hubo una brecha significativa entre las expectativas y lo que realmente pasó finalmente.

¿A qué se debió?

Parecía que había un plan de quiebre mayor de la FAN que no se dio. Hay dos posibilidades: que a Guaidó lo dejaron esperando un apoyo que luego no se concretó o que él adelantara su jugada por desconfianza en sus interlocutores”, indica Fernández.

“Puede que tuviera información, como se ha rumoreado, de que los acontecimientos del 1 de mayo -lejos de lo acordado- iban a desembocar más bien en su encarcelamiento”.

La primera tesis, la de apoyos que no se concretaron, fue alimentada en parte por las declaraciones que ofreció el martes el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, quien dijo que altos funcionarios como el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino; el presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, Maikel Moreno; y el general de la Guardia Nacional Rafael Hernández Dala “están de acuerdo en que Maduro debe irse”.

Este miércoles, el enviado especial de la Casa Blanca para Venezuela, Elliot Abrams, dijo que esos tres funcionarios participaron en reuniones con la oposición en la que se pactó una transición con garantías para que personas como Maduro pudieran irse con honor.

“Hablaron, hablaron y hablaron y cuando llegó el momento de la acción no estuvieron dispuestos a hacerlo“, afirmó Abrams en una entrevista con EFE.

Otras explicaciones como la ofrecida por el politólogo venezolano Nicmer Evans, quien es miembro del opositor Frente Amplio, apuntan más bien al hecho de que Guaidó debió adelantar la llamada Operación Libertad-como denominan al movimiento puesto en marcha contra Maduro- para anticiparse a planes del gobierno que buscaban impedir las manifestaciones organizadas para este 1 de mayo.

“Se adelantó la acción de manera estratégica con el apoyo de un sector militar para mantener la posibilidad de la fuerza en la calle”, dijo Evans en sus redes sociales.

Audacia y errores

Rocío San Miguel considera que los resultados obtenidos por la oposición hasta ahora obedecen también a errores cometidos por su parte.

“Guaidó y López plantearon una jugada que no halló respuesta en el mundo militar”, destaca la experta, quien asegura que era una acción muy audaz pero en la que se dejaron por fuera elementos esenciales del mundo castrense.

“El tema militar tiene su arte, simbología, códigos y relacionamiento. Cuando las cosas en el ámbito militar no se hacen de esa manera, no se consiguen respuestas idóneas”, afirma.

Señala que la puesta en escena del martes tenía debilidades tanto en el lugar escogido para hacerlo como en el personal militar que acompañó a Guaidó y López, pues eran uniformados sin comando de tropa.

“Los efectos dominó en la Fuerza Armada ocurren cuando oficiales con mando de tropa o con poder de fuego se pronuncian o abandonan una lealtad y son seguidos por otros. Si no tienen comando ni poder de fuego, no encuentran respuesta del resto de los efectivos”, explica.

Otro error, indica, fue el hecho de que hubo un pronunciamiento en la mañana tras el que, durante el día, no se hizo un balance militar.

“Cuando hay una situación de estas se hace balance y se dice: ‘Estamos contando con esto, hemos alcanzado aquello’. Es una operación en marcha”, agrega.

Una oportunidad en dos décadas

Pese a sus declaraciones, San Miguel cree que la coyuntura actual puede ser favorable para las aspiraciones de la oposición.

“Allí (en la Fuerza Armada) hay ahora como probablemente nunca antes en la historia de la Revolución bolivariana una oportunidad real para un cambio de poder, pero si se transmiten los códigos y las seguridades adecuadas para estas cosas”, advierte.

“Creo que Guaidó representa una esperanza para muchos sectores de la FAN, pero el martes se cometieron errores que se tienen que rectificar si la oposición aspira a ser una alternativa real de poder y quiere contar con la Fuerza Armada para ello”, añade.

La experta asegura que, en estos momentos, el tema esencial de la política venezolana es el militar, por lo que la oposición debería dedicarle más tiempo y esfuerzo.

Afirma que deberían enviarse mensajes más claros sobre cuál va a ser el rol de la FAN con Guaidó.

“Esa historia no se ha contado. Solo se ha simplificado con la Ley de Amnistía, pero eso no es un plan militar de gobierno hacia la Fuerza Armada y eso hay que explicárselo”, acota.

Pero, en el frente civil, ¿cómo queda la oposición tras los sucesos del martes? ¿Juegan en contra del liderazgo de Guaidó estos errores y el tiempo transcurrido desde su juramentación sin que haya logrado concretar una transición?

“A eso le apuestan el gobierno de Maduro y Cuba, pero está demostrado que no es así”, responde Carmen Beatriz Fernández, quien señala que aunque tras los sucesos del martes hubo quienes pensaron que la oposición vería mellado su poder de convocatoria, asegura que en las manifestaciones de este miércoles contra el oficialismo pudo verse que eso no ocurrió.

“La oposición mantiene sus dos principales activos: su capacidad de movilización y de mantener la esperanza”, señala.

“No veo el enamoramiento que ha tenido la sociedad con Guaidó como un efecto efímero. Al contrario, es muy sólido porque cuando sociológicamente te aferras a la esperanza, no la sueltas a cambio de nada, tendría que ocurrir algo realmente muy grave”, concluye.