Jorge Lanata: No sería el primer suicidio inducido en la Argentina

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Es conocido por su crudeza. Es irreverente, polémico, agudo y creíble a la vez. Jorge Lanata (1960) es un referente que marcó una forma distinta de hacer periodismo en Argentina. Sus rigurosas investigaciones han llevado a la Justicia a más de un gobernante y a empresarios amigos del poder. Intervino en la fundación de diarios, revistas y portales de noticias como Página 12, Revista 23Crítica. Hoy, tiene su programa en Radio Mitre, Lanata sin filtro, escribe una columna en Clarín y conduce en TV Periodismo para todos. A pocos días de realizarse un transplante de riñón (que le será donado por su esposa, Sara Stewart), Lanata habla de la extraña muerte del fiscal Alberto Nisman, quien denunció a Cristina Kirchner por presunto encubrimiento de Irán en el atentado contra la sede porteña de la AMIA en 1994.

Pregunta.- ¿Le sorprendió la muerte del fiscal Alberto Nisman?

Respuesta.- Sí, claro. Gente de mi equipo habló con Nisman el sábado, incluso nos había prometido darnos las grabaciones para poder pasarlas en la radio. Nadie esperaba que una cosa así pasara.

P.- ¿Cuál es su interpretación? ¿Qué cree que le sucedió?

R.- Veo cuatro posibilidades. La primera, que Nisman se haya suicidado, que es a lo que está apostando el Gobierno. Toda la propaganda kirchnerista está insistiendo con eso, aunque no hay ningún indicio que lo vuelva verosímil: ni las comunicaciones que tuvo, ni su estado de ánimo el sábado. Ni siquiera habló con las hijas, que están en España. Además, no me parece que nadie que pasa 10 años en una investigación se suicide un día antes de su presentación. Y después hay tres posibilidades más que indican que lo asesinaron. ¿Quiénes? El propio servicio de inteligencia argentino para tratar de complicar más el tema político, el terrorismo -que lo tenía amenazado hace ya años- o el mismo Gobierno, que fue señalado por Nisman como responsable del pacto de impunidad con Irán. No hay más.

P.- ¿Por qué era tan importante su denuncia?

R.- El fiscal tenía, espero que sigan existiendo, un total de 330 discos con diálogos grabados entre autoridades de Irán con supuestos agentes de Inteligencia de la Argentina y, sobre todo, con dirigentes de confianza de la presidenta. Gracias a esas comunicaciones interceptadas en secreto, conoció quiénes y cómo participaron en las negociaciones para que argentinos e iraníes lleguen a un entendimiento por el caso AMIA: son acciones que, según él, incluyeron delitos y sólo buscaban garantizar la impunidad de los sospechosos.

P.- ¿La muerte del fiscal supone un carpetazo de la investigación?

R.- No es el primer caso de suicidios inducidos que hay en Argentina: en la época de Carlos Menem, ésta era la manera más común de hacer desaparecer a los testigos. Es muy difícil decir qué puede suceder porque un tema así puede hacer tambalear el Gobierno, depende de cómo lo manejen. Es raro que Cristina no haya dicho nada: utiliza Twitter para hablar de su perro pero no de la persona que supuestamente se suicidó.

P.- ¿Cómo se puede interpretar el silencio de Cristina Fernández?

R.- Yo me imagino que están muy desconcertados y que no saben cómo manejarlo. Hasta ahora, actuaron de forma muy torpe. Un ejemplo es el canciller argentino, Héctor Timerman, quien se escapó mientras uno de nuestros cronistas intentaba entrevistarlo en Nueva York. Mientras que ella continúa sin decir nada desde que Nisman hizo la primera acusación. Yo creo que se equivoca. Si vos en este momento estás en la calle en Buenos Aires, lo que todo el mundo dice es «Mataron a Nisman», nadie dice «Nisman se suicidó».

P.- ¿Qué hechos le hacen pensar que el Gobierno quiere echar por tierra el caso AMIA?

R.- Al Gobierno nunca le interesó el tema de la AMIA. Desde que el kirchnerismo llegó al poder, hubo dos momentos bien distintos: el primero con Néstor Kirchner, quien pensó que fomentar la investigación del asunto lo podía acercar a Estados Unidos y crear una opinión pública internacional judía a su favor. Muerto Néstor, con Cristina como presidente, cambia completamente el objetivo de política exterior, empiezan a profundizarse las relaciones con Venezuela e Irán y cambia la historia. Lo que hoy dice el kirchnerismo de que éste fue el Gobierno que más se preocupó por el tema de la AMIA, es mentira.

P.- ¿Quién más manejaba la información de Nisman?

R.- La Unidad Fiscal de la AMIA son 60 personas. Me imagino que mucha gente más la maneja, además del nuevo fiscal designado por el Gobierno, Alberto Gentili. Lo que si sé es que en el ambiente judicial hay miedo, y en los tribunales federales. El tema del miedo no se puede excluir, a todo el mundo le produjo eso.

P.- ¿Qué cree que va a suceder?

R.- Todo es muy reciente. Yo quisiera esperar el momento en el que hable Cristina y, si habla, ver qué dice. Hoy, si te tengo que decir qué pasó, a Nisman lo mataron. El Gobierno tiene que investigar con transparencia y rapidez. Hasta ahora, no da muestras de eso. Lo que hizo fue salir a atacar a la oposición y a los medios, diciendo que esto es culpa de una conspiración del Grupo Clarín o que es culpa de la oposición o de la CIA, pero no están dando una respuesta seria a este asunto.