
Máquinas centrífugas en la instalación de enriquecimiento de uranio de Natanz, en el centro de Irán | Organización de Energía Atómica de Irán / AP
EEUU estudia un ataque rápido y efectivo para desmantelar la planta de enriquecimiento de uranio que posee Irán.
El presidente de los Estados Unidos Donald Trump salió de la cumbre del G7 a las carreras para evitar eso de tener que explicar el desenlace de la guerra en Oriente Medio. El del jopo amarillo persuadido por su paranoia en ejecutar un ataque masivo a las instalaciones de uranio enriquecido que posee Irán le importa poco que la gente tenga que morir como hormigas mientras trata de ganar las salidas abarrotadas de Teherán. No hay vuelos desde la capital, es lógico, con la proliferación de armamento de destrucción masivo matando tantas personas civiles.
En realidad, a Trump le importan poco, ha decretado estado de Emergencia Nacional por decreto poco después de su posesión en la Casa Blanca; que reprima cualquier manifestación de apoyo pro migración en cualquier punto del territorio. En el plano externo, no le temblará la mano al mandatario para descargar la furia militar contra los ayatolas. Peleado a muerte con Elon Musk -había ese sincretismo de usar X-, ahora Trump asimila sus mensajes en su propia red social Truth para prevenir una Rendición Incondicional antes de la ejecución de un ataque frontal contra Irán.
El mandatario tras su llegada de Canadá donde se reunió el G7 ha participado de gabinetes de guerra con su estado mayor. Todo hace prever que la instrucción de un ataque es cuestión de horas. Es el único mandatario que afina con puntería simétrica el cambio, porque, claro, es el quien los provoca en esencia. Las escenas posteriores sobre las coincidencias de las grandes potencias con relación a la guerra en Oriente Medio no son una novedad. Han seguido de cerca la devastación en Palestina y se han echado atrás para evitar cualquier apoyo y menos una declaración conjunta condenando el genocidio. Apenas emiten señales tibias como que “EEUU evite inmiscuirse en la guerra”.
Trump lo mira todo
Trump ha señalado este martes que sabe dónde está el líder supremo iraní. Medios estadounidenses publicaron que exigió a Israel que no matara a Jameneí al empezar el conflicto, pero ahora lanza una amenaza no demasiado velada. “Sabemos exactamente dónde se esconde el llamado ‘líder supremo’. Es un blanco fácil, pero allí está a salvo. No vamos a eliminarlo (¡matarlo!), al menos por ahora. Pero no queremos que se lancen misiles contra civiles o soldados estadounidenses. Nuestra paciencia se está agotando”, ha escrito el presidente.

Pablo Martinez Monsivais | AP
Trump ha tratado hasta ahora de evitar verse arrastrado a una guerra que prefería haber evitado. Israel no dispone de las bombas antibúnker ni de los grandes aviones bombarderos necesarios para destruir la planta de enriquecimiento de uranio en Irán, construida en el interior de una montaña y a gran profundidad bajo tierra por lo que desea que Estados Unidos participe en la operación para desmantelar el programa nuclear iraní.