EEUU clasifica a cárteles mexicanos y pandillas como organizaciones terroristas

La medida pretende intensificar la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, pero podría generar tensiones diplomáticas.

El gobierno de Estados Unidos ha designado a seis cárteles mexicanos y dos pandillas latinoamericanas como organizaciones terroristas, tras una orden ejecutiva firmada por el presidente norteamericano nada más asumir su cargo. La medida, firmada por el secretario de Estado Marco Rubio el pasado 6 de febrero, será publicada en el Registro Federal este jueves 20, cuando entrará en vigor.

Entre los grupos enumerados se encuentran Tren de Aragua, una facción criminal nacida en las cárceles venezolanas y ahora presente en al menos ocho países de América del Sur (entre ellos Bolivia), y la Mara Salvatrucha (MS-13), una pandilla fundada en Los Ángeles por inmigrantes de El Salvador, conocida por su brutalidad y tráfico internacional de drogas. La medida también afecta a los principales cárteles mexicanos: Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, Cárteles Unidos, Cártel del Noreste, Clan del Golfo y Familia Michoacán.

Desde que asumió el mando del país la nueva administración norteamericana, ha estado presionando a las autoridades para ampliar la lucha contra el crimen organizado. En enero, ordenó a su equipo que se preparara para invocar una ley de guerra de 1798 que permitiría las deportaciones de presuntos pandilleros sin necesidad de un juicio.

Ahora, con la nueva clasificación, se endurecerán las sanciones contra estas organizaciones, prohibiéndose cualquier tipo de apoyo financiero, material o logístico a sus miembros. Además, las agencias estadounidenses podrán ampliar la cooperación internacional para localizar y arrestar a miembros de estas facciones.

La inclusión de estos grupos en la lista de organizaciones terroristas representa un nuevo enfoque en la política de seguridad estadounidense, que tradicionalmente se ha centrado en grupos extremistas con motivaciones ideológicas o políticas.

Sin embargo, hay internacionalistas que han señalado que la medida podría generar tensiones en las relaciones bilaterales con México, pues varias de estas organizaciones operan en su territorio. El país ya enfrenta una batalla interna contra el narcotráfico y, ahora, puede verse bajo una mayor presión para endurecer sus acciones contra estos grupos.