Escalada en la guerra comercial entre China y Estados Unidos 

Descifrando la guerra
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China y Estados Unidos chocan en la competencia por los segmentos clave de las cadenas de valor globales. El 2 de diciembre de 2024, la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio norteamericano emitió un comunicado anunciando la inclusión de 140 compañías vinculadas a la producción de microprocesadores y a la fabricación de semiconductores en la “Lista de entidades”.

El movimiento, que afecta a empresas domiciliadas en China, Japón, Singapur y Corea del Sur, implica la consideración de estas sociedades mercantiles como una amenaza para la seguridad nacional. Y la justificación ha sido la vinculación de las mismas a los intereses estratégicos del gobierno chino.

La respuesta no se ha hecho esperar. Un día después, la República Popular China imponía la prohibición de exportaciones de galio, germanio, antimonio y materiales superduros. Dichos minerales son considerados estratégicos por sus múltiples aplicaciones en las industrias más punteras en términos tecnológicos y por su empleo tanto en el ámbito civil como en el militar. De este modo, ambas superpotencias tratan de coartar las proyecciones económicas y armamentísticas de su rival.

El 80% de la producción mundial de galio, el 60% de germanio y 78% de antimonio se realiza en China. Galio y germanio comparten aplicaciones en la fabricación de semiconductores, placas solares, tecnología médica, radares y comunicaciones de última generación, armamento láser y tecnología espacial. Por su parte, el antimonio es esencial en la elaboración de baterías, municiones, explosivos y componentes químicos. Con todo, la escalada en la guerra comercial amplía el foco de la disputa en dirección al sector primario, hecho que potencia las ramificaciones geopolíticas de la misma.

La necesidad de Estados Unidos de desvincular estas cadenas de valor del control chino abre un abanico de posibilidades que se amplía aún más al considerar un dato clave: ninguno de los recursos estratégicos procede directamente de la naturaleza, todos son el resultado de la refinación de otros materiales. El galio es un subproducto de la bauxita y el zinc, el germanio lo es del zinc y el carbón, mientras que el antimonio procede de la estibina.

Es en este punto en el que la geopolítica entra en acción. La producción de galio se da de forma limitada en países con un importante músculo industrial como Alemania, Corea del Sur, Japón, Kazajistán, India o el propio Estados Unidos. Caso similar es el del germanio. La fabricación del mismo se efectúa también en Rusia, Finlandia, Canadá y el gigante americano. Finalmente, el mercado del antimonio encuentra otros potenciales productores en Bolivia, Tayikistán y Myanmar.

Diciembre de 2024 marca la expansión del pulso comercial por la cadena de valor de los semiconductores al resto de facetas de esta industria. Con ello se inaugura una nueva etapa de la competencia entre China y Estados Unidos a escasas semanas de la toma de posesión presidencial de Donald Trump, al tiempo que se abre una ventana de oportunidad para actores menores.