El Vaticano protege su reputación antes que a los niños, según la ONU

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Ni paños calientes ni medias tintas. El Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño acusa al Vaticano de no haber reconocido jamás “la magnitud de los crímenes” de abuso sexual hacia menores cometidos por parte de sacerdotes y de “no haber tomado las medidas necesarias para proteger a los menores”. Dos graves carencias que, combinadas, han provocado una continuación sistemática de los abusos y la impunidad de los culpables.

El alto organismo de Naciones Unidas, con sede en Ginebra, ha exigido este miércoles al Vaticano que, con la mayor brevedad, “despida de sus cargos y entregue a la policía a todos aquellos que sean culpables de abusos sexuales a menores”. El comité, que a mediados de enero había escuchado las alegaciones del Vaticano, se ha manifestado “profundamente preocupado” por la situación de la pedofilia en la Iglesia y ha pedido a la Santa Sede que haga accesible sus archivos para que tanto los sacerdotes pedófilos como “todos aquellos que hayan cubierto los crímenes” puedan ser llamados a responder ante las autoridades civiles.

“El Vaticano ha roto la convención de los Derechos del Niño”, ha afirmado una portavoz del comité. “Ha mantenido políticas y prácticas que han llevado a perpetuar los abusos y la impunidad de los abusadores”, como por ejemplo mover a los culpables de una parroquia a otra para “intentar esconder los crímenes”.

En el caso de las lavanderías de las Hermanas Magdalenas en Irlanda, donde las niñas eran obligadas a realizar trabajos forzados, la Iglesia no tomó medidas para prevenir que se repitieran los abusos. La ONU ha pedido que se abra una investigación interna en este caso y en instituciones religiosas similares, para que los responsables sean procesados y las víctimas y sus familias obtengan compensaciones económicas.

El observador permanente del Vaticano ante la ONU, Silvano Tomasi, compareció el pasado 16 de diciembre ante la organización internacional, y declaró que los “abusadores” se encuentran entre las “profesiones más respetadas”, incluidos los “miembros del clero y personal de la Iglesia”. También subrayó que “no hay excusa” para ninguna forma de violencia contra los niños, y que los abusos “nunca pueden ser justificados”, ya se cometan en casa, en la escuela o en la Iglesia. Esta ha sido la política “de toda la vida” de la Santa Sede, afirmó, y añadió que la Iglesia daría la bienvenida a cualquier sugerencia del Comité de los Derechos del Niño.

“Los casos deberían ser tratados por las autoridades de cada país para que la privacidad de los niños no se vea comprometida”, ha explicado el miércoles una portavoz de la agencia internacional, algo que no ocurre debido al “código de silencio” impuesto sobre el clero por la jerarquía eclesiástica bajo pena de excomunión. “El Comité está gravemente preocupado porque la Santa Sede no ha reconocido el alcance de los crímenes cometidos. Tampoco han tomado las medidas necesarias para tratar los casos de abusos sexuales ni para proteger a los niños.”

El informe ha sido publicado tras las preguntas a las que sometió un grupo de expertos a miembros de la jerarquía eclesiástica el mes pasado. Entonces el Vaticano admitió que entre el clero hay abusadores, pero eludió dar detalles. La ONU pide que la comisión creada por el Papa Francisco el pasado diciembre investigue todos los casos de abusos sexuales a menores, así como “la conducta de la Iglesia”.

El reconocimiento gradual por parte del Vaticano

Benedicto XVI (2005/2013) protagoniza un papado marcado por el goteo de casos de pederastia en el seno de la Iglesia. Entre ellos, el escándalo por un informe que detallaba en 2009 décadas de violencia sexual a menores en los orfanatos, reformatorios y escuelas de propiedad o dirigidas por miembros de la Iglesia católica en Irlanda.

El Papa emérito decreta la tolerancia cero con los abusos tras ser acusado de encubrir a sacerdotes pederastas durante sus años como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cargo para el que fue nombrado por Juan Pablo II en 1981.

En 2010, el Vaticano publica su guía interna contra los abusos. En vigor desde 2003, exhorta a los obispos a denunciar a los pederastas a la justicia ordinaria.

El Vaticano reúne en Roma en febrero de 2012, en un simposio sin precedentes, a superiores de órdenes religiosas, representantes de conferencias episcopales y algunas de sus víctimas. “Las mismas manos que abusaban de mí me daban de comulgar”, dijo ante la jerarquía católica Marie Collins, una irlandesa agredida a los 13 años.

Al poco de iniciar su pontificado, en julio de 2013, Francisco cambia con un motu proprio -documento que solo pueden emitir los papas- el reglamento jurídico del Estado Ciudad del Vaticano. Entre otras cosas, endurece las penas para los casos relacionados con abusos de menores.

El pasado 6 de diciembre, el Papa y los ocho cardenales que le asesoran en la reforma de la curia anunciaron la creación de una comisión para luchar contra la pederastia.

El 16 de enero de 2014, el portavoz del Vaticano en la ONU compareció ante un grupo de expertos de la organización, pero eludió tratar el tema.