Los días de terror de la familia Díaz pasaron. Ayer, Luis Manuel Díaz, padre de “Luchito” titular del Liverpool inglés fue encontrado sano y salvo tras haber permanecido 12 interminables días en cautiverio.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia ha liberado ayer al padre del futbolista Luis Díaz, al que tenía secuestrado desde hacía 12 días. El rapto, que ha conmocionado al país, ocultaba detrás un verdadero peligro las negociaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla, que acordaron hace tres meses un alto el fuego, claramente violado. El deportista ha vivido en Inglaterra, donde juega para el Liverpool, sus días más angustiosos.
En sus primeras palabras, al poco de llegar a su pueblo, Barrancas, Mane Díaz ha dado gracias a Dios y a toda Colombia por el “gran apoyo” de estos días. “Los quiero mucho y pronto tendré la oportunidad de saludarlos y darles un abrazo”. La delegación del Gobierno que está negociando la paz con la guerrilla fue quien anunció la liberación en un comunicado en el que exigió la libertad del resto de secuestrados que permanecen en manos del grupo.
El ELN justificó el retraso por la enorme presencia militar en la zona, que según ellos les impedía devolver a la víctima de forma segura. Para facilitar la entrega, el ejército y la policía suspendieron la operación de búsqueda en la Serranía del Perijá, fronteriza con Venezuela, donde supuestamente estaba retenido. Al final se ha creado un corredor por el que han podido transitar los guerrilleros y hacer entrega de Mane Díaz, con las organizaciones humanitarias como testigos.
Los padres del futbolista fueron secuestrados el 28 de octubre en Barrancas, su pueblo. El matrimonio repostaba en una gasolinera cuando unos hombres armados y en moto se los llevaron —el ELN dijo después que no sabía que eran los padres del futbolista, pero suena poco creíble, todo el mundo en los alrededores conoce de sobra al matrimonio—. La policía y el ejército desplegaron de inmediato un amplio dispositivo en la zona para tratar de encontrarlos. Por la presión del cerco, los secuestradores se vieron obligados a liberar a la madre, Cilenis Marulanda, pero lograron retener a Mane.
No se ha hablado de alguna cifra por el rescate ni si se pago ha permanecido en el más absoluto secreto, pero resultaría contradictorio porque el grupo terrorista se encuentra en la mesa del dialogo negociando la paz en Colombia. Ha quedado también en evidencia que los representantes de la mesa no controlan a todas las células del ELN, que actúan por su cuenta y no necesariamente están a favor de desmovilizarse. Podría ocurrir como con las extintas FARC, que en su mayoría entregaron las armas, pero pequeños grupos disidentes continúan desplegados en el monte.
La aceptación al proceso de paz que rondaba el 65% ahora ha bajado al 51%. El secuestro de Mane Díaz ha sido un movimiento extraño, ya que se trata del padre de un ídolo absoluto de los colombianos. Nunca tuvo privilegios, nació en un entorno humilde, como millones de conciudadanos, y se ganó el éxito y la fama por su enorme esfuerzo y talento. Que la parte violenta de Colombia le haya pagado así ha dejado una enorme desazón en el país.