Elecciones municipales, plebiscito para Maduro

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La oposición venezolana se presentará a las elecciones municipales del próximo domingo, que elegirán alcaldes, concejales y miembros de cabildos metropolitanos, con la misión más importante que ha tenido en los últimos 15 años de hegemonía chavista: demostrar que el estrecho resultado obtenido en los comicios presidenciales del pasado abril no se debió a una confusión entre el electorado chavista por la muerte de su líder Hugo Chávez.

En aquella ocasión el abanderado de la coalición opositora Mesa de la Unidad, Henrique Capriles, perdió por apenas el 1,49% de los sufragios, un resultado que él aún no reconoce debido a las irregularidades denunciadas por su equipo. Capriles se ha revelado como el líder nacional que mayor resistencia ha hecho al chavismo. En tiempos de Hugo Chávez los oponentes desaparecían de la escena política o pasaban a un segundo plano tras ser derrotados por márgenes que no dejaban duda alguna de quién era el rey. Pero el inesperado resultado que obtuvo la oposición en las elecciones presidenciales de abril ha permitido que permanezca entre los electores el entusiasmo que tanto escaseó en el pasado.

Con un líder reconocido -Capriles- y con unos candidatos seleccionados en elecciones primarias, la oposición ha logrado armar una campaña en torno a su figura como no había ocurrido antes. El gobernador de Miranda ha recorrido el país alzando la mano a los aspirantes a alcaldes y pidiendo el voto en un esfuerzo similar al de la campaña presidencial. Pero los medios audiovisuales venezolanos le han recibido entre la indiferencia y la autocensura. Ha sido hasta ahora una de las campañas más desiguales de los últimos tres lustros. Con la capitulación del canal Globovisión, que en esta época funcionaba como una agencia de comunicaciones de la oposición, se han quedado sin su principal brazo mediático. Capriles ha tenido peleas públicas con el portal Noticias 24, el más consultado del país, que también ha decidido virar hacia el chavismo obviando deliberadamente las actividades del ex candidato presidencial.

Con los medios masivos plegados a la voluntad del presidente Nicolás Maduro, la oposición sólo cuenta con la cobertura de los diarios impresos y el apoyo de canales que transmiten vía Internet desde Miami, como Democracia TV, Globalvisión TV y El Venezolano TV, o desde Venezuela. Para tratar de difundir la información que genera, Capriles creó un canal llamado Capriles TV que manda la señal a los canales televisivos.

Esta es una de las dificultades. La otra, quizá la más notoria, es la laxitud del Consejo Nacional Electoral (CNE) para sancionar las infracciones en plena campaña. El ex Embajador de Venezuela ante la ONU, Diego Arria, ha dicho que ese organismo debería ser rebautizado con el nombre de “Ministerio para las Elecciones”.

El CNE no ha llamado la atención al presidente Maduro -y tampoco a sus contrarios- cuando utiliza sus actos para hacer referencia a asuntos del partido o para promocionar a sus candidatos. También ha decidido hacer la vista gorda con un decreto del Ejecutivo que recordará al fallecido líder bolivariano el día de los comicios municipales. Se trata de la conmemoración del Día de la Lealtad con Chávez. La presidenta del CNE, Tibisay Lucena, ha dicho que no puede oponerse a un decreto del Gobierno porque no se trata de una convocatoria a un acto proselitista, prohibido por ley.

Está claro que el Ejecutivo quiere aprovecharse de esa circunstancia para garantizar la mayor afluencia de sus votantes, en una elección que ha sido considerada como un plebiscito sobre el joven mandato de Maduro.

Las estimaciones de analistas y expertos electorales aseguran que la oposición podría obtener entre 100 y 120 alcaldías el próximo domingo, pero para que eso ocurra la militancia debe acudir a los colegios electorales.

“No ir a votar es regalarle un voto al Gobierno”, afirmó este miércoles Capriles en el Estado Falcón, al Occidente de Venezuela. Si esto ocurre, se anticipan victorias en las capitales y algunas ciudades principales de los Estados donde se diluye el brazo empleador del Estado y las personas están expuestas a la influencia de las corrientes contrarias al chavismo.

Pero más que el número de alcaldías lo verdaderamente crucial para ellos será la cantidad de votos que sumen en todo el país. Un escenario que repita la estrecha diferencia de abril dejaría todo sentado para que en 2016 Maduro deba enfrentar, si finalmente la oposición logra cumplir los requisitos legales, un referéndum revocatorio de su mandato.