El espía

Por Redacción dat0s
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Manuel Rocha, EEUU espionaje
Foto: Departamento de Justicia de EEUU | AP

El exembajador de los EEUU en Bolivia comparecerá desde mañana a un Tribunal Federal en Miami para responder por 15 cargos que le podrían valer una condena de 60 años de cárcel.

Este martes, Manuel Rocha, comparecerá a un tribunal de Miami para responder por 15 cargos como agente de Cuba desde 1981, que incluye el acceso a información clasificada para beneficiar a Cuba y distribuir esa información sin autorización. El exembajador en Bolivia afronta hasta 60 años de cárcel tras reconocer su labor para la Dirección General de Inteligencia (DGI) de la isla en conversaciones con una gente encubierto del FBI a quien él conocía como Miguel y creía un contacto del espionaje cubano. Así cayó Rocha la semana pasada luego de que el agente encubierto lo citará para tener una conversación en un local de Miami.

El pliego de cargos apunta que el FBI recibió una denuncia en noviembre de 2022 que alegaba que Rocha había trabajado como agente encubierto para Cuba. Miguel contacto al exdiplomático por WhatsApp: “Tengo un mensaje para usted de sus amigos de La Habana”. Ambos acordaron encontrarse frente a una iglesia en la zona de Brickell, en Miami. Para llegar al lugar, Rocha empleó técnicas clásicas de contraespionaje, desde dar un largo rodeo hasta apostarse en las cercanías para estudiar si el lugar de la cita estaba vigilado. De acuerdo a las posteriores declaraciones del agente encubierto, Rocha le habría mencionado que se sentía orgulloso de haber colaborado con la DGI y que si sería necesario volvería a hacerlo. “Ellos (por Washington) subestimaron lo que podíamos hacerles. Hicimos más de lo que ellos pensaban”, habría declarado Rocha al contacto.

Rocha en Bolivia

Una analista de asuntos internacionales entrevistado para la televisión argentina por el periodista Nelson Castro, el pasado viernes, reveló que cuando Rocha era embajador en Bolivia se reunió varias veces con el expresidente argentino Eduardo Duhalde, en Buenos Aires. Esas reuniones –dijo la fuente- habrían servido para impulsar la candidatura de Néstor Kirchner que resultó elegido presidente en 2003. Kirchner, junto a Lula, Evo Morales, Rafael Correa y el fallecido Hugo Chávez fueron apuntados por los EEUU como el “eje del mal” por su proximidad con el Gobierno de Fidel Castro. Estos mandatarios protagonizaron disputas abiertas con Washington, conocidos por protagonizar la “Revolución bolivariana del Siglo XXI”, impulsada por Hugo Chávez (1999-2013).

En el mismo programa se destacaron las declaraciones efectuadas por Rocha poco antes de las elecciones de 2022 en las que sostuvo, durante un acto de campaña realizada en El Chapare, que quienes voten por Morales se arrepentirán porque los Estados Unidos le quitará su apoyo económico a Bolivia. “El mercado de gas está abierto para Bolivia, abran sus ojos que el futuro de sus hijos y sus familias están en peligro con Morales”, dijo en esa ocasión Rocha al lado de Tuto Quiroga que entonces era presidente accidental, tras la muerte de Hugo Banzer en 2002.

En el mismo programa se mostró un registro de las declaraciones del candidato por el MNR, Gonzalo Sánchez de Lozada que al ser consultado por las afirmaciones de Rocha dijo en tomó jocoso: “Yo creo que (sus declaraciones) estuvieron fuera de lugar, tengo la sospecha que el embajador es el jefe de campaña de Evo Morales, porque eso le ha ayuda a él”.

 La imputación

Los documentos de la imputación no alegan cómo fue capturado Rocha ni qué lo motivo a colaborar con la DGI, pero la declaración de Miguel incluida en el pliego de cargos, apunta a “razones ideológicas”. Le describe como un partidario convencido del régimen del “comandante” (Fidel Castro), que se refiere a los espías cubanos como “compañeros”.

“Los servicios de inteligencia cubanos deben ser muy buenos en lo suyo porque no tienen muchos medios y su gran objetivo son los Estados Unidos. Al contrario de los rusos que motivan por dinero, ellos encuentran gente con empatía visceral por lo que Cuba quiere hacer, y que, por tanto, no traicionan por dinero. Quien lo dice es Peter Lapp, agente retirado del FBI, autor del libro Queen of Cuba (“Reina de Cuba”) que está basado en el caso real de la espía puertorriqueña Ana Montes, analista del Pentágono que trabajo para la DGI durante 17 años y en cuya detención colaboró el exagente.