Israel dinamita el alto el fuego en Gaza con más de 400 muertos en bombardeos

El Diario.es
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israel rompe alto al fuego en Gaza y bombardea población
Foto: Ali Jadallah / Anadolu / Getty Images

La Casa Blanca confirma que Israel consultó antes a Trump.

Los bombardeos israelíes en Gaza han matado a más de 400 personas, según las autoridades sanitarias palestinas, en una serie de ataques que prosiguen el genocidio en curso y alcanzaron decenas de puntos en la madrugada del martes, poniendo fin a semanas de estancamiento sobre la prórroga del alto el fuego que detuvo los combates en enero.

Se registraron ataques en el norte de Gaza, la ciudad de Gaza, así como en Deir al-Balah, Jan Yunis y Rafah, en el centro y sur de la Franja. Funcionarios del Ministerio de Sanidad palestino indicaron que muchos de los fallecidos eran niños.

Las autoridades sanitarias locales han informado de que los ataques israelíes han matado al menos a 404 personas y 562 heridos, y también se habla de numerosos desaparecidos.

El Ejército israelí, que afirmó haber golpeado decenas de objetivos, aseguró que los ataques continuarían “el tiempo que sea necesario” y que no se limitarían a bombardeos aéreos, lo que abre la posibilidad de que las tropas terrestres reanuden los combates.

Hamás declaró que Israel había roto el acuerdo de alto el fuego, dejando en el aire el destino de los 59 rehenes que aún permanecen en Gaza.

Tras los bombardeos, y en una señal de que posiblemente tiene la intención de ampliar su ofensiva, el Ejército israelí ha ordenado la evacuación de los palestinos que residen en los límites de la Franja, entre ellas Beit Hanoun, Khuza’a y los suburbios de Abasan en Jan Yunis. “Las FDI han lanzado una fuerte ofensiva contra las organizaciones terroristas. Estas áreas designadas se consideran zonas de combate peligrosas”, dice en un post en X el portavoz en árabe de las fuerzas israelíes, Avichay Adraee. “Por su propia seguridad, deben evacuar inmediatamente a los refugios conocidos en el oeste de la ciudad de Gaza y en Jan Yunis”.

“A partir de ahora, Israel actuará contra Hamás con creciente intensidad militar”, ha dicho por su parte en la red X el portavoz del ministerio de Exteriores hebreo Oren Marmorstein, que ha señalado que el ejército insiste en conseguir por la fuerza “la liberación de todos” los rehenes, “el desmantelamiento de la infraestructura militar y gubernamental de Hamás y la eliminación de la amenaza terrorista de Gaza para la seguridad de Israel y sus ciudadanos”.

Los ataques fueron mucho más amplios que la serie regular de bombardeos con drones que el ejército israelí ha llevado a cabo contra individuos o pequeños grupos de presuntos militantes y llegan después de semanas de intentos fallidos para extender la tregua acordada el 19 de enero.

El portavoz del secretario general de la ONU ha dicho que António Guterres está “conmocionado” por los ataques aéreos israelíes “en los que ha muerto un número considerable de civiles” y ha hecho “un enérgico llamamiento para que se respete el alto el fuego, se restablezca la asistencia humanitaria sin trabas y se libere incondicionalmente a los rehenes” que quedan en la Franja.

Hospitales colapsados

En hospitales colapsados tras 15 meses de bombardeos, se pudieron ver pilas de cadáveres envueltos en plástico blanco apilados mientras llegaban más víctimas. La Media Luna Roja Palestina informó que sus equipos atendieron a 86 fallecidos y 134 heridos, aunque muchos otros llegaron a los hospitales en coches privados.

Funcionarios del hospital Nasser en Jan Yunis, el hospital Al-Aqsa en el centro de Gaza y el hospital Al-Ahly en la ciudad de Gaza –todos gravemente dañados durante la guerra– indicaron que en total habían recibido unos 85 cuerpos. Además, las autoridades informaron que 16 miembros de una misma familia murieron en Rafah, en el sur de Gaza.

Al anunciar los ataques, la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó a Hamás de su “reiterada negativa” a liberar a los rehenes y de rechazar las propuestas del enviado de Donald Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff. “Israel, a partir de ahora, actuará contra Hamás con una creciente fuerza militar”, decía el comunicado.

Familiares de los rehenes han criticado al Gobierno y al primer ministro por reanudar los ataques la Franja, en una operación que el Ejército ha denominado “Fuerza y Espada”.

Israel consultó con EEUU

En Washington, un portavoz de la Casa Blanca afirmó que Israel consultó con la administración estadounidense antes de llevar a cabo los ataques. La Casa Blanca culpó a Hamás del regreso de los combates. “Hamás podría haber liberado a los rehenes para extender el alto el fuego, pero en su lugar eligió la negativa y la guerra”, declaró el portavoz Brian Hughes.

Witkoff, quien ha liderado los esfuerzos de mediación junto con Egipto y Qatar, advirtió previamente de que Hamás debía liberar “de inmediato” a los rehenes vivos “o pagar un precio severo”.

Tahir Nunu, dirigente de Hamás, criticó los ataques israelíes. “La comunidad internacional enfrenta una prueba moral: o permite el retorno de los crímenes cometidos por el ejército de ocupación o impone el compromiso de poner fin a la agresión y la guerra contra los inocentes en Gaza”, dijo.

La organización también criticó la postura estadounidense. El hecho de que EEUU haya reconocido que fue informado previamente por Israel de la reanudación de los ataques en Gaza “confirma su complicidad directa en la guerra de exterminio” contra el pueblo palestino y “su responsabilidad por las masacres y el asesinato de mujeres y niños en Gaza”, dice el grupo en un comunicado publicado en sus redes.

En Gaza, testigos contactados por Reuters informaron de que tanques israelíes bombardearon zonas de Rafah, en el sur de la Franja, obligando a muchas familias que habían regresado tras el alto el fuego a abandonar nuevamente sus hogares y dirigirse al norte, hacia Jan Yunis.

Equipos negociadores de Israel y Hamás habían estado en Doha, mientras mediadores de Egipto y Qatar intentaban cerrar la brecha entre ambas partes tras la primera fase del alto el fuego, que permitió la liberación de 33 rehenes israelíes y cinco tailandeses a cambio de unos 2.000 prisioneros palestinos.

Con el respaldo de Estados Unidos, Israel presionaba para la devolución de los 59 rehenes restantes en Gaza a cambio de una tregua más larga, que habría detenido los combates hasta después del mes sagrado musulmán de Ramadán y la festividad judía de Pésaj en abril.

Sin embargo, Hamás buscaba negociar un fin permanente a la guerra y la retirada total de las fuerzas israelíes de Gaza, de acuerdo con los términos del alto el fuego original. “Exigimos que los mediadores responsabilicen plenamente a Netanyahu y a la ocupación sionista por violar y romper el acuerdo”, declaró el grupo.

La ONU, “horrorizada” por el ataque

El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, dijo sentirse “horrizado” por los ataques en un comunicado. “Esto supondrá una tragedia encima de otra tragedia”, manifestó. Türk añadió que “la pesadilla debe terminar inmediatamente” y que “los últimos 18 meses de violencia han dejado meridianamente claro que no hay una solución militar a esta crisis”. Que Israel vuelva a usar la fuerza militar “solo traerá más miseria a una población palestina que ya sufre una situación catastrófica”, según el funcionario, que reclama un acuerdo político, pero también “la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes”.

Israel había bloqueado la entrada de ayuda humanitaria a Gaza y en varias ocasiones amenazó con reanudar los ataques si Hamás no accedía a liberar a los rehenes que aún retiene.

El ejército israelí no proporcionó detalles sobre los ataques de la madrugada del martes, pero las autoridades sanitarias palestinas y testigos contactados por Reuters informaron de daños en numerosas áreas de Gaza, donde cientos de miles de personas viven en refugios improvisados o edificios en ruinas.

Un edificio en la ciudad de Gaza, en el norte de la Franja, fue alcanzado, al igual que al menos tres casas en Deir al-Balah, en el centro. Además, los ataques impactaron en las ciudades sureñas de Jan Yunis y Rafah, según médicos y testigos.

Entre los muertos se encontraba Mohammad Al-Jmasi, alto funcionario de Hamás y miembro de la oficina política, junto con miembros de su familia, incluidos sus nietos, que estaban en su casa en la ciudad de Gaza cuando fue bombardeada, según fuentes de Hamás y sus familiares. En total, al menos cinco altos cargos de Hamás murieron junto con miembros de sus familias.

Gran parte de Gaza yace en ruinas tras 15 meses de masacre, que comenzó el 7 de octubre de 2023, tras los ataques de Hamás, que causaron la muerte de 1.200 personas y capturaron 251 rehenes.

La venganza militar israelí ha causado un genocidio de más de 48.000 muertes y ha destruido gran parte de la infraestructura y el sistema hospitalario del enclave.

 


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