Elecciones 2022: Brasil se prepara para un duelo electoral de alto voltaje

El gigante latinoamericano celebrará este año elecciones presidenciales que de acuerdo a analistas internacionales serán las más reñidas en la historia del país.

La gestión del presidente de extrema derecha Jair Messias Bolsonaro (66) está siendo seriamente cuestionada y ha ido perdiendo apoyo sistemáticamente en los últimos meses. Se trata, a juzgar por los analistas, de una serie de errores en el manejo de la pandemia a la que se han sumado cientos casos de corrupción en causas que inclusive incluyen a los dos hijos del presidente, ambos protegidos por su inmunidad parlamentaria.

Curiosos hechos preceden estas elecciones, por ejemplo, la candidatura del ex fiscal del caso Lava Jato, Sergio Moro, que sometió al expresidente Lula da Silva (76) a una condena de 15 años de cárcel, dejándolo fuera de combate en las pasadas elecciones de 2018. Moro, fue una especie de Mesías embadurnado de una autoridad moral que poco a poco se ha ido destiñendo, desde que aceptó ejercer el cargo de ministro de Justicia, en el Gobierno de Bolsonaro.

El Tribunal Supremo de Justicia determinó absolver a Lula de los cargos por los que Moro lo había encarcelado y hoy, el expresidente se ha convertido en el más serio aspirante a la reelección.

Sergio Moro (57) ha centrado su estrategia en un descarnado ataque a Lula y a su exjefe Bolsonaro. Del presidente ha señalado que “miente cuando dice que se acabó la corrupción. No quería pelear con nada. Solo quería protegerse, mantenerse fuera del alcance de la Justicia. Me dijo que tenía que dejar el Gobierno porque yo no aceptaba protegerlo de las investigaciones”.

Sobre el Partido de los Trabajadores cuyo jefe es Lula, el exjuez ha señalado: “El Gobierno del PT se basó en modelos de corrupción. El regreso de Lula al poder después de los escándalos de la mensualidad y del petrolão, sería una bofetada para todos los brasileños. Sería avalar el robo, decirle a la sociedad que se puede robar impunemente”.

Una encuesta de Quaest Consultoria encargada por Genial Investimentos, la primera realizada en 2022, sitúa al exjuez en el tercer lugar, con solo el 9%. Lula lidera, con 45%, y aparece Bolsonaro (PL) en el segundo lugar con 23%. Del total de encuestados, el 26% no quiere que ganen ni Lula ni Bolsonaro. Entre ellos, el 44% dijo que votaría o podría votar por el ex juez. Pero hoy ninguno de los candidatos de esa ala puede encarnar ese descontento.

Así las cosas, las tres opciones se han encapsulado en posiciones verdaderamente extremas y centrífugas. Se cree que sea una de las elecciones más peleadas y de ataque entre los candidatos. Una elección que definirá nuevamente el rumbo de un país que no termina de germinar su estabilidad económica, tema central en un año electoral que arrancó en enero sin piedad para los tres principales aspirantes al Planalto en Brasilia. El diario El País de España adelanta que el escenario más probable es un cara a cara entre el izquierdista Lula y el ultraderechista Bolsonaro tras una campaña feroz centrada en la economía.

Los analistas políticos no difieren. Ellos señalan que la maltrecha economía va a ser el gran tema de campaña. Tras una década que ha combinado un bienio de recesión con un crecimiento anémico, las previsiones son pesimistas. Y luego está el devastador impacto de la pandemia. Casi 20 millones de brasileños pasan hambre, es decir, el 9%. Si el que toma posesión el próximo Gobierno es Lula, significaría culminar a lo grande el giro de Latinoamérica a la izquierda. Si fuera Bolsonaro, sería un espaldarazo notable al proyecto global de la ultraderecha nacional populista, dañado por la derrota electoral de Donald Trump.

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