El origen de Ballena Azul, el supuesto juego vinculado a suicidios y lesiones de menores

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El supuesto juego de retos llamado Ballena Azul ha llevado a la Policía de varios países de América Latina a alertar contra su propagación. En España, una adolescente de 15 años está ingresada en la unidad de Psiquiatría de un hospital de Barcelona por posible vinculación con el juego. Algunos medios apuntan a que estos retos podrían ser la causa de suicidios en varios países latinoamericanos, a pesar de que las autoridades de estos países no han confirmado casos de muertes.

La viralización de las informaciones sobre los daños causados por Ballena Azul recuerda a la forma en que se propagan leyendas urbanas. El origen de esta burbuja está vinculado a un artículo sobre suicidios de hace un año en un diario ruso, que meses después trascendió a medios anglosajones y, ahora, a los de habla hispana. Lo que sin duda es real es el impacto que genera: “ballena azul” era en la mañana del viernes el término más buscado en Google España.

Hasta ahora ni la Policía ni la Guardia Civil en España han lanzado ninguna alerta específica, pero este viernes Policía Nacional volvía a insistir en un tuit la importancia de la seguridad en internet. “No tenemos ninguna denuncia [sobre Ballena Azul]. Lo que intentamos con este tuit es repetir las pautas de siempre: educar en seguridad a los niños y buscar ayuda ante cualquier conducta sospechosa”, dice a Verne la responsable de prensa y redes sociales en @policia, Carolina González. La fundación ANAR, responsable del teléfono de ayuda a niños y adolescentes en riesgo, nos confirma que no ha recibido ninguna llamada de consulta sobre este tema, ya sea de menores o de adultos.

Hay grandes comunidades en Facebook en español que usan nombres como “La ballena azul” o “Ballena Azul”. Son grupos cerrados, que requieren autorización de administradores para ingresar. En su descripción muestran una lista de 50 retos en 50 días, el último de los cuales supondría suicidarse. El mayor de ellos en castellano tiene 270.000 miembros y está administrado por cuatro jóvenes colombianos. El grupo dejó de estar disponible el viernes por la mañana y uno de sus administradores afirma a Verne que fue Facebook quien lo cerró.

Facebook no ha confirmado si ha sido la compañía la responsable de este cierre y de otras páginas que contenían los términos ballena azul  y que también han desaparecido en las últimas horas.

El supuesto juego de la Ballena Azul,¿en qué consiste?

Durante las últimas semanas se han difundido por diferentes grupos de Facebook, la red social rusa VK y foros como Reddit listados que incluyen las supuestas 50 pruebas que deben pasar los participantes en el juego. No deberían realizarse de forma individual: hace falta un “guardián” o “curador” que supervise las pruebas. En el grupo de Facebook con más de 270.000 usuarios aparecía el siguiente listado (ver Foto)

Los participantes deben realizar una prueba por día. Estas alternan autolesiones (cortes en brazos y piernas, pinchazos…), privación de sueño (quedarse despierto a las 4:20 o despertarse a esa hora), visionado de vídeos de terror o visitar sitios como azoteas, vías de tren… A los jugadores se les denomina “ballenas azules” y en otras pruebas tienen que interactuar entre ellos o con su guardián.

En la prueba 26 del listado, el guardián indica al participante la fecha de su muerte. Después, hay una prueba que se repite durante 19 días y es una síntesis de las anteriores: consiste en despertarse a las 4:20, ver los vídeos de terror que el curador indique, hacerse un corte y hablar con otra ballena azul. La prueba 50 es “saltar de un edificio alto, tomar su propia vida”.

Ni siquiera está claro el porqué del nombre del reto: la explicación más extendida es que se hace referencia al suicidio de las ballenas que, al igual que otros cetáceos y delfines, acabarían con su vida usando el método de acercarse demasiado a la costa para quedar varados. Esta idea, por cierto, roza a su vez la leyenda urbana, ya que este comportamiento animal, aunque no está del todo explicado, se suele atribuir a errores de orientación.

¿Qué pasa en estos grupos? “Polémica por diversión”, dice un administrador

Uno de sus cuatro administradores del grupo La Ballena Azul con 270.000 miembros ha contestado a preguntas de Verne a través del messenger de Facebook. A. G. nos dice que tiene 19 años y en Facebook se identifica como colombiano. “Los cuatro no somos de Colombia”, añade. Todos ellos son también administradores de otro grupo cerrado llamado Necrosis, en cuya descripción se definen como “un grupo de jóvenes creadores de contenido para Internet denominado ‘memes’ el cual tiene como objetivo entretener, convivir y sobresalir ganando el odio de otros grupos”.

A lo largo de la conversación A.G. entra en contradicciones sobre la actividad del grupo pero asegura en reiteradas ocasiones que funcionaba como foro de humor negro. “Nosotros hacemos polémica por diversión”, afirma. En otro momento de la conversación define la acción del grupo como “troleo”. Y señala que no le preocupa la alarma generada ni las posibles consecuencias.

El grupo de Necrosis cuenta con 40.000 miembros y, según A.G., una página paralela como La Ballena Azul les podía servir para popularizar su grupo principal. Al de La Ballena Azul se podía acceder de nuevo este viernes por la tarde y el contador hacía referencia a 6.000 nuevos miembros. En su descripción, ahora invitan directamente a unirse Necrosis.

Otro con más de 20.000 miembros al que ha tenido acceso Verne era básicamente un foro con publicaciones en tono de humor. Otro de Perú, con más de 7.000 miembros, también está inaccesible ahora. Cuatro de los 10 administradores del grupo trabajaban como relaciones públicas de una misma discoteca.

Aunque no se puede comprobar que los grupos de Ballena Azul estén detrás de los suicidios en Rusia, allí también existen: “Se originaron poco después de la muerte de Rina Palenkova, una adolescente rusa que supuestamente se suicidó después de compartir en la red VK una imagen suya. La imagen circuló en las redes sociales, y Rina pronto se convirtió en la figura central de un extraño grupo de culto”, añade Snopes.

Entonces ¿esto esto es verdad o mentira? ¿Hay datos reales?

Lo único que puede comprobarse es que la policía de varios países de América Latina -Colombia, Chile, Brasil, Bolivia o Uruguay- está investigando la posible relación de suicidios de jóvenes con el juego, pero no hay ningún caso de muerte confirmado, según informa Efe.

Además de la menor ingresada en Psiquiatría en Barcelona, hay casos aislados de adolescentes con lesiones que podrían estar relacionados con el juego. Efe cita uno en Brasil y otro en Chile.

¿Cómo surge la alarma mundial sobre los suicidios?

Snopes, página especializada desmentir información falsa y uno de los miembros del equipo con el que Facebook está trabajando para luchar contra la programación de bulos, indica que no hay pruebas de suicidios causados por el supuesto juego y rastrea cómo ha crecido la historia.

En su artículo dedicado a Ballena Azul, señalan que estas afirmaciones se originaron a partir de una mala interpretación de un artículo de mayo de 2016 del periódico ruso Novaya Gazeta.

En ese texto se hablaba en un primer momento del suicidio de docenas de niños en Rusia durante los meses anteriores, afirmando que algunas de las víctimas formaban parte de la red social VKontakte (VK), que se suele conocer como “el Facebook ruso”. Novaya Gazeta publicó que “al menos” 80 de los suicidios estaban vinculados con estos juegos de la “ballena azul”. El reportaje ha sido visitado más de 3,5 millones de veces.

Buzzfeed News recoge, en un reportaje publicado a principios de este mes de abril, que el asunto despertó mucho interés mediático en Rusia en marzo de 2016. Varios medios rusos respondieron con informaciones que desmontaban algunos de los puntos del reportaje de Novaya Gazeta. Estas investigaciones demostraban que los suicidios sí existieron pero no se podía relacionar de manera concluyente con esas comunidades online. Dos periodistas de Novaya Gazeta fueron sancionados días más tarde por prácticas inaceptables en las informaciones relacionadas con el tema.

Después de ahí, el tema ha ido inflándose, especialmente, en medios sensacionalistas. Muchos medios de origen anglosajón han hablado de este asunto, aunque en la mayor parte de los casos no se ha aportado ninguna información que sugiera que este reto es algo más que una leyenda urbana. Por ejemplo, algunos medios británicos como The Sun, Mirror y el Daily Mail apuntaban en marzo que la policía británica había avisado de la posible existencia de grupos así en redes sociales, pero remitiéndose a lo publicado en Rusia y no a nada que hubiera sucedido en el Reino Unido.

En cambio, en Bloomberg se explicaba este martes que a pesar de todo el revuelo “es muy posible que se esté luchando contra una leyenda urbana”.

 

‘Bórralo’: un esquema común en leyendas urbanas

Uno de los supuestos requisitos de Ballena  Azul sería borrar las fotos y los mensajes a medida que se van superando retos. Este es uno de los motivos por los que cuesta tanto desmentir estas alarmas, ya que la ausencia de pruebas (no hay fotos) se convierte de hecho en una prueba (con el argumento de que “han borrado las fotos porque así es como funciona”). En este caso, además, las pocas fotos que acompañan las alarmas sobre el supuesto juego se repiten constantemente, como las dos que puedes ver aquí arriba.

Se trata de un esquema que es común a muchas leyendas urbanas y teorías de la conspiración. Por ejemplo, en el caso de la famosa leyenda de Ricky Martin y la mermelada, se llegó a decir que el vídeo existió, pero que jamás llegó a emitirse por las presiones de un personaje influyente, padre de la supuesta protagonista de la escena. En otros casos más serios (como en los atentados del 11-M o del 11-S), ocurre que casualmente siempre se destruyen las pruebas que desmienten la “versión oficial” y que apoyan los delirios del conspiranico de turno. No hay forma de demostrar que nunca existió lo que ya no existe, por lo que resulta muy fácil creerse cualquier cosa siempre que haya voluntad de hacerlo.