G20 en medio de profundas divergencias

Por Carlos Rodriguez San Martín
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g20 brasil 2024
Foto: EFE

Una trilogía podría bien definir el momento que están pasando los líderes de las potencias mundiales (G20) que desde este lunes se reúnen en Rio de Janeiro, Brasil. Biden, Milei, Lula, Macron, Modi y Xi: la actual cúpula del G20 tiene todo para ser un espejo de un mundo desgarrado por la polarización, con líderes desgastados y rodeados de problemas.

Cada uno a su manera carga una rabia contenida, los cambios han llegado a un punto que para muchos no tienen retorno. Es el caso del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden que no solo ha perdido poder, su caída estruendosa podría condicionar los movimientos de un país en franco declive. Esa tendencia se refleja abiertamente en el resultado de las elecciones del pasado cinco de noviembre en las que el Partido Demócrata acabó de caer al fondo del pantano. Sin Putin en la cita (el avispón ausente en el oído de todos), los presidentes de las potencias no parecen acerrar una narrativa en común.

Con el mapa del mundo partido o en 20 manos, cada una pretendiendo quedarse con su parte, el mundo ha ingresado en un juego de intereses que no augura salidas equilibradas. Una palabra que ya no parece usual en el lenguaje de fondo.

La reunión reflejará el ambiente tormentoso que prevalecerá en la reunión anual de los líderes de las veinte mayores economías del mundo, que convertirá a la ciudad brasileña en el epicentro del juego de poder que mueve las relaciones internacionales y que puede definir el rumbo de la humanidad.

En el mismo ambiente circularán los bloques pro Rusia y pro Ucrania, en la guerra entre ambos países que dura casi tres años, cuyas diferencias se han visto profundizadas por el conflicto abierto en Medio Oriente. Tampoco faltarán exaltados con sus propios problemas, especialmente en Europa, donde el crecimiento se ha estancado, castigado por la inflación y el aumento de los costos de la energía, factores que han estado agobiando a la clase media e inflamando el populismo de derecha.

Máxima expresión de este aspecto, el recién elegido Donald Trump no estará en Río, pero su ascenso al Despacho Oval baraja las cartas geopolíticas y debilita al actual presidente, Joe Biden, además de echar más leña a la guerra fría en la que vive China y Estados Unidos luchando con uñas y dientes por la hegemonía económica y tecnológica. Y su anunció de ayer de liberar misiles norteamericanos para atacar el corazón de Moscú. Con tantas y tan marcadas divisiones, será difícil que esta reunión del G20 vaya más allá de las habituales declaraciones pomposas y vagas, todas ellas basadas en muchos apretones de manos.

"Todo intelectual tiene la obligación moral de poner en discusión las decisiones que emanan del poder político"

Jean Paul Sartre
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