El autogolpe de Estado de nivel Perú (las estocadas a Evo Morales)

Los enfrentamientos en Perú empeoran, las víctimas suman 50 y la presidenta dice que no va a renunciar. Entretanto Evo Morales apuntado por instigar al sur peruano anuncia que el 22 –día del Estado Plurinacional- visitará la Argentina jaqueado en Bolivia y prohibido de ingresar al Perú.

Nada indica que Evo Morales deje suelta su presa al sur del Perú donde de acuerdo a partes de inteligencia del país se sabe que el exmandatario boliviano orquesta a grupos afiliados a organizaciones sociales que en su momento daban sustento y tonificaban el Gobierno del ahora detenido expresidente Pedro Castillo, hasta que se inmoló arrojándose a la aventura de un autogolpe proclamando el cierre del Congreso.

Morales ha advertido suelto de cuerpo como él solo que sus abogados le han dicho que la demanda interpuesta por algunos legisladores de impedir su ingreso al país por inmiscuirse en los asuntos internos “no tiene ni pies ni cabeza”. Así, las cosas, no parece como dice él que la demanda no tenga ni pies ni cabeza. Maguado, el domingo en su programa de la radio chapareña Kawsachun coca ha manifestado que el 22 de enero -día del Estado Plurinacional- participará de actos programados en la Argentina.

Morales no ha sido invitado al acto central que se celebrara en la sede Gobierno. Él hubiera atendido la invitación, pero al ser marginado buscó un refugio y decidió viajar a Buenos Aires con “los compañeros que algo preparan allá”. No ha considerado la posibilidad de ir a Perú, hecho que confirma que la prohibición de ingresar a territorio peruano si tiene pies y cabeza.

Los acontecimientos allí con más de 50 muertos eran un escenario ideal para el líder del masismo en Juliaca y Cusco donde se han producido los más graves enfrentamientos entre pobladores que defienden al depuesto presidente y las fuerzas del orden.

Desde Lima se informa que las protestas en las que se han identificado banderas bolivianas y la whipala no tienen por en cuanto signos de solución. Desde la detención de Castillo las manifestaciones no han cesado cobrando la muerte de 50 personas. Se dice que llevan un tinte boliviano por la presencia de la tricolor boliviana.

El diario El País de España reporta que las víctimas en Juliaca y Cusco han señalado que no es justo que se los mate como perros. Pero esos relatos difieren y están sesgados. Si bien la despedida de los fallecidos en Cusco ha sido multitudinaria, incluso el club de fútbol Cienciano del Cusco envió públicamente condolencias a sus familiares, no ha sido el caso de la muerte de un policía calcinado en las manifestaciones por grupos violentos. Más de 25.000 personas participan en las protestas por lo que han tenido que hacer ollas comunes, colectas para poder alimentarse. Según la Defensoría del Pueblo son 49 los fallecidos, 41 de ellos producto de la represión de las Fuerzas Armadas.

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El último viernes, la presidenta Boluarte ofreció un discurso a la nación, donde pidió perdón, pero a su vez minimizó el clamor de la ciudadanía. Y dejó claro que no piensa en renunciar a su cargo. “Gobernaré para los millones de peruanos, no para ese grupo minúsculo de sectores extremistas que incendian y destruyen el país”, remarcó la mandataria, que esos días se reunió con una comitiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El panorama no es alentador. Los colectivos continúan organizándose para seguir las protestas, esta vez para ser escuchados en Lima.