Día de la Tierra: 4 animales que desaparecieron de América Latina en los últimos 15 años

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Foto: Getty Images

Hay muchas acciones del ser humano que contribuyen a que se extingan los animales.

Esa ave exótica que tienes encerrada en una pequeña jaula o el poco interés en el calentamiento global están contribuyendo a la desaparición de especies en el planeta.

Desde 1992, la Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró el 22 de abril como día internacional de la Madre Tierra y este año está enfocado en la preservación de las especies que son afectadas por el impacto ambiental que genera el ser humano en la Tierra.

Distintas organizaciones internacionales han expresado que reforzarán sus programas para proteger a los ejemplares que están en peligro de extinción.

Sin embargo, para algunos animales ya es demasiado tarde y las futuras generaciones solo podrán conocerlos a través de fotografías.

Estos son cuatro animales que vivían en América Latina y que desaparecieron a causa del ser humano.

El guacamayo azul

Sí, esa ave azul que aparecía en la película animada “Río” se extinguió en su hábitat natural en el año 2000, 11 años antes de que se estrenara el filme cuyo tema central era alertar sobre el peligro de extinción de esta guacamaya.

Esta especie endémica de Brasil se extinguió en su forma salvaje a causa de la deforestación en su entorno y la cacería masiva para ser comerciadas como aves exóticas por su peculiar belleza, según reveló en un estudio la organización Bird Life en septiembre de 2018.

El reporte dice que aunque la especie está extinta en la naturaleza, existen entre 60 y 80 guacamayos azules que sobreviven en cautiverio.

La tortuga gigante de Pinta

El último ejemplar de esta especie vivía en las islas Galápagos, en Ecuador, se le conocía como el Solitario George y falleció el 24 de junio de 2012 por desgaste de su propia edad, más de 100 años.

La población de esta especie de tortuga disminuyó hasta llegar a su extinción a causa de la desmedida cacería para comer su carne y comerciar su caparazón.

Durante la época de los piratas y bucaneros del siglo XVIII, se descubrió que las tortugas podían sobrevivir en la bodega de un barco por muchos meses, sin comida o agua.

Los navegantes, especialmente balleneros que frecuentaban las aguas de Galápagos en el siglo XIX, empezaron a extraer grandes cantidades de tortugas vivas y almacenarlas en el fondo de sus barcos como una fuente de carne fresca durante sus largos viajes, informó Linda J. Cayot, miembro de la organización Galapagos Conservancy, dedicada a preservar la vida del Solitario George.

El sapo dorado

Este tipo de anfibio fue víctima del calentamiento global. Para su reproducción se requería cierto nivel de humedad, pero los cambios climáticos en su hábitat alteraron el ecosistema y no se reprodujeron nunca más.

Habitaban en las charcas del bosque nuboso Monteverde en Costa Rica. Estas charcas se secaron debido a un cambio drástico en la temperatura de la zona que evitó que se formara la neblina que las protegía, de acuerdo con el Centro Científico Tropical (CCT) de Costa Rica.

La última vez que se vio este anfibio fue en 1989. En 2008, el CCT hizo una expedición a los bosques para buscar algún sobreviviente y declaró que no hallaron ningún ejemplar, por lo que ya se declara extinto.

La foca monja del Caribe

Este mamífero marino que solía nadar por las corrientes del Golfo de México fue declarado extinto en 2008.

La Administración Nacional Atmosférica Oceánica (NOAA por sus siglas en inglés) señaló que su desaparición se debió a causas humanas.

Esta especie de foca era cazada por la industria pesquera para obtener su piel y grasa y comerciar con ellas.

En este día de la Madre Tierra bajo el lema “Protejamos nuestras especies”, la ONU busca sensibilizar sobre el riesgo que corre la biodiversidad y cómo se ve afectada principalmente por las actividades depredadoras de los seres humanos.