¿Es posible aislar a Rusia?

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En 1997, los Bush, Fukuyama, Rumsfield, Cheney y otros pusieron en acción el proyecto republicano The New American Century para que el siglo XXI sea “americano”. ¿Será en vez de ello el siglo euroasiático?

Barack Obama quiere aislar a Rusia. ¿Se puede aislarla como se aisló a Cuba, Corea del Norte, Irán y otros demonios de Occidente? Son las preguntas que flotan sobre las sangrientas guerras locales, rebeliones, conspiraciones y golpes de Estado de diversos tipos promovidos por Estados Unidos y sus aliados para cercar a Rusia y China.

Los aliados europeos son una carga para los norteamericanos. Aquellos que Estados Unidos ve como enemigos son demasiado numerosos, grandes, extensos y tienen estrategias independientes.

Según Rosstat (www.gks,ru), el Servicio Federal de Estadísticas de Rusia, la inversión extranjera en la economía rusa ha llegado a 170,000 millones de dólares en 2013. Parte del dinero del Occidente capitalista, en vez de dormir en la Europa conservadora, ha ingresado en la temible Rusia a la que Estados Unidos pretende aislar y opera en sociedad con las empresas estatales que los neoliberales aborrecen.

Los inversionistas concurren todos los años al Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF), que compite con el Foro de Davos, Suiza. El último SPIEF tuvo lugar en mayo de este año con siete mil quinientos participantes, a pesar de las amenazas de Estados Unidos que quiere que Rusia acepte el golpe de Estado con revolución nacionalista que tuvo lugar en Ucrania. En San Petersburgo, se firmaron ciento setenta y cinco acuerdos por 401,400 millones de rublos.

Poco antes fue cerrado el convenio de gas Rusia-China por 400,000 millones de dólares, un complemento del convenio petrolero de 2013, por veinticinco años y 270,000 millones de dólares entre Rosneft, la Sociedad Anónima del gobierno ruso que explota el gas de Siberia y que tiene ingresos por 68,000 millones de dólares, y la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC), con un millón de empleados e ingresos por 110,000 millones de dólares.

Fue la respuesta de China a la gira de Barack Obama en abril a Japón, Corea del Sur, Filipinas y Malasia, los países que tienen problemas con Beijing. Advirtió a China de que debe respetar la libertad de navegación y anunció que incrementará la flota estadounidense estacionada en Filipinas.

Beijing extenderá el ferrocarril que une en doce días Chengdu, capital de Sichuan, con Lodz, en Polonia, cruzando Kazajistán, Rusia y Bielorrusia. La red termina en Duisburg, Alemania. Sería la ruta comercial más importante del mundo.

Washington promueve en secreto el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión con la Unión Europea. Japón y Malasia se han negado a bajar sus aranceles a los productos norteamericanos.

El presidente de China, Xi Jinping, ha llamado a una nueva cooperación asiática de seguridad, incluyendo a Rusia e Irán ¿Es una respuesta a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)?

China compra la mitad del petróleo de Irak e invierte en su infraestructura energética. ¿Ha sido la respuesta de Estados Unidos financiar la sublevación sunnita contra los shiítas en Irak, valiéndose de sus aliados en los Emiratos? Complicado. Porque los extremistas sunnitas tienen sus propios objetivos: hacerse un lugar en el mundo formando estados teocráticos.

China ha invertido en el litio y cobalto de Afganistán. Tanto China como Rusia siguen haciendo negocios en Irán. China financiará un puente a través del Estrecho de Kerch para conectar Crimea a Rusia continental, la expansión de puertos crimeos, plantas de energía solar y zonas económicas manufactureras especiales.

La alianza estratégica China-Rusia ampliada hacia Irán se extenderá a las naciones del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la Organización de Cooperación de Shanghai (China, Rusia, Kasajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán), la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán) y el Movimiento de Países No Alineados.

Al parecer, el siglo XXI será cualquier cosa menos el siglo (norte)americano.

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