Irán: Al menos cuatro periodistas y trabajadores de medios mueren tras la escalada del conflicto con Israel 

La Federación Internacional de Periodistas  recuerda a todas las partes que, según el derecho internacional, los periodistas son civiles y los ataques deliberados contra ellos constituyen crímenes de guerra.

La tensión entre Israel e Irán se ha intensificado desde que Tel Aviv lanzó su ofensiva sorpresa contra múltiples objetivos iraníes el 13 de junio. Oleadas de misiles han impactado ciudades de ambos países, causando cientos de muertos y heridos entre la población civil, incluyendo la muerte de al menos cuatro periodistas iraníes hasta la fecha y daños a varias redacciones, como un ataque dirigido contra la emisora ​​estatal iraní, la Radiodifusión de la República Islámica de Irán (IRIB). La Federación Internacional de Periodistas (FIP) lamenta la muerte de al menos cuatro periodistas y trabajadores de medios de comunicación, mientras continúa monitoreando la situación. La FIP recuerda a todas las partes que, según el derecho internacional, los periodistas son civiles y los ataques deliberados contra ellos constituyen crímenes de guerra.

Desde que Israel lanzó su operación militar sin precedentes contra Irán el 13 de junio, al menos cuatro periodistas y trabajadores de medios de comunicación han perdido la vida.

El 13 de junio, Fereshteh Bagheri, reportera de la agencia de noticias Defa Press e hija del mayor general Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, murió junto a su padre en un ataque israelí contra la casa familiar en Teherán.

El 15 de junio, el caricaturista independiente Saleh Bairami, quien trabajaba para la revista Andishe Pooya y otros medios de comunicación, murió mientras se encontraba en la calle durante un ataque aéreo israelí que impactó Teherán, según medios locales.

El 16 de junio, el ejército israelí atacó la sede de la emisora ​​estatal iraní, Radiodifusión de la República Islámica de Irán (IRIB), en un ataque selectivo en Teherán. Al menos dos periodistas, Nima Rajabpour, editora de noticias del canal de noticias estatal iraní Khabar, y Masoumeh Azimi, secretaria de la IRIB, murieron como consecuencia de los ataques aéreos israelíes. El bombardeo se produjo poco después de que el ejército israelí emitiera una alerta de evacuación para el distrito de Teherán donde se encuentran las oficinas de la emisora ​​estatal iraní. Minutos antes del ataque, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, declaró que “el portavoz de la propaganda y la incitación iraní” está a punto de “desaparecer”.

Instalaciones de prensa dañadas

El 15 de junio, las redacciones del periódico Sazandegi, diario reformista con sede en Teherán, y de Ensaf News, cadena de noticias con sede en la capital iraní, sufrieron daños como consecuencia de ataques israelíes contra edificios cercanos. Afortunadamente, ningún periodista resultó herido en ninguno de los ataques.

El 16 de junio, la sede de la emisora ​​estatal iraní, Radiodifusión de la República Islámica de Irán (IRIB), fue blanco deliberado de una serie de ataques aéreos, que provocaron la muerte de al menos dos profesionales de los medios de comunicación de IRIB: Nima Rajabpour y Masoumeh Azimi.

En un comunicado emitido el 16 de junio, la Asociación de Periodistas de la Provincia de Teherán (TPJA) prometió que «los periodistas podrán ejercer su profesión con seguridad durante estos tiempos turbulentos y peligrosos, a pesar de las dificultades y restricciones persistentes».

El Secretario General de la FIP, Anthony Bellanger, declaró: «Los profesionales de los medios de comunicación en zonas de conflicto armado deben ser tratados y protegidos como civiles y se les debe permitir realizar su trabajo sin interferencias. La FIP insta a las partes beligerantes a abstenerse de atacar a periodistas e instalaciones de los medios de comunicación, y pide a las organizaciones de medios y a los empleadores que hagan todo lo posible para garantizar la seguridad de sus empleados, por ejemplo, permitiéndoles trabajar desde casa si las salas de redacción se encuentran cerca de posibles objetivos. Ninguna historia vale la vida de un periodista».